KananMari ABC

E es por "Esencia"

— ¿No puedes quedarte de tu lado de la habitación? — escuché su voz chillona, al instante que sentía cómo mis pantalones eran arrojados a mi cama.

Esta chica...

— Los dejé de mi lado de la habitación— cubrí con las cobijas.

— Estaban de mi lado de la habitación, en el suelo, ¿no puedes ser más ordenada?

— ¿Y por qué no me haces efectiva la amenaza de cambiarte de dormitorio? — me senté en la cama.

— Shut up! Eres una tonta, no lo dije en serio.

— No puedes dejarme, y lo sabes— sonreí y ella me aventó un peluche a la cara.

— Fuck it.

— Oh, lo hiciste de nuevo— miré en mi escritorio. Mari Ohara era inmadura, prepotente, malcriada, toda una diva rica de universidad. Yo, una becada. Cualquiera pensaría que por eso ella me habla así, aunque bien sabía yo que no lo hacía con la intención de ofenderme, simplemente era algo tsundere. Pero aun con todas sus rabietas, muchas veces me daba detalles lindos, y un ejemplo perfecto era esa mañana: una malteada con esencia de vainilla se alzaba en mi escritorio, sabía que amo ese sabor.

Ella me miró, y después posó sus ojos en el vaso de malteada en el escritorio. Su rostro se puso completamente rojo y se volteó a su guardarropa.

— Simplemente vi que no cenaste anoche, y después de verte trabajar tanto en esa exposición, sería un asco que te pusieras mal por no desayunar, y sé que te gusta la vainilla... ¡Encima te levantas super tarde! You are a dumb!

— Sí pero— me levanté, caminé hacia ella y rodee su cintura con mis brazos —... soy tu tonta— la sentí estremecerse —. Gracias por prepararla.

— Ni siquiera la hice, la compré.

— Entonces gracias por comprarla— besé su cuello.

— Bueno...

— Te amo Mari —

— Damn, Kanan... I love you too — se volvió hacia mí y comenzó a besarme con ferocidad y dulzura mezcladas. Como sólo ella sabía hacerlo, y me encantaba.

¿Qué digo? Mari es una malcriada, inmadura y prepotente... Pero es mi novia.

Em, no le digan que dije eso.

[...]

— Por tu bien, espero que ésta marca salga con maquillaje— señaló su cuello y después buscó su kit de "belleza".

— Vamos, no es nada.

— You are impossible...

— Iré a alistarme, pero primero...— le di un beso cariñoso, el cual ella correspondió amorosamente. Sólo en esos momentos podía ver su verdadero yo.

Bebí rápidamente la malteada y me dirigí a la cocina para lavar el vaso. Miré en la basura un pequeño pote de esencia de vainilla y varias cáscaras de plátano.

Sonreí.