XII

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No fueron capaces de dormir ni en la misma habitación, Hijikata ocupó la de visitas, se levantaron y saludaron con normalidad. No hablaron de nada en específico, ni siquiera fueron capaces de mencionar lo sucedido la noche anterior o mirarse a la cara y tras desayunar el alumno abandonó su casa.

Una única pregunta rodando por ambas mentes.

¿Ahora qué?

Parecía flotar, cada paso que daba hacia la preparatoria no lograba agotarlo, como si levitará o algo más allá

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Parecía flotar, cada paso que daba hacia la preparatoria no lograba agotarlo, como si levitará o algo más allá. Detrás estaba Kondou, enviándole miradas cargadas de estrañeza y curiosidad, era extraño verlo tan feliz. Para cualquiera Hijikata lucía igual, su rostro serio y desinteresado, sus ojos fieros vagando sin objetivo fijo y su postura imponente pero el mayor podía verlo, podía notarlo. Veía el brillo en esos ojos azules que siempre parecían vacíos, la leve curvatura en sus labios y los suspiros casi imperceptibles.



—Toshi...



—¿Eh? ¿Qué sucede, Kondou-san?


—Nada.


Murmuró al tener los ojos contrarios sobre su rostro, Hijikata frunció el ceño confundido pero rápidamente se encogió de hombros y volvió a caminar de buen humor, Kondou solo pudo dejar escapar una sonrisa.

Era bueno verlo así, muy bueno.

Las clases de la mañana se pasaron con una rapidez abrumadora, no se había sentido aburrido, incluso no le había molestado la actitud de Sougo o el ruido de sus compañeros

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Las clases de la mañana se pasaron con una rapidez abrumadora, no se había sentido aburrido, incluso no le había molestado la actitud de Sougo o el ruido de sus compañeros. Parecía que nada podía arruinar su buen humor. La hora del almuerzo llegó, habían decidido ir a la cafetería, aunque decidió separse de sus amigos para escaparse por un cigarrillo. No era un adipto pero ese día en peculiar quería fumar, escaparse de sus conocidos y fumar, tan solo fumar.

Se dirigió al lugar menos frecuentado de los alumnos, el mismo lugar donde casi besa a su profesor mientras dormía, movió la cabeza desechando aquellos pensamientos. Miró alrededor y sacó la cajetilla oculta entre su uniforme, dando otra mirada alrededor puso un cigarrillo en su boca y sacó un encendedor, después de encenderlo y darle una profunda calada, cerró los ojos disfrutandolo. Sostenía el cigarrillo entre sus dedos mientras veía el cielo, perdido en sus pensamientos.


¡Sakata-sensei! [Ginhiji]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora