Parte 13 Tsunade

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Llegó el sábado y tenía que recoger la casa. Me daba tanta pereza... Pero no había problema porque era una kunoichi fuerte e hice lo que lo que cualquiera haría, cuatro clones que limpiaran por mí. Me costó convencerles de que tenía que estudiar y que limpiaran por mí y cuando lo hicieron, escondí detrás de uno de los libros de medicina el libro de Jiraya que Kushina sensei me regaló.

La trama del libro me tenía enganchadísima hasta tal punto que acabe desarrollando sentimientos por el personaje principal. Se parecía tanto a Óbito, la manera de pensar, la actitud heróica y la búsqueda de la paz en el mundo ninja, parecía que fuese la clase de adulto en la que Óbito se convertiría. —Ay Naruto ojalá existieras.— Suspiré al darme cuenta de que acababa de enamorarme de un personaje ficticio.

—¡Tn!— Gritó mi madre por enésima vez entrando a mí habitación. Espera ¿Ya era de noche?

—Tsunade ya ha venido y llevas todo el día con ese estúpido libro. Por lo menos ayuda a poner la mesa.— Me quitó el libro de las manos y se fue a la cocina, yo la seguí corriendo detrás de ella.

—¡Pero mamaaaá estaba por el último capítulo, déjame terminarlo!— Dejé de quejarme como una niña pequeña cuando vi a Tsunade en la cocina también ayudando a llevar los platos. "Da igual, luego por la noche leo a escondidas".

—Hola TN, ¿Qué es ese libro que te tiene tan enganchada?.— Preguntó Tsunade riéndose por la escena.

—Se llama "La Historia de un Shinobi Absolutamente Audaz " ¡Y es genial!— Exclamé ilusionada. Mientras llevaba los vasos a la mesa.

—Ah el libro de Jiraya.— Dijo posando los platos en la mesa y colocándolos en sus tres sitios respectivos.

—¿Le conoces?— Dije interesada. Nos sentamos las tres  a cenar.

—Sí, por suerte o por desgracia estamos en el mismo equipo.— Dijo Tsunade soltando un suspiro.

—¡Entonces me le podrías presentar para que me firme el libro!—  Me levanté de la mesa con demasiada ilusión.

—¡Tn compórtate!— Me regañó mi madre mientras Tsunade se reía ante el escándalo.

—P-Perdón.— Agaché la cabeza avergonzada y me volví a sentar.

—Pues ahora que lo dices Jiraya hizo una firma de libros hace un par de meses y nadie se presentó.— Confesó Tsunade mientras soplaba la cuchara llena de sopa.

—No saben apreciar el verdadero arte.— Negué con la cabeza y después me metí un trozo de filete en la boca.

Después del postre la conversación se puso sería.
—¿Itami te quedan todavía medicamentos o te voy preparando los de este mes?— Preguntó Tsunade.

—¿Medicamentos? ¿Mamá estás mala?— En ese momento Tsunade frunció el ceño extrañada.

—Itami no me jodas. ¿No se lo has contando a Tn?— Yo cada vez estaba más preocupada porque parecía algo bastante serio como para ver a Tsunade regañando a mi madre.

—Entiende que no quería preocuparla Tsunade.— Tsunade se calmó y formó una línea tensa con sus labios y entre las dos trataron de explicarme lo que sucedía.

—Es una enfermedad degenerativa, no sabemos cuándo puede morir, si en meses o en años.—

—Yo simplemente no quería contártelo para poder vivir lo que me queda como si nada pasase.— Mamá estaba tan equivocada o eso creía yo. Traté de calmarme y abrir la boca sin ponerme a llorar.

—Mamá podrías por lo menos habérmelo contado. ¿Desde hace cuánto que lo sabes?— Dije sería.

—Nueve años.—

—Con que es eso ...— Sinceramente no tenía palabras con las que continuar cualquier tipo de discusión.

—Creo que ya es hora de que te empiece a entrenar Tsunade,es joven y yo a penas puedo enseñarte el taijutsu médico, me agoto en seguida.— Dicho esto le dio otro de sus ataques de tos, nunca antes me había fijado en que el pañuelo con el que se tapaba la boca había gotas de sangre, pero cuando lo hice un sentimiento de agobio y tristeza se apoderó de mí.

—Tienes mucho que aprender Tn. Y por lo que me han comentado los del clan tienes talento y que también controlas perfectamente el chakra.—

—Si me vas a entrenar, lo primero que quiero aprender es a hacer la medicina para mamá. Después estudiaré todos los pergaminos que hagan falta.— Me temblaba tanto la voz que a penas era entendible lo que decía. Me limpié las lágrimas que me salían con la manga de la sudadera. Tsunade ante lo dicho simplemente asintió con la cabeza emitiendo un pequeño gruñido.

Y así es como comencé un largo camino y conseguí en unos pocos meses dominar el taijutsu médico pese a mí odio visceral por las artes marciales.

Entre los dos (Kakashi X Reader X Obito) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora