Leonor Mitchell
Nunca he sido el prototipo de chica normal, o por lo menos no en el rango en el que consideran a las personas normales. Tener esquizofrenia y ser una adolescente es lo que mejor podría definirme justo en estos momentos. Me diagnosticaron la enfermedad a los 15 años, cuando le había dicho a mi mamá que un niño que estaba en mi habitación me dijo que me lanzará de la azotea de la casa. Al principio mi mamá pensó que se trataba de fantasmas y llamó a un sacerdote para que bendijera la casa, pero luego las voces dentro de mi cabeza se intensificaron más. Luego de un tiempo empecé a tener problemas para dormir y de concentración en la escuela. Me llevaron con varios doctores, tanto generales como especialistas, hasta que un doctor que nos había recomendado un compañero del trabajo de mi papá nos dijo que me llevarán al psiquiatra. Mi mamá dudó mucho en si hacerlo o no pero las cosas cada vez estaban peor, así que al final optaron por llevarme. Después de hacerme varias pruebas el doctor Joseph Li determino que sufría de esquizofrenia. Me dieron un tratamiento en el cual llegué a tomar hasta 10 pastillas al día, pero después de un tiempo mi hígado ya no lo estaba soportando y tuvieron que suspenderlo durante algún tiempo. Cuando las alucinaciones se volvieron más intensas me sacaron de la escuela hasta que el psiquiatra me diera un nuevo diagnóstico para saber si tomaría medicamento de nuevo. Después de 2 meses en tratamiento, todo parecía normal de nuevo. Pero sólo fue por un periodo corto. Después de eso pase de estar estable a estar loca de remate. Esa es de la forma en la que yo me sentía, loca.
El psiquiatra dice que los síntomas varían de un paciente a otro, en mi caso yo sufría de alucinaciones constantes, no podía conciliar el sueño y me costaba mantener la concentración, había algunos pacientes que no podían mantener una conversación coherentemente. Yo si podía pero después de unos 10 minutos perdía completamente la atención hacía ella. Y básicamente así funcionaba mi vida.
Mi familia y yo vivimos en Arlington Heights, Illinois, en una pequeña casa que está a fueras de la ciudad, está un poco deteriorada, pero sigue siendo igual de bonita que siempre. Tengo una hermana mayor llamada Iveth, tiene 21 años y asiste a una universidad en Indiana, mientras mi padre trabaja en una constructora y mi mamá es educadora. Yo asisto a al Kensington School de la cual ya me hubiera graduado si no hubiera sido por que me sacaron durante 1 semestre y tuve que repetir todo el primer año otra vez, tengo 18 años, ya casi 19 y aún sigo en último año. Es mi último semestre y estoy pensando en cómo lograré sobrevivir un año más en esta escuela tan aburrida.
Sonó el timbre de la última hora, tomé mi mochila y caminé a través de la masa de gente que se formaba en los pasillos. Doblé en el primer pasillo a la derecha y seguí por ahí hasta llegar al baño. Me metí a uno de los cubículos y le puse el seguro. Comprobé que estuviera bien cerrada y me senté en el escusado. Saqué de mi mochila la bolsa ziploc en donde mi madre echaba todas las pastillas que tenía que tomarme, el doctor ideo una forma de tomarme una por una en un orden en el que pudiera recordar, <<de la más chica a la más grande>> me repetí. Primero tomé una pastilla redonda de color blanco muy pequeña y me la tragué en seco, después siguió una capsula de gel color rosa de un tamaño considerable, era casi el doble de tamaño de la blanca. Luego siguió una pastilla también redonda de color rosa que era del tamaño de mi uña. Las últimas 2 me las tragué con un poco de agua. Cerré la botella de agua y me quedé durante 2 minutos más dentro del baño esperando a que hicieran efecto, siempre que me tomaba el medicamento, no tenía alucinaciones durante todo el día, pero si por alguna razón no me las tomaba las alucinaciones cada vez eran más reales y más constantes. Salí del cubículo y me encontré a una chica con la cuál hablaba de vez en cuando. Estamos en la misma clase de Biología y una vez fue mi compañera en un trabajo final.
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Grita mi nombre © [EDITANDO]
Mystery / ThrillerLeonor, una chica esquizofrénica con problemas de aislamiento social, se ve enredada en una complicada situación cuando sus alucinaciones parecen más reales que nunca. Mientras su psiquiatra trata de descubrir lo que ocurre dentro de la cabeza de Le...