♧Capítulo 15♧

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Leonor Mitchell

No recuerdo haber despertado, ni tampoco estar en el vestidor. No recuerdo haber llegado al cine con Charlotte. No recuerdo nada. La única cosa que recuerdo, es que Adam llegó de nuevo a salvarme, otra vez estuvo ahí cuando nadie más podía ayudarme, él siempre me ha salvado, y aún sigo sin entender cómo es que lo hace.

Cuando salimos del cine, me siento como si me hubiera dormido toda la tarde y hubiera despertado en la madrugada. Estoy confundida, me siento mareada y no tengo ni idea de lo que está pasando a mi alrededor. Sólo veo a un montón de gente salir de tiendas de ropa, parejas sentadas en diferentes bancas tomando smothies o comiendo helados, señoras esperando a sus hijos que están en los inflables, pero no encuentro la conexión que hay.

¿Qué paso después de que me desmayé?

¿Dónde está Adam?

Todos estos pensamientos llegan a mi cabeza como estrellas fugaces, así de rápido como llegan, así de rápido se van. Estoy a punto de un colapso mental, si puedo caminar es gracias a que Charlotte me tiene agarrada del brazo, prácticamente me está sosteniendo.

—¿Cómo te sientes? —me preguntó la castaña.

—No lo sé —confesé

—¿Quieres que te llevé a casa? —preguntó la chica

¿Es decir que no era todo lo que Charlotte quería hacer hoy? Dios.

Me daba pena decirle que sí porque sé que ella de verdad estaba muy ilusionada con nuestra tarde de chicas, pero al mismo tiempo estaba deseando desaparecer en este momento y estar sobre mi cama haciendo mi presentación para la clase de filosofía.

—No, estoy bien —contesté

Ni siquiera sé porque le dije que no, creo que me guíe más por mis sentimientos que por mi raciocinio. Pero en este momento, creo que estar en casa no puede ser la mejor opción, prefiero esperar a que se me pasen estás sensaciones tan extrañas, y una vez que esté en mis 5 sentidos, podré volver a casa y fingir que nada malo paso. Sólo espero que el mareo se pase rápido.

—Entonces, ¿qué quieres hacer? —animó la chica.

—Podemos ir a comprar algo para comer, quizá así se me pase el mareo —propuse.

—Me parece buena idea, además yo también tengo hambre.

Caminamos por casi todo el centro comercial hasta llegar a un restaurante de comida rápida, el cual la verdad no se veía muy apetecible.

—¿Qué vas a querer? —me preguntó Charlotte

—No lo sé, ¿qué tal si ordenas por mí? —sugerí

—Muy bien, entonces tu ve a buscar mesa donde sentarnos —me pidió.

—Bien —le di una media sonrisa la solté del brazo. No paso ni un segundo de que me separé de ella y sentí que me iba a caer, sin duda el mareo aún seguía presente, pero entre más me aferrara a la idea de que Charlotte me sostenga, nunca se me pasará. Más que pasar caminando entre las mesas, parecía que estaba deambulando por el centro comercial. No sé cuánto tiempo tarde ene encontrar una mesa vacía, literalmente di como 3 vueltas al restaurante hasta que el mareo se me paso un poco y por fin pude enfocarme en encontrar mesa. Me senté en una de las sillas y esperé a que Charlotte llegará. Mientras esperaba comencé a jugar con las servilletas que había en la mesa, después revisé mi celular y contesté algunos mensajes de mi madre. Pasaron como 5 minutos cuando algo llamó mi atención, un chico, o mejor dicho un hombre. Cabello negro, barba, piel blanca. Lo observé detenidamente, contemplé cada uno de sus movimientos, tan naturales, todos por inercia. Entonces sintió mi mirada, tan penetrante que se tensó, y a los segundos, volteó para mirarme.

Grita mi nombre © [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora