♧Capítulo 12♧

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Leonor Mitchell

Una semana de servicio social en la escuela por faltarle el respeto a la Institución. Ese fue mi castigo, o bueno nuestro castigo, o más bien el castigo de Dylan y mío. Como sea, a los 2 nos castigaron.

Traté de no perder la cabeza mientras Dylan explicaba lo que paso, el problema es que el rubio dijo puras mentiras. Recuerdo sus palabras y se me revuelve el estómago otra vez.

Sólo queríamos privacidad —el chico dijo serenamente

A esta institución se viene a estudiar no ha estarse besuqueando dentro del cuarto del conserje. —El señor Heidek estaba muy molesto.

Eso dicen en todas las escuelas y nadie hace caso, ¿por qué cree que nosotros debemos de ser la primera institución en hacer la diferencia? —Dylan no dejaba de responderle.

La diferencia te hace alcanzar la excelencia —dijo el señor Heidek con la cabeza alzada.

En primera, ese dicho ni siquiera existe, y en segunda, es muy normal que una pareja enamorada quiera fugarse las clases para estar un rato a solas, ¿qué usted nunca lo hizo en su juventud? —el tono rebelde en que el pelirrubio le contestó hizo que me quisiera temblar el ojo.

¿Pareja enamorada? —fue lo único que pude decir antes de que el director se parara de golpe del asiento.

No estamos hablando de mi juventud, además a ustedes no les importa lo que he hecho de mi vida. Hablamos de la enorme falta de respeto que han cometido —tomo una pluma de su escritorio y tomo dos citatorios.Señor Turner, espero que no le causé más problemas esta situación. —Dylan lo tomo con la mano y lo guardo en su mochila.

Señorita Mitchell, espero de todo corazón que sus padres no desfallezcan con esta noticia —su sarcasmo me hizo enojar, pero no lo demostré. —Pueden retirarse de mi oficina.

Dylan le dio una sonrisa irónica, yo le dediqué mi mejor sonrisa de hipócrita y así salimos de la oficina de Heidek.

Es la última vez que me metes en problemas, Dylan —el chico me giro a él.

Pensé que habías dicho que tú solita te metiste en problemas —me recordó

Pues, ¿sabes qué? Cambié de opinión, no debiste haberte ido —le dije y le pegué en el pecho con mi puño.

Hey, tranquila cariño —dijo con una sonrisa torcida.

No me llames así —le dije. Él levantó las manos en señal de inocencia.

Como quieras, Leonor. Pero por si no has leído el citatorio, estaremos juntos toda una semana.

Ni siquiera lo leíste —le recordé.

No es la primera vez que me castigan, siempre es lo mismo. Servicio social en la escuela una semana, "para que aprendas a respetar la institución"

Genial, ahora pasaré pegada a ti toda la semana.

Yo no me quejó. Por mi encantado —maldita sea la hora que marcaba el reloj cuando Dylan apareció en mi vista el día de la fiesta.

Como sea, mejor vámonos antes de que nos vean y piensen que vamos a volver a besarnos —dije y lo jale de la camisa hacia la salida.

Besas bien, sin duda volvería a repetirlo —dijo con picardía.

Cierra la boca, Turner.

Y con una sonrisa de suficiencia en su rostro y una mueca de molestia en el mío, salimos al patio de nuevo.

Grita mi nombre © [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora