AMNÉSICO (MIN YOONGI)

No hay vuelta atrás

YoonGi salía del cuarto de baño,  hastiado, había disminuido todo el peso que había recuperado.

Habían tocado a la puerta, de seguro era el guardia con el desayuno, el cual por cierto casi siempre ni tocaba.

Con cara de pocos amigos fue abriendo la puerta, pero la cara que vio no fue la del guardia, sino la de no otro que Jimin.

—¡YoonGi hyung! —dijo exhalando el aire de los pulmones mientras lo abrazaba.

—Jiminie, ¿estas bien?—

—Ya no lo soporto, hyung, no soporto mas a ese hombre— vio los ojos sin vida de YoonGi.

—Yo también estoy harto Mochi, soy un inútil,  nunca puedo ayudarte,  soy un fracaso— 

Jimin negó con la cabeza —Ya--- ya no puedo seguir dejando que me toquen de esa forma, no quiero, no quiero mas, prefiero estar muerto— ambos estaban sentados en la cama, con Jimin poniendo su cabeza en el hombro de YoonGi.

— Creo que no hay ningún motivo para vivir ya Mochi.— 

—¿Aló detective Lee?— contestó Hoseok su celular.—Eso suena muy bien, por favor manténganos informados ¿tienen una fecha en concreto?, entiendo—

Suni solo se quedó escuchando la conversación de Hobi con el policía, mordiéndose las uñas.

—¿Qué te dijo?— interrogó a penas colgó.

—Tienen la orden del fiscal para hacer un allanamiento, han logrado recolectar información, Lee me llamará cuando estén en camino, pero tu mientras tanto te quedas aquí conmigo—

El timbre sonó, eran Namjoon y Seokjin.

—Hola, Hobi— ambos chicos entraron con bolsas en las manos.

—¿Suni como sigues?— pregunto Namjoon.

—Bien Nam, gracias— Namjoon no estuvo del todo convencido con su respuesta.

Ambos Hobi y Suni los pusieron al tanto, mientras Jin servía té para todos en la sala.

Estaba perdida en sus pensamientos hasta que sintió que alguien daba palmaditas confortantes en su espalda— Estará bien—era Namjoon, mostrando una sonrisa sin dientes que resaltaban sus hoyuelos. —Estará todo bien—

Asintió  con una sonrisa leve.

—¡A comer!- llamaron desde la cocina, era Jin que había desempacado las bolsas que habían traído, eran...

—Hamburguesas—pensó ella.

—¡Hamburguesas para nosotros y para Suni una sopa de verduras! —Jin y Namjoon sirvieron en un plato cada uno y fueron poniendo la mesa.

—Son del restaurante cerca al hospital, me encantan, vamos gente siéntense. Jin iba abriendo su hamburguesa, los demás hicieron lo propio.

Sin embargo para ella una cosita tan chiquita, tan tremendamente insignificante  le  estaba rompiendo el corazón, recordaba muy bien ese olor, recordaba las épocas en las que YoonGi no quería comer, y compró para ambos las mismas hamburguesas en su primer día de trabajo, no lloró, pero sintió su roto corazón, solo quería retroceder el tiempo y volver ahí, volver a YoonGi, no se arrepentía de haber vivido todo con él, valía la pena hasta el balazo en el abdomen y las costillas rotas que tenia,  tomó la cuchara de sopa y se obligó a comer aunque no quisiera, había decidido ser fuerte.

Terminaron de comer, Hobi y Jin estaban recogiendo los platos para lavarlos.

—Chicos tengo guardia nocturna, nos vemos, y ya saben si me necesitan llaman— Namjoon se despidió de Jin con un beso tierno y de Suni con un abrazo no muy fuerte para no lastimarla.

—¿Quieres algo querida?— pregunto Jin .

—Estoy bien Jin gracias—

Continuaba en blanco, hasta que el celular de Hobi sonó.

—Sí, él contesta, esta bien, estaremos atentos, gracias oficial—

—¿El oficial Lee?— Suni preguntó rápidamente.

—Si, están yendo a la mansión—

Habían pasado ya varios días, y el maestro deseaba tener a su próxima victima, Jungkook se encontraba en la cama con dintel,  usaba un camisón granate que se amarraba por delante, debajo no traía nada.

Las manos le sudaban, estudió la habitación, velas aromáticas se habían encendido para dar ambiente, rojas como si fueran a hacer un ritual con él,  en cualquier momento el Maestro llegaría a tomarlo como un objeto, temblaba de miedo sentado en el borde de aquella amplia cama.

YoonGi y Jimin habían decidido acabar con sus vidas,  hubieran querido hacerlo juntos viéndose el uno al otro,  pero los guardias los mantenían separados, ese día a las 8 de la noche, se abrirían las venas de las muñecas y se desangrarían juntos,  vivir por vivir sin tener escapatoria, era absurdo para ellos, Jimin sintió remordimiento por Jungkook sabia que a esa hora estaba con el maestro, pero como había confesado días atrás, no podía mas, hubiera querido poder hacer algo por el muchacho, pero su juicio estaba obnubilado por el dolor y el trauma,  solo rogaba porque él sí pudiera tener la salida que ni él ni YoonGi encontraron.

YoonGi estaba en su cama mirando hacia arriba, recordando esos momentos en los que fue feliz, y en las caricias tiernas de la única persona que  amó, cerró sus ojos y se imagino durmiendo sobre el pecho de Suni mientras escuchaba el latir de su corazón, su lugar favorito en el mundo.

Por lo menos pude conocerte— se dijo así mismo, faltaba poco para las 8, había conseguido un clavo suelto de su armario el cual había afilado durante todo el día, siendo como un bisturí, se lo enterraría en la muñeca y luego en la otra y esperaría que la vida se le vaya lentamente.

Jimin tenia un pedazo de vidrio,  encontró la forma de camuflarlo entre sus ropas de satén, solo esperaba el momento para ser libre.