Guíame

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Nunca había dormido tan cómodo en una casa ajena, pues no se sentía como las frías mañanas que solía tener, me desperté y mire detalladamente la nieve caer.

Era un sábado, oh bello sábado, le había llegado un texto en la madrugada al joven, uno de su jefe quien le había avisado que era día libre hoy y mañana por el asesinato.

Y el otro era de un número desconocido, que solo había dejado una foto de una etiqueta con el los números: "234".

Contesté la foto con un signo de interrogación cosa que obviamente me ignoraron dejándome en visto.

Eliminé el contacto y deje el celular a un lado, Alune se veía muy comoda así que decidí dejarla un rato allí, empeze a guardar mis cosas en la mochila cuando de pronto alguien entra.

Es Sett, que venía a ver si estaba despierto - Hey Phel.. Buenos días ¿como estas? - pregunto Sett susurrando - Bien..

Nos quedamos en silencio viéndonos a los ojos, yo sonreí y seguí guardando mis cosas, no me tarde mucho y cuando me gire Sett estaba en frente de mi, podía sentir como su nariz rozaba con la mía y su frente estaba tocando la mía.

- Phel.. - su voz se notaba algo ronca pero hacía el intento por susurrar - lamento hacer esto aquí y ahora.. Pero si no lo hago, me arrepentiré el resto de mi vida.

Sett beso los labios fríos y rotos de Aphelios, pero no le importaba que tan triste se veía, el quería curar y cuidar esos labios.

Sett cerró los ojos cuando sintió el toque frío de esos labios, mientras que las pupilas de Aphelios se dilataron, pues se sentía muy bien al saber que todo este tiempo, era el.

Pero.. Los recuerdos de ese amor invernal atacaron de nuevo "¿Que sucede si esto es un juego? " pensó Aphelios "¿Y si busca aprovecharse de mi?" deseaba tomar la mano de Sett y prometerle que todo estará bien, como le decía a aquella dama de azul.

"Si, si me quiero quedar, pero ya no se como amar" ese pensamiento lo cegó de nuevo y cerró los ojos aguantando el llanto, ahora; solo le quedaba sentir un bello y último beso.

Phel volvió a su expresión de seriedad, apartó a Sett y lo miró detenidamente, salió de cuarto con su mochila y después de la casa.

Que manera más triste de empezar un sábado.. Aphelios moría de frío a pesar de llevar su abrigo, quizás no era el clima ni la nieve y sólo era el mismo sentimiento que tenía cuando esa chica se fue.

Aphelios cada vez avanzaba más y más rápido, hasta que escucho la voz de Sett gritando por su nombre.

Quiero abrazarlo, besarlo, decirle que todo este tiempo fuiste tu quien me sacó de ese pozo de tristeza, pero no quiero arruinar tu feliz vida ni tu brillante futuro, no quiero molestarte con mi pasado ni mis inseguridades.

"Sett.. Porfavor.. Te ruego que pares.." lloraba mientras corría de la casa sin importarle lo demás, me arrepiento de haberte conocido.

Cuando el primer amor termina. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora