Capítulo 20: Los Exámenes Chunin (Pt.5)

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La grada vitoreó al iniciar el combate. Al ver que no tomaba la iniciativa, Rin decidió atacarme con shurikens y ágilmente pude esquivarlos. Esquivar los ataques, evitar los conflictos escuchar los gritos de la multitud que flotaban sobre nuestras cabezas.

Pasaron los minutos y no ataqué Rin me tiraba shurikens como los niños tiran pan a los animales del zoo, para ver si reaccionan. No era el caso, incluso dejé que alguno se me clavara en la pierna.

Estaba en mitad de un examen para ser ninja de mayor rango, pero en ese momento no quería un mayor rango, ni siquiera quería ser ninja. Había matado a una persona para proteger a mis seres queridos, luego le había salvado la vida a Kakashi y ahora tenía que hacer daño a otro de mis seres queridos para ascender. ¿Con qué derecho le quitaba la vida a un igual? ¿Por qué jugaba a ser Dios dando y arrebatando vidas? ¿Por qué todas esas personas estaban observando con ansia y fanatismo algo tan cruel como unos niños aferrándose a las armas y clavándoselas entre ellos, sólo por el deseo de reconocimiento?

El mundo shinobi estaba jodido y el diálogo en mi mente era mucho más doloroso que el golpe que recibí de Rin. Ella pasó a usar  taijutsu porque no me moví de mi sitio. Instintivamente bloqueaba los golpes y mis pies se movían hacia atrás paso a paso pero no devolví ni una sola vez los golpes.

Entre los gritos distinguí la voz de Obito animándome y, curiosamente Kakashi que no solía gritar, también lo hacía.

Dejé que Rin me diera más golpes pero está vez ni siquiera me cubría, tropecé varias veces porque los impactos me hacían perder el equilibrio y caerme constantemente. Hasta la propia Rin me pedía a gritos que atacase. Podría haber pensado algún plan para ganar la batalla sin herir a Rin pero no quería ascender a Chunin, ya me daba igual. Tampoco quería luchar, la vida de shinobi me repugnaba hasta querer vomitar.Una vez suficientemente contenta con la paliza que había tenido, me alejé de la castaña y levanté la mano en alto.

—Me rindo.— Confesé en alto. La victoria del combate se la dieron a Rin. La multitud decepcionada por el espectáculo decidió abuchearme, el pueblo pedía pan y circo sólo para estar feliz.

Después de que los médicos me curasen le pedí permiso a Minato sensei para irme a casa, algo que me concedió. Pero Obito me hizo detenerme sobre mis talones.

*Narrador Omnisciente*

—¡Espera Tn! ¡No te han curado bien, tus pantalones están sangrando!— Exclamó en alto y Rin corrió a taparle la boca con la mano desde atrás.

—Tu calla, yo me encargo de esto.— Le susurró, porque el chico no sabía mantener la discreción, o por lo menos no sabía que en ese momento tenía que mantenerla.

Rin se acercó a Tn y le acompañó al baño. Una vez llegaron sacó una compresa de su mochila. La Senju por otra parte, miró a ese artefacto rosa horrorizada.

—Tienes que despegarlo del plástico y pegarlo por dentro de tus bragas.—

—¿Rin que cojones es esto? Tengo miedo.— Rin suspiró y negó con la cabeza.

—Te ha venido la regla, a partir de ahora va a visitarte todos los meses.—

—Joder... Yo no quiero esto.— Dijo Tn muerta del asco. Su tripa dolía más aún que hace unos días atrás y ahora estaba empezando a conectar datos.

—Nadie quiere esto pero es lo que nos ha tocado.— La castaña trató de comfortar a la otra durante el tiempo que estuvieron en el baño. Tn no tuvo problemas para ponerse la compresa pero le repugnaba la idea de tener que aguantar aquellos dolores durante por lo menos 20 años más.

Rin abrazó a Tn antes de que se fuera y le dió un beso en la mejilla mientras seguían abrazadas.

—¿De verdad estás bien o quieres que te acompañe a casa?— La de mejillas moradas se preocupó.

—Sólo quiero irme a mi puta casa a llorar.— Se quejó Tn. Ambas se separaron despacito, Rin quería cuidarla pero el evento todavía continuaba. Finalmente Tn se fue sola a casa y, durante su trayecto vio reflejado el sentimiento trágico de la vida. Hacía mucho más frío, el escenario de noviembre, lleno de árboles deshojados, el suelo lleno de charcos y las corrientes intermitentes de viento. El clima y el pensamiento de Tn tenían el mismo nombre que los hechos ocurridos en los últimos dos días, turbio.

Tn creía que en cuanto llegase a su hogar nada le podría hacer sentir peor de lo que ya estaba. Gran error. Mamá Senju vio el combate por el televisor y mamá Senju no estaba feliz con los resultados. Si Tn estaba psicológicamente destruida, una bronca sólo sería un periodo martírico de tiempo en el que escucharía de fondo la voz de su madre mientras que su cabeza emitiría gritos inaudibles en búsqueda de ayuda. Tn se dió cuenta, su cama iba a ser ahora su único lugar de refugio durante mucho tiempo.

Entre los dos (Kakashi X Reader X Obito) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora