Una flor en mi libro

9. Misión.

— ¿Estás diciendo...?— cuestionó Iruka incrédulo.

— Me gustas.

— Oh...

La sorpresa se apoderó del chūnin que con la boca ligeramente entreabierta miraba al peliplata. Esperando que en cualquier momento comenzara a reír y le dijera que todo era una broma, pero no lo hizo.
Le sostuvo las manos y sus ojos estaban clavados en él.

— ¿De-desde cuando?— fue lo primero que pudo preguntar.

— Hace mucho que sentía algo raro hacia ti, quería pasar tiempo contigo pero siempre me evitabas o te avergonzabas, con el tiempo nos hicimos más amigos y no sé Iruka, yo quería más que esa amistad, era diferente. Pero no sabía que era porque en realidad estaba enamorado de ti, eso lo entendí hace poco.

El moreno procesó todas las palabras del jōnin, quería pellizcarse.

— ¿Po-por qué?- interrogó de nuevo.

— ¿Por qué me gustas?

Iruka asintió con la cabeza.

— Me llevaré mucho tiempo diciéndotelo, y la Hokage quiere verme.

— Lamento entretenerte— se disculpó el chūnin.

— No se te ocurra disculparte. Yo me detuve porque debía ver qué estuvieras bien.

"Me voy a desmayar" pensó el profesor.

— Iré a ver a Tsunade-sama y después hablamos todo lo que quieras. No tardaré, espera aquí.

— S-sí.

El peliplata desapareció entre las puertas de la Torre Hokage. Iruka se mantuvo afuera, con un ligero temblor en sus manos, y su corazón bombeando con más rapidez de lo normal.

"Besé a Kakashi Hatake"

Se sentó en el pasto recargando la espalda en el tronco de un árbol. Con cautela llevó sus dedos a sus labios, los mismos que se habían unido con los del ninja que copia en un dulce beso.
Hasta que un grito lo sacó de sus pensamientos.

— ¡Umino Iruka! ¡Lo vi todo! ¡Estaba descansando en la azotea del edificio y vi como tú y Kakashi se besaban!— gritó Shizune con emoción.

— ¿Quieres bajar la voz?— le regañó el sonrojado profesor.

— Disculpa, es solo que estabas tan enamorado de él y saber que están juntos ahora es taaaaan lindo.

— No estamos juntos aún, solo me dijo que le gustaba.

— Pues no te iba a pedir matrimonio, por algo se empieza tontuelo.

— De verdad le gusto— chilló el chūnin con felicidad.

— Anko debe saberlo.

— Por favor no. Es nuestra mejor amiga pero ambos sabemos que es muy boca floja, y si hay sake es aún peor, no quiero que toda Konoha sepa que estoy saliendo con Kakashi. Primero debo platicar con él.

— Amigo mío, entre más pronto marques territorio, mejor. ¿Sabes cuántas y cuántos están tras tu Kakashi?

— Realmente eso no importa, su Kakashi está muy enamorado ¿verdad Iruka?— dijo el peli plata detrás de ambos.

Iruka casi se infarta del susto y la jōnin no se quedaba atrás.
El castaño se limitó a asentir con la cabeza.

— Buenas noches Kakashi— saludó la peli negra rascando su nuca.