Leonor Mitchell
Jamás había conocido a una persona tan puntal en mi vida, y si no fuera por Dylan, lo seguiría diciendo. Llegó por mí exactamente a las 9:50 a.m. como habíamos quedado. Salí de la casa cargando mi mochila, la cual sería mi mejor amiga él próximo día y medio que pasaríamos acampando.
No fue difícil convencer a mis papás para que me dejaran ir al campamento, en primera porque ninguno de los dos ha estado al tanto de mis crisis, y en segunda porque les alegra la idea de que por fin tenga amigos, así que en cuento les dije los planes del fin de semana accedieron entusiasmados. Al principio mi papá se preocupó, como todo padre normal se preocuparía por su hija menor, pero después me dijo que estaba bien que disfrutará todo lo que pudiera antes de que mi etapa de adolescente se terminará, pues ya bastante me había perdido del mundo exterior como para retenerme. Y así es como en estos momentos estoy montada en el auto de Dylan, junto con Charlotte, despidiéndome con la mano de mis padres a través de la ventana del coche.
—Será el fin de semana más emocionante de todos —dijo Charlotte con un gran entusiasmo y rostro iluminado.
—Muy, muy, muy emocionante —Dylan me vio por el espejo retrovisor. —Ya puedes respirar, Leonor —ni siquiera me di cuenta que lo estaba reteniendo hasta que Dylan lo dijo.
—Perdón, estoy algo nerviosa —confesé.
—No hay nada de qué preocuparse, nosotros te cuidaremos, ¿verdad Turner? —la castaña miro al chico y él le dio una sonrisa.
—Verdad Harris —nunca había escuchado a alguien que llamara a Charlotte por su apellido.
—Te he dicho que no me llames por mi apellido —le reprendió la chica.
—Me gusta molestarte —Charlotte le saco el dedo
—Eres una grosera —Dylan le saco la lengua
—Y tú un infantil —le espetó.
—Concuerdo en eso —dije con una sonrisa burlona plasmada en mi cara.
—Gracias por el apoyo, que buena amiga eres —dijo sarcásticamente.
—Es la verdad —solté.
—Claro que no —contradijo.
—Claro que sí, de todos los jugadores tu eres el más infantil —atacó.
—Y tú a veces eres un dolor de cabeza, Harris —los dos chicos empezaron a parlotear, agitaban las manos, se insultaban de vez en cuando y había veces en las que Charlotte le sacaba el dedo a Dylan y este le sacaba la lengua. Era muy divertido verlos pelear, era como ver una película de comedia romántica barata, muy barata.
—Ya cállate —finalizó Charlotte cruzándose de brazos. Para mi sorpresa el rubio no volvió a hablar.
El silencio reinaba entre nosotros, nos quedamos en completo silencio. Después de un rato el ambiente se tornó incómodo, por lo menos para mi, así que traté de romper el silencio.
—¿Siempre pelean así? —los dos me miraron por el espejo retrovisor.
—No, sólo cuando Charlotte tiene la regla, ya sabes, hormonas —la chica lo miro con una mirada asesina.
—Eres un imbécil Turner. Eres el maldito rey de los imbéciles —por un momento creí que le daría un golpe, pero no fue así. La chica le dio una última mirada y luego se giró hasta quedar viendo por la ventana. —Y para tu información, hoy no tengo la regla.
—No te preocupes Leonor, espera a que se duerma y cuando despierte estará más feliz que una lombriz —pude ver por el espejo que me guiñó el ojo.

ESTÁS LEYENDO
Grita mi nombre © [EDITANDO]
Mystery / ThrillerLeonor, una chica esquizofrénica con problemas de aislamiento social, se ve enredada en una complicada situación cuando sus alucinaciones parecen más reales que nunca. Mientras su psiquiatra trata de descubrir lo que ocurre dentro de la cabeza de Le...