Leonor Mitchell
En este momento la mejor palabra que podría describir como me siento sería: extraña. Extraña en todos los sentidos. Tengo a 3 personas alrededor de mí, y aún no creo que me llamen amiga. Y tampoco puedo creer que yo los llamé amigos a ellos. Dylan está sentado enfrente de mí, a un lado está Charlotte, y en un lado mío, el pelinegro. Si, Everett.
—¿Qué tal dormiste ayer? —me preguntó la castaña
—Bien, eso creo —dije y le di una sonrisa a medias
—Yo dormí pésimo. ¿Sabían que desde que regresamos de acampar no he tenido un una sola noche en la que pueda dormir? —Everett sonaba dramático.
—No debiste hacerle esa broma, Dylan —reprendió Charlotte al pelirrubio.
—Fue gracioso, pero nunca me imaginé que te den miedo los lobos —confesé con una risita —además ha pasado casi una semana desde eso.
—No les tengo miedo —hizo una pausa y después me tomó por los hombros y me sacudió ligeramente mientras decía sus palabras —les tengo pánico, Leonor. Pánico.
—No seas dramático, Everett —murmuré
—Tienes que admitir que soy un genio para las bromas —Dylan por fin se unió a la plática.
—Pensé que te había comido la lengua el ratón —dije y el alzó las cejas.
—Es sólo que Everett nunca se calla —soltó Dylan en un reproche.
—El problema no soy yo, el problema es que no toleras a la gente tan brillante como yo —el tono de Everett estaba lleno de sarcasmo.
—Sí, tan brillante que hasta reprobaste química, ¿no? —la burla en el tono de Dylan era obvio.
—¡Aaay, que olor tan desagradable! Huele a envidia, mezclado con un toque de un estúpido que tengo sentado enfrente de mi —Everett le sonrió a Dylan con cinismo.
—Que te den —fue lo último que dijo Dylan.
—Si te molesta mi brillo, ponte lentes, honey —le guiñó el ojo.
—¿Así se llevan todo el tiempo? —pregunté juntando mis cejas
—No, a veces es peor, pero no te preocupes, esa es su forma de demostrarse cariño —la chica dijo mirándolos a los dos como si fueran un par de chiquillos chiflados.
La campana sonó, anunciando el fin de nuestro descanso para almorzar. Todos nos levantamos de la mesa, tomamos nuestras cosas y comenzamos a caminar hacia la salida de la cafetería.
—¿Qué clase tienen? —preguntó Dylan.
—Nosotras, biología —Charlotte contesto por las 2.
—¿Y si nos fugamos? —propuso el pelinegro.
—Pensé que tenías examen —dijo el rubio.
—Sí, pero no dije que lo haría, ¿o sí?
—Yo no voy a fugarme la clase —sentencié
—¿Por qué no? —interrogó Charlotte.
—¿Tu lo harás? —la miré.
—Claro. Para ser honesta biología no es mi materia favorita.
—¿Dylan? —nuestras miradas chocaron y sólo bastó no verlo parpadear para darme cuenta que todos estaban de acuerdo.
—Bueno, que se diviertan —les di una sonrisa forzada, y seguí mi camino.
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Grita mi nombre © [EDITANDO]
Misteri / ThrillerLeonor, una chica esquizofrénica con problemas de aislamiento social, se ve enredada en una complicada situación cuando sus alucinaciones parecen más reales que nunca. Mientras su psiquiatra trata de descubrir lo que ocurre dentro de la cabeza de Le...