Esperanza

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Unas coordenadas y un mapa aparecieron en la pantalla del celular, creyó haberlo soñado pero no, ahi estaban, era tarde y quería volar a la dirección pero no tenia auto, le llamo a Hoseok al celular.

—¡¿Hobi?!—

—Suni, ¿estas bien, que pasa?, suenas alterada—

—Creo---creo  que encontré a YoonGi—

—¿Como, donde?—

Explicando todo el tema del celular, al final dijo.

—Tenemos que ir a la policía—

—¡Suni!, debes calmarte, a mañana a primera hora iremos, son las 2 de la mañana—

—Por supuesto Hobi, tienes razón, estoy siendo tan idiota, lo siento—

—No, no quise decir eso, ¿hey quieres que vaya a acompañarte?—

—No no no Hobi, como dijiste es muy tarde, solo fue la emoción del momento, mañana entonces nos veremos temprano, ¿podrás llevarme?—

—Claro que si—

—Gracias por todo—

—Te veo mañana, duerme—

—Adiós—

No quiso alarmar mas a su amigo, había cometido una tontería, ni se había dado cuenta que ya era muy de noche, sin embargo una idea intrusa se clavo en su cabeza. ¿Pero y si mañana no esta ahí?.

Suni se quedo en la oscuridad de su habitación, con solo el celular alumbrándole el rostro, se había quedado totalmente estática.

Eran pasadas las 2 de la mañana a cada tanto refrescaba la búsqueda y seguía en la misma dirección, busco en Google maps solo se veía el mapa de un camino con el nombre de la ruta, y en el street view tampoco se veía nada, solo la carretera.

Iba a hacer una locura pero no podría esperar tanto, se vistió como pudo un pantalón ancho, sweater de cuello alto  y un saco negro hasta por debajo de las rodillas, la noche estaba helada pero se abrigo bien,  tomo un taxi por aplicativo, tenia que ver el lugar,  tal vez seria algún terreno sin habitar, donde el celular cayo por accidente,  o tal vez, solo tal vez si seria aquella mansión que tanto había mencionado en sus sesiones de hipnosis, tenía una pequeñísima esperanza del tamaño de un granito de arena, pasar toda la noche sin saber no era opción.

La dirección estaba a las afueras de Seúl a unos buenos kilómetros, el paisaje dejó la ciudad atrás, para ser un camino con arboles a los lados, los cuales hacían sombras altas y negras como fantasmas, la noche estaba muy oscura, y con el corazón en la mano se fueron acercando a la dirección indicada.

Llegaron y Suni la vio,  una propiedad inmensa, con un gran portón cerrado que no dejaba ver mas allá, bajó del auto, con dolor y dificultad, se acercó despacio al portón de madera de roble lo tocó con sus manos sabiendo que detrás se encontraba él, pero  se sintió observada, un temor de la nada se vino de  porrazo, entendiendo las consecuencias de sus impulsos, y la enorme estupidez que esta cometiendo,  se alejó lo mas rápido que su cuerpo maltrecho pudo y volvió al taxi de regreso a la ciudad.

Ya era de mañana y decidió esperar a Hoseok como habían quedado, se había levantado temprano y bañado, con el cabello a medio secar esperó por su amigo en la cocina, mientras tomaba café caliente.

Llegaron a la estación de policía donde les dio la dirección, tuvo que admitir que la noche anterior fue a verificar el lugar, dejando a Hobi de una pieza sin poder creer lo que había hecho, temió haber arruinado toda la investigación,  se desahogó en los brazos de su amigo llorando como una niña asustada, cuando pudo calmarse termino de dejar todos los datos que pudo.

Salió sintiéndose culpable, el oficial no dijo mucho, solo que continuarían las investigaciones y que definitivamente irían a registrar el lugar, pero necesitaban tiempo y una orden judicial,  ya que todavía no tenían pruebas tangibles para irrumpir en una casa, ambos amigos regresaron al departamento de Suni, se sentía  exhausta,  juraría que él estaba ahí, lo sabia, las entraañas se lo decían,  se sintió una tonta,  no era como si pudiera tocar el timbre y preguntar por Min YoonGi o Park Jimin y la invitaran a tomar el té.

Hoseok se veía serio, usualmente siempre emanaba un aura alegre, pero esta vez la miro con un gesto que hasta daba miedo.

—No debiste ir— dijo en seco.

—Lo sé, fui una estúpida, tal vez los puse sobreaviso, ellos saben de mi, si no como sabían en que auto iba ese día, estoy segura que nos habían estado siguiendo tiempo atrás, habían momentos que sentía que me vigilaban, pero los dejaba pasar— se tapó los ojos como si con eso pudiera retroceder en la tontería que habia hecho.

—¡No lo entiendes, pusiste tu vida en riesgo al ir sola!—

Tenia toda la razón, no podía discutirle nada, no había con que argumento refutar, debió haberse tomado su medicina y esperarlo hasta al dia siguiente como habian quedado.

Ella solo quedó con la mirada gacha, no había mas que decir.

—Lo siento, no debí hablarte así.— Hobi se agacho para verla a la cara, siendo que era mas alto.

—Tu tuviste razón, actué de forma irresponsable, creo que me estoy volviendo loca—

—No digas eso, simplemente no quiero que te pase nada, ya has sufrido tanto, todos estamos preocupados por ti— mientras  acomodaba su cabello detrás de sus orejas para despejar su rostro.

—Nam, Jin y tu, han sido tan buenos conmigo,  yo nunca tuve amigos así—

—Creo que nos mereces— esbozando una encantadora sonrisa en forma de corazón que dejaba ver sus perfectos dientes.

Soltaron ambos una pequeña risa, hace cuanto Suni no sonreía si quiera, sentía como si su vida anterior hubiera sido un universo alterno, nada de lo que vivía actualmente parecía ser real.



AMNÉSICO (MIN YOONGI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora