8. Terror.

763 111 92
                                    

Ambos shinobis se dirigieron al cine de Konoha, platicaban animadamente mientras caminaban lado a lado.

Iruka se percató de al menos un par de chicas que miraban a Kakashi, "¿Y quién no?" pensó. Por su parte el peliplata ni siquiera lo notaba, tenía toda su atención en la anécdota que el chūnin le estaba contando, de un día en el que Naruto, Chōji, Kiba y Shikamaru casi incendian el salón de clases.

— Supongo que tratar con niños es difícil. A mi no me agradan tanto— dijo el mayor cuando el castaño terminó su relato.

— Pero lo haces bien. El equipo 7 es increíble.

— Lo dice el que no quería que estuvieran a mi cargo y que además no quería que presentaran el examen chūnin— se burló.

— Es que eres muy duro, no lo hacía con mala intención. Lo lamento.

— No te preocupes, supongo que tenías miedo por Naruto.

— Supongo que eso era.

— Ahora es un shinobi fuerte. Tal como la persona que más admira, o sea tú.

— ¡No digas eso!— contestó Iruka sonrojándose.

Llegaron al cine de Konoha y eligieron una película de terror, el peliplata insistió en pagar las entradas y los dulces.

— Muchas gracias por todo Kakashi.

— No es nada— sonrió.

Tomaron asiento en la sala, y después de unos minutos la película comenzó.
Era horrible, el filme trataba de una casa embrujada en la que penaban los fantasmas de una familia asesinada.
Iruka pegaba pequeños brincos en su lugar cada que los fantasmas aparecían, ahora recordaba porque evitaba ver películas de terror.

— ¿Todo bien?— preguntó Kakashi susurrando en su oído.

Aquel susurro repentino hizo que Iruka pegara un grito agudo que solo hizo al jōnin reír.

— ¡No hagas eso tonto!

— No sabía que te daban miedo los fantasmas.

— Pues ahora lo sabes— dijo el castaño cruzando de brazos en señal de molestia.

— No te enojes.

Iruka sonrió divertido, la estaba pasando bien con la persona de la cual estaba secretamente enamorado. Y este parecía querer hacerle enamorarse más.

Kakashi tan sumergido en el momento se atrevió a tomar la mano del chūnin, y lentamente entrelazar sus dedos.

Ninguno habló, ni tampoco se movían, respiraban con dificultad, como si el mínimo movimiento fuera a causar que sus manos se separasen.
Hasta que una señora gritó una obscenidad porque la asustó una escena de la película, causando que todos los presentes rieran, incluyéndolos.

Eso los relajó bastante, y vieron el resto de la película tomados de la mano.

Terminó la película y prendieron las luces de la sala, haciendo que muy a su pesar tuvieran que soltarse.

— ¿Quieres hacer algo más?— preguntó el peliplata mientras caminaban por las calles oscuras de su aldea.

— Podemos vernos otro día. La verdad quiero dormir y aún tengo que preparar mi clase de mañana. 

Kakashi asintió con la cabeza, no pudo evitar sentirse mal, quería pasar más tiempo con Iruka, pero el moreno tenía razón. Tenía deberes que hacer y además pasaron casi todo el día juntos.

"No seas una garrapata o se hartará de ti" pensó el peliplata para sí mismo.

— Kakashi.

Una flor en mi libroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora