Parte 6: Mucho gusto.

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Dos hombres que parecían esculpido por los mismos dioses se encontraban en un pequeño puesto callejero de comida en silencio, aunque Pete se sentía inesperadamente bien, por fin estaba acompañado y con ganas de comer algo, hace mucho que sentía que su vida no tenía sentido, el reloj se movía sin preguntar, los minutos se iban en silencio, y sus ganas gritar se morían junto a él.

- ¿Qué quieres comer mi Pete?

-hmm – pronuncia con un sonido de sorpresa, la dueña del puesto se acerca a tomar la orden.

-Yo quiero algo de Pad Thai, ¡póngale bastantes camarones! Por favor. -hace una reverencia (wai)

-Pete, pediré algo de Tom Yum Goong para ti. ¿Te parece? Pete se encuentra perdido en sus pensamientos.

-Señora también póngale mucho camarón a la comida de mi novio.

Todos los clientes voltearon a ver a la pareja, y comenzaron a murmurar sobre ellos, Pete era el único que no estaba consciente de ello, aun se encontraba perdido en sus pensamientos, el dolor de su soledad ahora le decía que algunos recuerdos pueden ser más dolorosos, que el ver su vida desmoronarse e irse sin pedir permiso.

-Pete... -el joven mueve ligeramente el hombro de Pete - Pete, si no reaccionas te besare. –Sentencia el joven, sin dudarlo, se acerca al rostro de Pete.

- Alto, ya te escuché, -dijo Pete con un tono que evocaba tristeza- si está bien comeré lo que sea, ¡gracias!

-Ok...- El joven no pregunto nada más, no era necesario por el rostro que tenía Pete.

De pronto el joven comenzó a sonreír, por la felicidad de ver comer a Pete unos entremeses que estaban en la mesa; aunque le preocupaba que estuviera demasiado triste por estar enfermo.

-Pete, sabes, te lo digo en serio, quiero acompañarte en todo, ahora somos novios y tomaré mi responsabilidad de ello.

- ¿Que sabes tú de mí? -Dijo Pete con desprecio.

-Se más de lo que crees, Pete Pitchaya único nieto de la familia, además de ser importante en la rama hotelera.

- ¿Cómo supiste?, Sigo sin saber tú nombre – un pequeño puchero realiza Pete – "sí Pete sigue haciendo pucheros, no creo poder aguantarme, tendré que tomar medidas" pensó aquel joven.

-Lo escuché mientras estabas inconsciente. - dijo el joven con una pequeña sonrisa.

-Está bien, te diré mi nombre, Me llamo...antes de poder terminar la frase fue interrumpido por la dueña de aquel lugar -Aquí tiene su comida jóvenes.

-Gracias señora, huele delicioso. pronuncia el joven.

Pete se concentra en la comida y ve los camarones, estuvo evitando por meses verlos, las lágrimas comenzaron a caer, y de pronto al ver a Pete llorar, el corazón de aquel joven comenzó a doler un poco. Él se pone de pie y grito a la señora que quería ordenar algo más, Pete lo detiene y niega la petición.

-Lo comeré, gracias.un nudo en la garganta es lo que sentía Pete, algo que le decía que alguien estaba ausente en esa mesa.

-Señora, así está bien, disculpe -Señal de reverencia (wai)

- ¿Estás seguro Pete? - La preocupación no solo se ve en su rostro, sino que también en sus acciones.

- Si, gracias.

A Pete le temblaba la mano... tomo la cuchara y como si tuviera una batalla campal con la sopa, comenzó a agregar comida a la cuchara, mientras sus manos no dejaban de temblar.

- ¡Dame eso!

El joven quita la cuchara de las manos de Pete; Pete sube la mirada contempla sorprendido al joven y pudo observar una cara de preocupación, por un momento se olvidó de sus problemas y se preguntó "¿Por qué aquel desconocido se empeñaba en hacerlo sentir bien?"

-Yo te daré de comer, después de todo recién saliste del hospital.

El joven llena de sopa la cuchara y la dirige a los bellos labios de su novio falso.

-Pete abre la boca.

Pete se sonrojo porque las miradas estaban sobre ellos, por fin se da cuenta y es consciente de que ellos son los protagonistas en la imaginación de todos los comensales de aquel lugar, Pete abre ligeramente los labios.

-Más grande Pete... ahí no cabrá la cuchara. - una ligera sonrisa se puede ver en los labios del joven, era tan inmensamente feliz en ese momento.

-Pero.... – Pronuncia Pete con un tono inseguro.

-ahí va el avión.... -imita el sonido de un avión- mientras introduce una porción de comida a los labios de Pete.

- Esta delicioso, ¿no? - El joven esperaba la aprobación.

Una chica temerosa y tambaleante se acerca a ellos y con voz baja pregunta:

- ¿Ustedes realmente son novios?

-Así es, -respondió orgulloso aquel joven que era feliz con ver comer a Pete, mi novio es demasiado guapo, ¿no? -dijo el joven.

-En realidad los dos son demasiado lindos. Son tan valientes, los admiro. - pronunció aquella chica, con ojos color marrón que se veían hermosos.

-Gracias hermosa –guiño el joven - puedes sentarte, ahora tengo que alimentar a mi bello novio.

Pete no sabía que decir, estaba tan asombrado por lo que estaba ocurriendo.

-No se preocupen ya me voy, estoy esperando a alguien, estoy en la mesa de alado.

-Espera con nosotros, no nos importa, además, así ayudas a que mi novio coma sin protestar.

- ¡waw! ¡Se ven tan adorables!

-Está bien, esperare con ustedes, aunque será un momento mi acompañante me dijo que ya venía.

- ¿Es tu novio? Te ves muy emocionada.

-ah? En realidad.... Oh mira ahí viene.

-Ae, estoy aquí -grita ella.

Pete comenzó a temblar al escuchar ese nombre, un sudor frío se apropió de su cuerpo, imágenes comenzaron a surgir, no podía ni digerir, el joven se dio cuenta y le tomo la mano, Pete quería alejarlo, pero no podía pues no tenía la fuerza para ello. Pete rezaba para que no fuera el mismo Ae, el subió la mirada lentamente como temiendo a que su mundo terminara en ese preciso momento.

Un hombre con piel morena y cuerpo atlético dirigió su mirada a aquella chica y al ver a sus acompañantes se congelo por un momento, luego dio una sonrisa a aquella chica, El joven se sentó a lado de Pete y le pidió abrir la boca para que tomara algo de agua.

-Ae, ¡estoy aquí! Pronuncio la chica con entusiasmo y alegría, sin esperar que un encuentro que había sido evitado, ahora se daría, muchos sentimientos sin resolver ahora se abrían, los pensamientos de Pete se encontraban como un huracán que llega con ráfagas de vientos, sus heridas se abrían sin siquiera poder parar todo lo que sentía, quería salir corriendo de aquel lugar, pero sus pies, sus tontos pies, no cooperaban.

-Ae, ellos son mis amigos. - Pronunció la chica.

-Hola mucho gusto, soy Ae.Su voz se entrecorta.

-Hola mucho gusto, soy el novio de Pete.Pronuncia el Joven.

Cuando nos conocimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora