XXV

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Estaban en la piscina termal que ofrecía el hotel estilo japonés tradicional, desnudos y solos, el agua caliente relajaba su cuerpo pero su mirada no podía despegarse de quien estaba a su lado a unos cuantos metros. Toshiro tenía los ojos cerrados, recargado a la orilla de la piscina y hundido hasta el pecho, tan solo podía ver su rostro, cuello, hombros y clavículas pero más que suficiente. El chico no solía ser tan expresivo o demostrativo, tal vez lo había sido durante un tiempo antes de que salieran de forma "oficial" pero tras ser una pareja el menor era más cohibido, como si temiera mostrarle como se sentía o dar un paso en falso delante de quienes no debía.

Tenía que admitirlo, no esperaba que hiciera algo cuando tenían tantos ojos sobre ellos, tal vez no directamente sobre ellos pero sí rodeados de muchas personas. Realmente lo había tomado por sorpresa. Pensar que una acción tan simple que tantas veces realizaron, tan común en una pareja como ellos, podría hacerlo avergonzarse por tan solo estar frente a otras personas y fuera de su zona de confort. No debería confiarse tan fácilmente, aunque no pudo evitar sonreír recordándolo, le había agradado verlo comportarse de forma más liberal y con más confianza hacia él.


—¿Te divertiste hoy, Toshi?



—Sí, nunca había hecho algo así.



—¿Hablas del festival nocturno o el beso?



—Ambas.



Soltó una risa baja al escuchar su respuesta despreocupada, pues no se había sonrojado ni parecía nervioso, realmente lucia con más confianza y seguridad. Se acercó a él, notando que no se inmutaba ante su cercanía y ni siquiera abría los ojos, luciendo tan relajado. Sonrió colocándose en frente de él y posando sus manos en las caderas contrarias, Toshiro abrió los ojos despacio y elevó una ceja en su dirección, viéndolo con diversión. Mordió su labio inferior y movió los ojos, señalándole mirar en una dirección, hacia la puerta corrediza que daba al interior del hotel.


—¿No estás cansado? Creí que alguien de tu edad dormiría tras un largo día de diversión.



—Éste viejo tiene más energía de la que podrías imaginar.




—¿Oh, en serio?



—¿No me crees? ¿Quieres una demostración?



Toshiro rio en voz baja mientras asentía y colocaba ambas manos en los hombros contrarios, acercándose peligrosamente al rostro del mayor, dejándole en claro su respuesta. Gintoki acabó con la distancia entre los dos y unió sus labios en un beso hambriento que se vieron obligados a terminar por falta de aire, luego se separó y tomó una de sus manos para dirigirlo fuera de la piscina, ambos sabían hacía donde irían después de secarse y colocarse algo de ropa.

Vestidos con las batas blancas que ofrecía el hotel y ya en su habitación, Gintoki no quiso perder el tiempo tomandolo por los muslos obligándolo a enrollar las piernas en su cintura mientras lo besaba y caminaba a la cama, dejando a Toshi sobre é...

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Vestidos con las batas blancas que ofrecía el hotel y ya en su habitación, Gintoki no quiso perder el tiempo tomandolo por los muslos obligándolo a enrollar las piernas en su cintura mientras lo besaba y caminaba a la cama, dejando a Toshi sobre ésta con cuidado y acomodándose sobre él sin poder despegar sus bocas. El aire los hizo por fin separarse, haciendo un sonido de chasquido pero sin impedir que el mayor descendierá al cuello, dejando marcas a propósito conforme alcanzaba las clavículas que dejaba su ropa al descubierto.



¡Sakata-sensei! [Ginhiji]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora