Departamento

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-Llegamos-dijo mirándolo desde dentro del departamento, él con timidez entró a la sala.

-No tienes que hacer esto Suni-

-Hago lo que me plazca, es mi casa- dijo con una sonrisa. -Bien, por ese corredor hay un cuarto y el baño esta al lado, voy a arreglarlo un poco, no está muy desordenado, pero iré a ponerte sábanas limpias, ven trae tus cosas-

Sin embargo algo había atraído su atención y se había quedado inmóvil.

-¿Yoongi?-preguntó con intriga

-Tienes un piano- dijo como si hubiera entrado en un trance.

-¿Puedo?-haciendo una seña hacia el instrumento.

-Sí claro- levantó la tapa de madera, y él ocupó la pequeña banca.

Pasó sus dedos por las teclas blancas y negras, cerrando los ojos comenzó a tocar, la melodía era triste y melancólica, pero no por eso dejaba de ser bella, Suni conocía muy bien la pieza, Nocturno op.9 N°2 de Chopin, YoonGi ni si quiera necesitaba mirar el piano, sus dedos tocaban con precisión cada nota, sin saltarse ninguna parte, como si lo hubiera hecho ayer, al terminar solo abrió los ojos como salido de un trance.

Ambos se quedaron mudos y sorprendidos.

-¿Cómo--- cómo hiciste eso?- A Suni las palabras no le salían bien se habia quedado totalmente impactada, YoonGi era un prodigio, probablemente haya llevado años tocando para poder hacerlo con tal precision sin ni si quiera mirar.

-No sé, pero mis manos empezaron a moverse solas- YoonGi se veía sereno y complacido.

Despues de la impresión y mas calmada preguntó-¿Mientras tocabas, se te vino algo a la mente?-

-No exactamente, solo me sentí bien y tranquilo, no como en mis sueños, ahi sí siento temor-

-Es maravilloso YoonGi-

-Lo es verdad- preguntó esperanzado - Al fin pude recordar algo mas-

Ambos se veian a los ojos sonriendo por el pequeño gran avance.

- ¿Por qué tienes un piano, tu sabes tocar?-

- Algo asi, pero eso fue hace mucho- bajando la tapa de madera del piano. -Tu puedes tocar cuando desees.
Ven vamos a dejar tus cosas en tu habitación-

-Quisiera poder darme un baño si no te molesta-

-Oh si, aquí está la ducha- Pasaron al baño. -Mira aquí presionas para regular el agua caliente.-

-Gracias, por todo lo que haces, y por confiar en mi-

-No te preocupes- Salió del cuarto de baño y se dirigió a la habitación, estaba tendiéndole la cama, y despejando su cuarto de invitados, sin embargo seguía pensando en lo que acababa de pasar, esa melodía, tocó justo esa melodía, significaba tanto para ella, recuerdos de una niña de manos regordetas y pequeñas tocando las teclas del piano volvieron a su memoria, fueron épocas felices, que no volverán jamás, sacudió la cabeza como dejando ir sus pensamientos, no se había dado cuenta pero al voltear el estaba entrando al cuarto con una toalla alrededor de la cintura, mientras que con otra se secaba el cabello.

-¡Disculpa..Suni!-

-No discúlpame a mi-quiso salir de la habitación, pero ambos se pusieron de nervios, y en el marco de la puerta pugnaban ella por salir y él por entrar, subió a su habitación muriendo de la vergüenza, tenia la cara colorada como una cereza

-Debe creer que soy una degenerada- Tapó su cara con las manos sentada en su cama.

Bajó después de que confirmó que su rostro ya no era un tomate maduro, quería preparar algo casero para comer, aunque no era muy buena en la cocina.

Puso una olla de agua a hervir, haría espaguetis con salsa boloñesa, esperando que le gusten.

-Hola- llamo YoonGi con una voz bajita desde el corredor.

-Pasa, siéntate, hoy cenaremos pasta, en realidad es lo que mejor me sale- encogiéndose de hombros.

-Sabes que a pesar de todo lo que me has ayudado, ¿no se nada de ti?-

-Pues en realidad te estoy secuestrando-

Ambos rieron, siempre se sintieron cómodos en compañía del otro y ahora habiendo dejado el hospital mucho mas aún.

-Vamos Suni, tu sabes a lo que me refiero-

-Ok ok, a ver aquí vivo sola, soy huérfana desde los 12 años era hija única, y crecí después con mis abuelos, ellos se encargaron de mi. Hace 3 años, mi abuelo falleció, y al año siguiente mi abuela-

-¿Y no hay nadie mas en tu vida?- levantó una ceja pícara

-¿Cómo un novio o algo así? jaja no hay nadie, ayúdame con los platos- tratando de cambiar el tema, sirvió la comida, no se veía del todo mal.

-Sabe delicioso Dra Seo-

-Lo sé- dijo fingiendo modestia.

Cenaron, él comía con mucho gusto mientras contaba como se despidieron de él las enfermeras y los demás doctores incluyendo a Hobi quien le había dado dinero para que pudiera ayudarse un poco mientras conseguía empleo.

Pero aunque quisiera no podía dejar de contemplarlo atontada, solo esperaba que no se le note tanto como para que se dé cuenta, pero no podía evitarlo, su voz era hipnotizante.

El peso del día ya le estaba cayendo sobre los hombros, necesitaba descansar.

Lavaron los trastes, y lo llevó a su cuarto.

-Estoy en el piso de arriba, si necesitas algo, si te duele algo, si tienes algún recuerdo, no importa la hora, despiértame ¿sí?-

-No quiero causarte mas molestias-

-No lo harás, promete que me avisarás-

Asintió avergonzado.

-¿Quieres que apague todas las luces o te dejo la del corredor prendida?-

-¡Por favor no, no las apagues!-

-Tranquilo, mira ya esta prendido, así estará todas las noches...descansa YoonGi-

-Tu también, buenas noches-

Ya en su baño llenó la bañera de agua caliente como siempre y se metió, nuevamente estaba tan relajada que se durmió, y ahí estaban de nuevo caricias que hacían ponérsele la piel de gallina, estas habían continuado desde aquella primera vez, una húmeda lengua recorría su cuello haciéndola tiritar, una pequeña nariz hacia caricias en su mandíbula hasta sentir un aliento caliente y lleno de deseo sobre su boca, nuevamente la superficie no era la bañera sino su cama, mientras continuaba sintiendo esos labios que beso a beso iban bajando por su clavículas, poco a poco pudo ver con claridad quien era el artífice de todas esas sensaciones... YoonGi.

Despertó asustada, se puso la bata de baño, ya seca cambiada y dentro de su cama no podía dejar de pensar en el sueño sobre todo porque su protagonista estaba tan cerca, se sentía mal consigo misma por sus sucios pensamientos, pero no podía evitarlos porque técnicamente eran sueños, aunque la culpabilidad la carcomía y para qué negarlo mas, el deseo también.

AMNÉSICO (MIN YOONGI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora