Parte 7 Línea genealógica

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Miedo, eso fue lo que sentí cuando Minato y Kushina me dijeron que teníamos que hablar. Me invitaron ese día a cenar a su casa a lo que accedí más por curiosidad y compromiso que por voluntad propia.  Kushina no me daba buena espina, bueno, lo que no me daba buena espina era su chakra. Minato sensei era la persona más buena del mundo y si se había casado con Kushina es porque realmente no era peligrosa.  Llamé a la puerta de su casa y me recibió Kushina con una sonrisa.

— ¡TN Por fin llegas! Pasa.— Kushina se hizo a un lado para que pudiese pasar y me indicó la dirección del salón. Por otra puerta pegada al salón salió Minato con un delantal rosa y un cucharón en la mano.

—En seguida termino la comida, id poniendo los platos porfa.— Kushina se tapó la boca con el canto de la mano y me susurró.

—Lleva toda la tarde cocinando para impresionar.— Ambas nos reímos mientras nos sentamos en la mesa. Al poco rato llegó Minato con los platos. Cuando vi toda la comida que nos preparó entendí que Kushina no mentía, sensei llevaba toda la tarde cocinando. Había sopa de miso, arroz con curry, chuletón de ternera y de postre dangos. Todo estaba muy rico y se lo dejé saber a sensei. Llegó un punto en la conversación de la cena en la que las cosas se pusieron serias.

—A todo esto... Teníamos que hablar de un tema en concreto.— Inmediatamente me tensé y bebí un poco de agua antes de escuchar lo que tenían que decir.

—Tn creo que desciendes de los Uzumaki como yo.— Dijo Kushina.

—Y no solo eso sino que has heredado el ser ninja sensitivo. Minato le contó que supiste muy de lejos que venía.—  

—Mi abuelo era un ninja sensitivo también creo que viene de ahí supongo.— Dije frunciendo el ceño.

—Los Uzumaki y los Senju siempre de han llevado bien, probablemente alguno de tus ancestros se casó con un Uzumaki, si te fijas bien tus ojos son rojos. Los Uzumaki más puros tienen los ojos y el pelo rojo. Tambien somos buenos haciendo sellos.

—Te vendrá bien dominar los sellos para hacer el hiraishin— Interrumpió Minato.

—Pero eso no es lo importante... Por favor cuéntanos lo que viste en mi chakra, sin tapujos.— Dudé un par de segundos en hablar pero después con un hilo fino de voz pude decir :

—Tienes algo... o alguien dentro que da mucho miedo, es una masa de odio pero también tienes otro chakra que me hace confiar en tí. No se qué eres Kushina-San y no te quiero juzgar porque pareces una buena persona y si Minato sensei dice que no eres peligrosa pondré la mano en el fuego si hace falta.— Ambos adultos asintieron.

—Verás, hemos hablado con el Hokage y nos ha dado permiso para contarte esto a tí pero es un secreto de la aldea. Prometenos que no lo contarás a nada.— Asentí y enlacé el meñique con Kushina  jurando no decir nada. 

—Soy Jinchuriki del Kyubi, dentro de mi hay una especie de monstruo hecho de chakra. Cuando era pequeña me mudé a Konoha para que la abuela Mito me lo pasase y así convertirme en el nuevo recipiente. No te voy a mentir, es un monstruo peligroso pero dentro de mí no puede hacer nada porque soy yo quien lo controla. Minato y yo creemos que serías una buena Jinchuriki en un futuro, puede que inclso podría pasarte a ti el relevo. Durante el tiempo en el que todavía pueda mantenerlo dentro de mi quiero entrenarte para que sepas retenerlo. ¿Estarías dispuesta?— Me lo pensé durante unos minutos. El hambre de repente se me quitó cuando me di cuenta de que realmente no era una broma y todo lo que me estaban contando. Lo pensé deliberadamente durante unos minutos y finalmente  acepté la oferta.

—Creo que si vosotros habéis sido sinceros conmigo yo también debería de serlo con vosotros.— Minato y Kushina me miraron con ojos comprensivos, eso le dio la confianza suficiente para soltarlo todo.

—Para empezar ... No sé quién es mi padre, mi madre nunca me lo dijo, lo único que sé es que es un Uchiha y hace unos años desperté el sharingan. Hasta ahora sólo lo sabe Kakashi y porque lo desperté delante de él y-y-y- no utilizo el sharingan en combate por miedo a que se sepa. Los Uchiha y los Senju irán a por mí de alguna manera. Quiero empezar a usarlo para poder proteger al equipo pero no quiero que lo sepa nadie más que vosotros, Rin y Óbito. He leído bastantes documentos de la guerra antes de que la aldea fuese findada y de la maldición de los Uchihas. Probablemente si se extiende la noticia m-me acaben arrancando los ojos... No me quiero imaginar de lo que serían capaces los ancianos de la aldea. ¡Por favor no se lo digáis a nadie!— Después de soltarlo una ola de ansiedad se apoderó de mí. Empecé a temblar ya a hiperventilar un poco Minato se levantó de la mesa y me acarició un poco la espalda.

—Ya está, ya pasó no vamos a decir nada a nadie, confía en nosotros. —

—M-Minato sensei— Se me escapó una lagrimita y le abracé, él correspondió el abrazo y Kushina justo después también me dio un abrazo. Con una voz suave me dijo.

—Si quieres entrenar con el sharingan iremos a un campo más alejado de la aldea, así nadie nos verá ¿Te parece bien?— Yo asentí con la cabeza porque tenía un nudo en la garganta que no me dejaba hablar.
Después de cenar Minato me dijo que me fuese pronto a la cama porque  al día siguiente tendríamos entrenamiento.

Entre los dos (Kakashi X Reader X Obito) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora