YoonGi es un hombre que ha perdido la memoria, no sabe quien es, no hay base de datos que pueda dar con su identidad.
Seo Suni, Neuróloga se encuentra en la misión de ayudarlo a recobrar su pasado, empezando a tener sentimientos por él.
El aire fresco del campo era gratificante para los sentidos y el alma, el parque de Apsan en Daegu era una preciosura, después de indagar y escarbar en el pasado habían logrado saber donde nació YoonGi, pero no había registro de familia conocida, lo cual fue triste para él pero había aprendido gracias al apoyo psicológico que recibía, en tener un colchón de emociones positivas ante la adversidad y las malas noticias que podrían surgir en camino, asi que a pesar de la tristeza, lo tomo mejor de lo que Suni hubiera imaginado.
—El monte estaba siendo testigo de mi pésimo estado fisico—pensó ella algo avergonzada, al ver que YoonGi subía sin problemas
—¡Ya estamos por llenar a la cima amor!— grito un muy entusiasmado YoonGi con su gummy smile, eso le dio energía extra para seguir, quería ver la ciudad con él por primera vez.
Al llegar a la cima se veía la gran urbe que era Daegu, había una plataforma para poder sacar fotos de la ciudad que tenia una vista increíble desde arriba, el día estaba perfecto, habían averiguado de antemano que las parejas solían dejar candados con sus nombres, era algo cliché pero quisieron hacerlo de todas formas, pusieron sus nombres con plumón indeleble, era algo sencillo, pero era suficiente, ambos sabían perfectamente lo que el otro sentía, a veces las palabras sobraban.
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Un año había pasado desde que al fin YoonGi recuperó su libertad, desde la cima de aquel monte y enlazando sus dedos se sintieron en paz de estar juntos viviendo como una pareja normal .
YoonGi había continuado terapia con el Dr Kim Taehuyng, habían hecho una muy buena amistad, y ellos estaban mas que agradecidos por el papel vital que tuvo en su historia, a pesar de la renuencia inicial de Suni, haber acudido a Tae como ahora cariñosamente le decían había sido un golpe de suerte pero sobre todo la decisión mas correcta.
Jimin y Jungkook se hicieron mas cercanos, Jimin sentía que tenía una deuda con él y que de ahora en adelante seria un buen hyung para su dongsaeng, así como YoonGi velaba por él, él velaría por Kookie siempre, fueron juntos a Busan, ya se tenia la información que Jungkook había nacido ahí, luego de mas averiguaciones de la policía se determinó que Jimin también era de Busan, aunque lamentablemente para él no hubo rastro de quien fue su familia al igual que YoonGi.
Para Jungkook la historia fue distinta, tenía una familia que nunca perdió la fe de encontrar a su hijo, Jungkook había sido literalmente robado del hospital donde nació y nunca se supo de su paradero hasta ahora, a pesar de los esfuerzos de su familia por encontrarlo, el deficiente sistema policial nunca dio ni con su polvo, Kookie tenia una madre, un padre y un hermano menor de unos 2 años, los tres lo recibieron con mucho amor, todo era nuevo para él pero se sentía maravillosamente bien.
Si bien Jimin no encontró su verdadera familia, sabia en su alma que su familia era YoonGi siempre lo había sido y eso no cambiaría, sea donde sea que la vida los llevara.
Luego de la estadía con los Jeon, Jimin regreso a Seúl, con el dinero de las donaciones que habían recibido que era una pequeña fortuna, decidió empezar su vida académica, consiguió un empleo sencillo en una tienda de conveniencia y por la noche estudiaba, ahorrando el dinero que tenía, terminó la secundaria en 6 meses, había decidido estudiar literatura y ser escritor, amaba los libros y como estos fueron su salida al mundo exterior cuando todo lo que le rodeaban eran sombras, exceptuando a YoonGi por supuesto, que fue siempre su brillante luz de esperanza, fue admitido en la reconocida Universidad Nacional de Seúl, él al igual que YoonGi también llevaba terapia con Taehyung, a pesar que sufría de estrés post traumático aprendió a confiar poco a poco en los demás, y a hacer amigos por su cuenta, se sentía feliz en esta nueva etapa en su vida, con un propósito y un futuro prometedor en ciernes.
Todos estos pensamientos cruzaban la mente de Seo Suni, quien sentía un cosquilleo de felicidad en el pecho cada vez que pensaba en los dos pequeños.
—Te noto pensativa— dijo YoonGi desde su posición enterrado en su cuello abrazándola por detrás desde la cintura.
—Mmm.. un poco, pensaba en todo lo que ha sucedido y como ahora estamos aquí—
—Lo sé a mi tambien me pasa lo mismo—
Ambos estaban en su mundito de risas y tibias caricias, al levantar las miradas los ojos de ambos brillaban como si pudieran ver una galaxia en el otro.
—Tengo algo que contarte— Dijo él.
Suni brinco de inmediato con su actitud casi infantil importándole dos pepinos lo que los demás pensaran de ella y rogando porque cuente de una vez la noticia.
—Pues ¿recuerdas que tuve ofrecimientos para poder continuar con mi música?—
—Si lo recuerdo—
—Pues lo he decidido, tuve una propuesta de la Orquesta filarmónica de Seúl y he decidido aceptar—
—Dios mío YoonGi— se llevó las manos a la boca sorprendida.
— Van a dejarme explayarme en todo lo que pueda, en dos semanas comienzo ¿puedes creerlo?—
—Es maravilloso mi amor— y al estar cerca no pudieron evitar perderse en los labios del otro, suaves tiernos besos llenos de un sentimiento que les erizaba la piel y les revoloteaba el estomago, como algo tibio en el pecho de ambos.
—Esta por atardecer y todavía nos falta descender— dijo él sobre los labios de ella.
—Solo un poco mas, ¿si?— apretándose mas a su pecho.
—Malvada, sabes que no puedo decirte que no—
Y se quedaron desde la cima mirando el atardecer, pensando en el futuro con esperanza en sus corazones.