Capítulo 6

85 13 1
                                    

Era una noche demasiado fría, la nieve caía lentamente, en la ciudad la oscuridad había llegado, un departamento se sentía aún más frío que la propia noche, sus ventanas amplias podían reflejar las bellas luces de aquella habitación, un suave aroma a colonia reinaba, frente a las cortinas color purpura se encontraban dos personas en una calurosa discusión, una chica con piel blanca como la nieve, labios color ligeramente cereza, temblaba, su corazón no podía soportar tanto dolor, era ya hace mucho que tenía ganas de dejar todo y perderse, la culpa la carcomía, mientras el chico gritaba que no podía dejar lo que estaba haciendo, ella se acerca con pasos temblorosos, las lágrimas de su rostro no dejaban de caer, mientras el chico solo ve su reflejo en el amplio espejo que se encuentra frente a él, ella está cada vez más cerca de él, un pequeño golpe es dado en la espalda de aquel chico, son cada vez más repetitivos, pero la fuerza con las que se ejercen son cada vez más débiles, ella aclarada un nudo en la garganta,  quería pronunciar algunas palabras, pero el dolor que la embarga se lo impide, el chico solo puede recibir los golpes, porque sabe que los merece, sabe que es el más idiota de todos, sabe que es egoísta y que por amor todo lo ha hecho.


La chica por fin gana, logra aclarar la garganta, algunas palabras comienzan a  salir de esos bellos labios:-Sabes que habría hecho todo por ti ¿verdad?- ¿Por qué me haces tan infeliz?- ¿Por qué haces infeliz a todos?El chico mientras llora, y se ve al espejo, pronuncia:-Lo extraño mucho.El silencio reina en la habitación, la oscuridad se apodera todo, las lágrimas de ambos no pueden dejar de fluir, la chica lo abraza por la espalda y le dice: –Te amo.El chico, responde con algún pesar: - Te quiero, pero lo amo a él, tú lo sabes.-Lo sé, se que lo amas y has hecho todo por él, incluso sacrificar tu amor, sé que te duele, sé que lloras todas las noches y las mañanas las soportas, que vivir se ha vuelto tu condena y el infierno está en la tierra para ti, que luchas por no ir frente a él y confesar todo, pero lo amas tanto que no soportarías destrozar de nuevo su corazón.


Mientras escucha a la chica, el solo puede tocar ligeramente su pecho, donde dicen esta el corazón.

-Me duele tanto, que solo rezo porque sea de noche y pueda dormir, pero es que hasta mis sueños son dolorosos, estar sin el duele, me duele saber que yo no estoy con él, sé que ahora está mejor sin mí, el chico que esta con él, es el indicado. - pronuncia con cierta tristeza aquel chico. 


-Eres un desgraciado, eres un hipócrita, Tú eres el indicado, me duele decirlo, pero sabes que te amo y que solo deseo lo mejor para ti, verte hacerte daño me duele más, te puedo ver todos los días, pero estas ausentes, siempre estas recordándolo, siempre está en tu corazón ¿no? Eres un cobarde que no puede luchar por su amor. - la chica sentía como una daga imaginaria pero dolorosa era introducida a su corazón con cada palabra que ella estaba pronunciando. El chico borra las lágrimas de sus ojos, luego se toca los labios y grita:


-Crees que no sé todo lo que me dices, crees que es divertido para mí, crees que me gusta estar deprimido todos los días, me odio a mí mismo hasta el punto de querer dejar de nuevo todo, por lo que le hice a él, por lo que le hago a todo, también me duele no poder corresponderte, sabes que eres única para mí, sé que soy demasiado estúpido, pero lo extraño todos los días, y odio hacerte daño todos los días, me odio, tu sabes porque  hice todo. - el dolor eran tan profundo que las lagrimas no podían dar tregua a sus sentimientos, es que era demasiado lo que sentía, el dolor en su pecho era tan intenso como el de todos los días. 


-Nunca pedí tu lastima, sabía que amabas a alguien más, lo sabía, no necesito de tu lastima, solo necesito que vuelvas a reír, quiero que seas feliz conmigo o sin mí, solo necesito eso, necesito escuchar esa dulce sonrisa tuya, necesito ver como iluminabas la habitación con tu sola presencia, eso es lo único que necesito. - Pronuncia la chica.


Las lágrimas de ambos no dejan de fluir, él se suelta del abrazo de la bella chica, se da la vuelta y la besa ligeramente en la frente, un abrazo es dado nuevamente, le toca los labios con delicadeza y un pequeño beso es sellado, ambos pueden sentir el sabor salado de aquel beso, él se aleja lentamente y se vuelve a ver en aquel espejo.-Sabes que te quiero.-Lo sé.-Ve con él, aún puedes recuperarlo, te daré el divorcio, te daré todo lo que quieras, el dinero que has ganado es tuyo llévalo y vive feliz con él.


- No puedo, ahora es feliz y me gusta verlo sonreír de nuevo, me gusta saber que puede estar sin mí, yo le hice demasiado daño, rompí todas sus ilusiones, lo destroce, ya lo hice sufrir demasiado, necesita a alguien bueno con él y no un idiota como yo, no soy el indicado, ahora él debe disfrutar todo lo que le quite, por eso estoy haciendo todo para lograrlo.


-Sabes que odio todo lo que estás haciendo, por favor ¡para ya! Solo te haces más daño y se lo haces a más personas, detente ahora, porque solo causaras desgracias aún más grandes.


-No puedo.... necesito verlo feliz, quiero que olvide la ultima vez que el me vio en aquel hospital, en aquella habitación fría, eso es lo único que quiero, ya lo hice llorar demasiado, ya fingí mi muerte y lo siento tanto.

Cuando nos conocimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora