XXIII

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Tercer y último año. Aquel año en que por fin se graduaría y decidiría su futuro, siendo sincero consigo mismo no sabía que hacer, suspiró mirando por la ventana mientras la hoja que le exigía ser llenada con sus planes futuros, permanecía vacía sobre el escritorio. Miró alrededor con aburrimiento, sus compañeros eran nuevos para él, tanto Sougo como Yamazaki habían terminado en clases diferentes pero sabía que de algún modo ellos estarían mejor que él. Era demasiado difícil para él socializar. Volvió a mirar por la ventana, la clase de uno de sus amigos tenía Educación Física en la pista.



—Okita-kun es tan guapo.



—Es el mejor de su clase, además dicen que sigue soltero.



—¡Oh! ¿En serio? Tal vez le hable hoy.



Miró de reojo a las chicas que estaban justo detrás de él también mirando por la ventana y susurrando emocionadas, miró una vez más al exterior y rodó los ojos con fastidio al ver lo que hacía su amigo, aquel chico guapo e inteligente estaba acostándose sobre el césped dispuesto a dormir. Miró hacia el escritorio del maestro, Gintoki dormía tranquilamente con una revista cubriendo su rostro, para él era fácil estirarse un poco y alcanzarlo pero se conformó con sonreír mientras lo apreciaba en secreto.

Pensaré en mi futuro después...

Caminaba por el pasillo cargando una gran caja para el laboratorio, su querido maestro lo había enviado específicamente a él para eso, suspiró mientras veía como la luz solar iluminaba el pasillo con facilidad a través de los grandes ventanales y ...

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Caminaba por el pasillo cargando una gran caja para el laboratorio, su querido maestro lo había enviado específicamente a él para eso, suspiró mientras veía como la luz solar iluminaba el pasillo con facilidad a través de los grandes ventanales y agradeció haberse quitado el saco del uniforme para usar únicamente la camisa. Dejó la caja en el suelo y estiró su cuerpo, su espalda dolía un poco y no se debía únicamente a estar cargando algo de peso, sus mejillas se ruborizaron y solo agradeció estar completamente solo.

Estúpido Gintoki...

Chasqueó la lengua y se restregó el rostro, queriendo quitarse la vergüenza y el sudor, pues era un día extremadamente caluroso. Se giró dispuesto a agacharse para recoger la caja pero unas manos grandes en sus costados se lo impidieron, sonrió de lado mientras giraba de nuevo y enfrentaba a quien creía debía estar ya en el laboratorio, su maestro le sonrió divertido mientras lo empujaba hacia la ventana y lo arrinconaba ahí. Pegó sus frentes y cerró los ojos, Toshiro tan solo admiró su rostro tranquilo en silencio.

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¡Sakata-sensei! [Ginhiji]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora