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[ Interludio 2 ]
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Era un día más y Lucía estaba en sus deberes como siempre hasta que la llamó una de sus trabajadoras, diciendo que alguien venía a verla. En ese momento se puso a pensar quien podría ser, hasta que la respuesta fue obvia sonrió el tan solo recordarlo.
Llegó hasta su oficina y observó que no estaba el Stark, sino una mujer, de cabello oscuro, quien llevaba un hermoso traje también.
—Buen día—saludó Lucía mientras se sentaba en su escritorio, mirando con curiosidad a la mujer—¿En qué puedo ayudarla?
Peggy se quitó las gafas oscuras y buscó entre su cartera lo que venía a entregarle a la gobernanta, un sobre que se lo dio en sus manos. Lucía quedó anonadada por ver el sobre en sus manos, grueso, pesado. Miró con extrañesa a la mujer frente a ella.
—¿Qué es est-
—El Sr. Stark le manda a decir que no rompe sus promesas. También me mencionó que a partir de la otra semana vendrá el equipo para empezar el trabajo con el nuevo edificio...—Peggy suspiro y miró a la mujer—Hubiera deseado que las cosas fueran diferentes. Pero no fue así. Que tenga un buen día, me retiro.
Lucía solo quedó en silencio por toda la información y con cuidado abrió el paquete en sus manos. Ahogó un jadeo en ver la cantidad de dinero, sintió sus lágrimas de emoción por ver ese dinero, pero luego se cuestionó que había pasado.
¿Qué sucedió?
—¡No, espere! —llamó Lucía a Peggy—¿Acaso él ya no...?
Peggy suspiro y se volteó—No, y lo lamento mucho. Espero que no se de una mala idea o-
—No, no es eso. Él se veía tan emocionado de tener un niño, no entiendo que...
La agente mostró lástima en su rostro, se volteó para ver a la dama—Él lo estaba. Lastimosamente, su compañero no estaba de acuerdo.
Lucía solo pudo hacer un gesto por ello—Oh... Cuanto lo siento.
—Yo igual. Adiós Srta. Lucía.
Peggy se retiró y Lucía solo se puso a recordar el día que vino el Stark, ahora esto... No podía imaginarse que estaba pasando con ese hombre.
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—¿Enserio deseas mudar la empresa a California?
Howard miró a Stane, su mirada se veía apagada, pero también determinada.
—Habló enserio Stane, Nueva York está siendo más pequeño, necesitamos más espacio para los productos que hacemos y que haremos. No te preocupes Stane, tengo planes.
Obadiah no supo que decir pero realmente no quería discutirle al Stark, es mas, este sería un gran momento para demostrarle a Howard que era bueno en su puesto como segundo al mando de la empresa.
Tenía que aprovechar mientras Howard no tuviera ningún niño que arruinara sus planes. Su hijo sería el siguiente líder en la siguiente generación.
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂—¿No desean venir conmigo a California? —preguntó Howard a Erick y a Susie. Estaban en el jardín, conversando sobre los nuevos planes que tenía su señor.
—Joven señor, usted sabe que lo acompañaría hasta donde sea. Le debo mucho a usted y lo aprecio. Por supuesto que iré—contestó Erick sincero mientras dejaba las flores un momento—Pero es una lástima dejar este jardín.
—Ay, por favor. Alguien más vendrá a ver tus flores Erick—comentó Susie, su compañero apenas hizo una mueca. Susie miró a su joven señor—Claro que si mijo, si no voy, ¿Quién te hará tus empanadas favoritas?
Howard sonrió y agradeció sus respuestas. Ellos aceptaron ir, otros no, pero para ellos tenía solución, habían familias en Nueva York que necesitaban servidumbre así que los dejó ahí, no dejaría a esas personas sin trabajo. También encontró sitio para Peggy y Angie, ellas deseaban alejarse del ajetreo de Nueva York, así que estaba bien tenerlas de vecinas.
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Howard estaba en la cocina tomando algo de café. La tarde caía, la primavera había llegado hace meses, así que hacía mas fresco.
—Te ves cansando.
—Hola Enrique, ¿Cómo van tus cosas? —Howard bebió su café y miro al muchacho.
—Mi padre no se decide si llevar las semillas de girasoles o las de Pamelas—Le decia mientras se servía su café.
Los dos rieron por ello, Erick le gustaba bastante la jardinería y Enrique sabía de ello. El chico hispano miró a su jefe, suspiro sabiendo que la pregunta que haría sería muy privada.
—Enserio... ¿Desea irse? ¿Qué tal si él?-
—Si él decidió irse. ¿Porqué yo no? —miró con seriedad a Enrique, trago el nudo en su garganta mientras intentaba no ponerse mal de tan solo pensar en el británico. Como se mencionó, la primavera había llegado hace meses.
Hace meses que no saben de Edwin Jarvis, intentaron buscarlo, pero no había rastro de él. Jarvis era bueno ocultándose, eso significa que él no deseaba ser encontrado, entonces que así sea. Incluso si eso lo rompe en pedazos. Edwin se fue sin dejar algún rastro.
—De acuerdo... —fue lo que comentó Enrique—Pero si lo vuelvo a ver le juró que le daré un golpe en toda su carota de inglés.
Howard miró a Enrique un momento y empezó a reír, una lágrima apenas se asomó en la comisura de su ojo pero no pasó más de ahí.
Siendo así, en un mes se fueron de Nueva York, dejando todo atrás.
Howard espero dejar todo atrás e intentar acomodar nuevamente su vida, pero era una mentira en la que se engañaria por varios años.
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[ ɪ'ʟʟ ꜰɪɢʜᴛ ꜰᴏʀ yᴏᴜ ] 𝐋𝐢𝐛𝐫𝐨 𝟏
Fanfic▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂ Me pregunto, ¿en qué nos podemos convertir? Incluso sabiendo los secretos y actos crueles que ha hecho alguno de los dos. ¿Qué podemos ser cuando llegue el momento? Se que haríamos lo que sea por el otro, dar todo nuestro amor o i...