Kakashi sabía a la perfección que Iruka tenía un don con los niños y sin duda disfrutaba su trabajo. Lo que no se imaginaba era que el profesor usaba su tiempo libre para visitar a los niños del orfanato. Eso convertía al maestro en una persona aún más tierna si es que se podía.
"Mocosos suertudos, ojalá yo tuviera tanta suerte" pensó el peliplata mientras se recostaba en su sofá.
Kakashi planeaba seguir pensando en el bonito chūnin hasta que alguien tocó su puerta.
Nada más y nada menos que...
— ¡Mi eterno rival! ¿Cómo te encuentras el día de hoy? ¡Regocíjate en el poder de nuestra juventud!— expresó Gai mientras sonreía de oreja a oreja.
— Hola Gai— contestó Kakashi haciéndose a un lado y dejando pasar a su amigo.
El del traje verde entró a su casa, con una botella de sake en manos y un ramo de rosas en la otra.
— Vine a verte para divertirnos un poco— dijo levantando la botella blanca.
— Déjame adivinar ¿Anko estaba ocupada?— inquirió Kakashi levantando una ceja, obviamente las rosas no eran para él.
— Sí, de hecho olvidé que los sábados los pasa con Iruka.
— Sigo sin entender cómo son mejores amigos— expresó el peliplata.
— ¿Por?
— Pues Iruka es muy tranquilo, sensible y amable. Y Ankō... bueno ella es Ankō.
— Creo que tú y yo también somos muy diferentes.
— Tienes razón— rió.
— Espero no te moleste, me topé a Kurenai y a Asuma y les dije que vinieran también.
— Está bien Gai. No tengo nada mejor que hacer y ustedes son mis amigos.
Ambos se dirigieron a la sala y comenzaron a preparar el comedor para la reunión. Colocaron botanas, copas, vasos y hasta pusieron música.
La pareja llegó a la casa de Kakashi y los cuatro jōnin empezaron a beber.
— ...y así fue como le di cien vueltas a la aldea parado de manos.
— Te falta un tornillito amigo— le regañó Asuma.
— ¿Se enteraron de lo de Mizuki?— cuestionó la única mujer.
— ¿Que no ese fue el que hizo que Naruto robara el pergamino?
— Ese mismo, al parecer lo van a liberar.
Hatake pasó el trago de sake con dificultad, casi se ahoga. Toda la aldea se enteró de ese incidente que ya tenía quizás tres años, donde Iruka se vió involucrado y salió malherido pero en todo momento defendió a Naruto.
— ¿Por que harían eso?— preguntó Gai.
— Al parecer ha demostrado buen comportamiento y además arrepentimiento de sus acciones.
— Ojalá no se equivoquen en hacerlo.
La velada continuó pero la mente de Kakashi se quedó en ese fragmento de la conversación.
Seguramente Iruka no estaría feliz con esa noticia, ¿debería decírselo? o quizás ya lo sabía.
Pasada la media noche Asuma y Kurenai se retiraron, Gai se quedó otro rato a ayudarlo a recoger pero finalmente se fue.
Kakashi miró el reloj que descansaba en su pared, ya era la una de la mañana del día domingo.
Una sonrisa inconsistente apareció en su cara al pensar que vería a Iruka y con esa idea se fue a dormir.

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Una flor en mi libro
Hayran KurguAquella peonia blanca misteriosa que apareció en el libro del Hatake ¿tendría algún significado?