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- ¿Seguro de que no quieres ir, Jimin?

- Vamos Park, aprovecha que tu novio no está en la ciudad

- Tiene razón Jan ¿Qué dices?

Y por más que insistieron sus compañeros de trabajo, el rubio los rechaza.

- Lo siento chicos - lo lamenta, cuando guarda el delantal en su mochila - Tengo visitas en la casa y tengo que estar presente

Estando afuera del negocio, Jimin se colgó la mochila en su espalda y espero que su compañero cerrara bien con llave la puerta principal. Todo asegurado, los dos chicos no insistieron más y se despidieron del rubio con una gran  sonrisa. Jimin por su lado devolvió el gesto a sus compañeros y en cuanto los perdió de vista, tomó su propio rumbo.

A pesar de ser el último día de la semana, Jimin prefirió recibir a las visitas que tendría en la casa de su abuela a estar bebiendo y bailando en esa fiesta inmortal toda la noche.

Además, su abuela dijo que era muy importante y cuando ella dice esa palabra, sabe que habla enserio.

En el camino, Jimin pasa por varios negocios y personas que deambulan el lugar, pero entre esos lugares, uno es el que lo detiene.

A través del enorme cristal, varias pantallas en un mismo canal dan a conocer que una prestigiosa empresa a tenido varios éxitos en el extranjero, pero lo que hizo que sonriera nostálgico, fue al ver a su hermano con el chico que es aplaudido.

Hace diez años, decidió alejarse de las cámaras, reflectores y revistas para vivir una vida como cualquier otra persona. Pero lamentablemente él fue el único que eligió ese camino porque su hermano se quedó a lado de sus engreídos padres que sólo piensan en sí mismos y no en los demás. Agradece mucho a su abuela haberlo adoptado como su hijo porque sino lo hubiera hecho, no estuviera vivo en ese horrible lugar.

Sin más que hacer en ese lugar, Jimin se alejó y siguió su camino hasta llegar a la casa de su querida abuela, faltaba tan poco que desde lejos observó como un auto negro se estacionó enfrente de su hogar, al principio no le tomó importancia, pero cuando recordó que su abuela no tenía auto ni mucho menos uno de color negro, se puso alerta.

Rápidamente se escondió detrás de un árbol y atento, observó como el conductor del auto salió para abrir la puerta de atrás. Con su falta de visión y la poca luz que la luna le entregaba a la noche, le fue más difícil a Jimin ver quien era ese chico con gafas negras.

Vestía con un abrigo negro largo que tampoco pudo adivinar su vestimenta, lo único que pudo distinguir fue al chico que abrió la puerta, era un chófer debido al traje y el gorro que usaba. Los dos individuos se quedaron en la puerta por varios segundos hasta que el chico con gafas tocó la puerta y el chófer se retiró para subir al auto e irse a quien sabe donde.

Con el ceño fruncido, Jimin observó al sujeto parado en su puerta y decidió dejar de estar escondido para llegar lo más rápido, pero todos sus pasos fueron interrumpidos de manera abrupta cuando la puerta fue abierto finalmente.

Su abuela fue la que salió atender al chico y sus ojos se abrieron de más cuando la vio abrazarlo con mucha felicidad.

Eso dejó más confundido a Jimin y cuando estuvo por volver a caminar para acercarse, aquellos dos entraron a la casa lo más rápido. Eso atrajo más la curiosidad del rubio que al llegar al fin a la cada abrió la puerta de inmediato y su mirada cayó en la sala donde prácticamente, no había nadie.

-¿Jimin?

Pero al escuchar esa voz, el rubio volvió a sonreír. Su dulce abuela había salido de la cocina y con el mismo gesto en sus labios se acercó para abrazarlo, como siempre.

Smile F. Love あ・KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora