Capítulo 3

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-Pete ya no sigas tomando, ¡por favor!
-Oye tienes lindos ojos ¿sabes? La voz de Pete era tan adorable que invitaban a querer seguir escuchando, ¿Cómo es que podía formular las oraciones? sus labios desbordaban un poco del liquido que estaba bebiendo, tenían un especial brillo, la mesa en el que estaban ambos estaba llena de botellas, solo uno se había encargado de terminar con todo, el Joven ni siquiera sabia que Pete pudiera tener semejante tolerancia al alcohol. 

- Pete vamos a casa.-La voz del Joven sonaba algo melancólica, pues  estaba disfrutando de aquel momento, pero había demasiado frío y la salud de Pete era la prioridad aún cuando disfrutaba del espectáculo, quería tomar una foto para poder avergonzar al día siguiente a su querido falso novio.

-En serio tienes lindos ojos.-Pete contempla al joven bien parecido, mueve ligeramente la cabeza parra contemplarlo de una manera más intima, el Joven se sonroja de inmediato, traga saliva nerviosamente, su corazón se acelera al punto de que pensó que iba a colapsar, sus manos temblorosas solo podían contemplar a Pete tan cerca de él, pudo ver una pequeña grieta en los labios que no encajaban con aquella perfección. 

-Creo que me gustan. dijo Pete

El joven salió de sus pensamientos y le recordó que habría que ir con prisa a casa, pues el frío era un enemigo, ver a su adorado Pete comportarse como un niño pequeño era un gran espectáculo sin embargo, estaba dispuesto a dejar cualquier cosa por la seguridad de su amado, el Joven guardaba una ilusión y es que ahora solo fuera el, quien viera esa parte tan dulce de Pete, quería ser un poco egoísta, sabia que no tenía el derecho pero por un instante lo quiso y lo deseo con tanto fervor que  su corazón dolió. 

-Vamos a casa estas borracho.Un ligero puchero emano del hermoso rostro de Pete, el aire contrastaba con lo cálido que sentía el corazón aquel joven enamorado, sentía tan especial aquel momento, contemplar ese joven maestro al calor de una borrachera. El Joven pensó en en un principio que Pete estaba fingiendo. Ambos jóvenes toman un taxi y se dirigen con rumbo a la casa enorme en el que ambos vivían juntos, toda la casa emanaba riqueza por donde quiera que voltearas a ver. Cuando por fin bajan del taxi el Joven lucha para mantener en pie a Pete.

-Pete ayúdame, ponte de pie aquí por favor.

 Los pies de Pete luchan por mantener el equilibrio, era tan jodidamente difícil poder abrir la puerta y mantener a Pete a salvo, además de que alguien luchaba por resistir al olor del perfume de Pete mezclado con alcohol, era como una invitación a tomar algo que el Joven anhelaban en sus adentros.

-Tienes lindos labios, no los había visto. Pete susurro a los oídos del Joven. 

-Tengo mucho frío. Dice Pete, mientras se dirige al joven, mientras tanto el que Pete estuviera borracho permitía verlo más adorable, el joven siente el cuerpo asombrosamente frío pero emanaba un calor indescriptible por la espalda, Pete lo abrazaba con ternura, ese cálido abrazo desmorona todas las defensas de aquel joven, el  quería quedarse ahí parado para siempre y es que había aprendido hace un tiempo a valorar cada segundo con el ser que más amas, deseó que el tiempo se detuviera y que esos minutos permanecieran por toda la eternidad, pasado un tiempo, suspiro hacia sus adentros con el anhelo de guardar este momento en su memoria, sin quererlo pero tuvo que romper aquel cálido abrazo y pronuncio:

- Pete vamos dentro. Susurro tan despacio que  su voz apenas pudo ser percibida, un mar de sensaciones se vivía en la mente y cuerpo de aquel joven, los sentimientos no dejaban de desbordarse. Pete fue el primero en entrar y sentir la calidez de aquella casa el comienza a quitarse la ropa, mientras el joven sonreía como un tonto porque eso era digno de guardarlo en su memoria, de seguro mañana Pete estará avergonzado hasta el punto de no querer salir de su habitación.

-Pete, vamos te dejaré en tu habitación.

Pete se dirige hacía el joven, los pasos se vuelven más firmes y tiene un rostro que emana deseo, el corazón del Joven latía tan fuerte que podía escucharlos, Pete se acerco tanto al Joven que la  respiración de ambos podían sentirlo, el ligero olor a alcohol con el aliento de Pete eran el catalizador para que la voz interior de aquel Joven gritara con desesperación que fuera a besarlo, ahí estaba frente a él el hombre que amaba, Pete podía sentir el dulce aroma que le recordaba a alguien, los labios de ambos comenzaron a acercarse tan lentamente, el joven toca ligeramente el rostro de Pete y ambos sintieron una pequeña carga eléctrica recorrer por su cuerpo, Pete responde tomándole la mano y quitándola ligeramente de su bello rostro pero besando sus manos, Pete era especialmente delicado al besarlos, comenzó a besar cada uno de sus dedos, la sensación para ambos era inmensamente indescriptible, cuando termino con el ultimo este se detuvo y miro al joven detenidamente, ahora el toca su rostro con tanta calidez que su mente había dejado a su cuerpo, ahora alguien más se había apoderado de el, pues quería seguir con lo que sea que estuvieran haciendo, de pronto el silencio que reinaba en aquella habitación desapareció, pues unas palabras fueron pronunciadas:

-Lo siento, ¡pero tengo que hacerlo!

Cuando nos conocimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora