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1971

Capítulo 1: Cuido de ti

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Amanecía y el ya estaba despierto como siempre, a la misma hora, bien reluciente con su traje. Fue a la cocina y empezó a preparar todo.

Estaba tan inmerso en su trabajo que el llanto del bebé lo hizo saltar, casi dejando caer el biberon de sus manos. Suspiró aliviado de que la leche recién servida no se le cayó al piso.

Lo envolvió en una pequeña toalla y fue hacia las escaleras. Se detuvo frente a la puerta del infante y volteo a ver la puerta a unos metros de la otra habitación.

Parpadeó un momento pero luego volvió a sus pensamientos y en lo que iba a hacer.

Fue recibido por otro leve llanto del bebé quien estaba sentado en su cuna, pidiendo a gritos atención.

—Buenos días joven Tony. Despertamos con el pie izquierdo tal parece—decía mientras cargaba al bebé y este se aferraba a el como si lo fueran alejar.

Obviamente notó algo bastante preocupante, pero no sería la primera vez. Tony tenía fiebre, pero era una leve temperatura pero podías sentir que estaba mas cálido de lo normal.

Se dispuso a cambiarlo y a ponerlo más cómodo para darle su leche junto a la medicina que busco en el cuarto.

Edwin Jarvis bostezo largamente mientras alimentaba al bebé en sus brazos. Miró a la puerta como esperando que la madre del pequeño apareciera pero no lo hacía, obviamente porque María fue hacer unos viajes de negocios y de visita a sus familiares.

Era, la tercera vez que lo hacía. La fundación para los huérfanos era un trabajo digno pero no quiere decir que no era cansado.

María estuvo en casa hasta que Tony fuera un poco más grande. Pero el bebé apenas tenía un año, aún necesitaba a su madre.

Y a su padre.

—Temprano como siempre.

Lo invocó, que sorpresa.

Apenas se volteó para ver al señor de la casa. No dijo nada.

—Irrespetuoso. Ni el buenos días—decía Howard mientras avanzaba hacia su mayordomo quien tenía a su hijo en brazos.

—No hace mucho que usted tomó una siesta de su rutina de inventos en la madrugada. Lo sé, la cafetera estaba tibia cuando lo use—Jarvis pronunció por lo bajo lo desagradable del café. A otras personas le gustaba, pero el era más del té.

Algo británico.

Howard no dijo nada sobre la acusación y se apoyó en la pared, mientras miraba a su hijo alimentarse de aquel biberón. Miró a un lado y vio el jarabe.

—¿De nuevo? —preguntó mientras miraba la medicina en sus manos. Frunció el ceño levemente mientras leía las cosas que tenía el medicamento.

—Así es. Después que se lo toma vuelve a estar como nuevo, no se preocupe.

Jarvis ayudó a que Tony eructara y después de eso lo iba a regresar a la cuna. Pero el pequeño se rehusó llorando levemente. Alguien no quería soltarse de los abrazos.

 [ ɪ'ʟʟ ꜰɪɢʜᴛ ꜰᴏʀ yᴏᴜ ] 𝐋𝐢𝐛𝐫𝐨 𝟏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora