27. El Quinto Prófugo

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-Jake Bladdel está aquí -me informa Amir, al mismo tiempo que yo estoy acabando mi primera taza de cafeína matutina.

Nunca me ha gustado el café, pero me di cuenta que aquí no puedo dormir. Pasé la noche en vela, con los ojos abiertos mirando al techo, tapada con las mantas sobre el sofá en el galpón. Tengo insomnio y por eso tomo café, para despertarme al menos un poco después de dormir tan poco. Amir, en cambio, parece estar muy activo. Ya ha bebido más de tres tazas de café y está más despierto que nunca. Su mirada es satisfecha, y se centra en mí.

-Vamos, apúrate, necesitamos que entre para sujetarlo.

-Está bien -digo lentamente, a la vez que me levanto-, pero prométeme que no vas a lastimarlo.

-Claro que no, tal como lo hablamos, lo mantenemos con nosotros hasta que hayamos cumplido nuestros objetivos, luego se irá.

- ¿Y cómo se yo que no vas a matarlo cuando me vaya de aquí?

-Cariño... yo no mato por gusto -susurra, tomando mi rostro entre sus manos, para estampar un beso sobre mis labios.

Permanezco quieta, hasta que finalmente se aparta de mí, algo rencoroso. Tomo una bocanada de aire y asiento, volteándome para caminar en dirección al pasillo oscuro que atravieso con nervios. Ver a Jake Bladdel probablemente no será lo mejor para mi estabilidad mental, pero evito ese pensamiento, porque prefiero no pensar desde que llegué aquí. Avanzo hasta la puerta principal. Es un portón corredizo enorme, que yo no puedo abrir porque es muy pesado y no tengo las llaves. Amir es quien las posee y se me adelanta, para quitar el seguro. Estoy tan encerrada aquí como lo está Jannet, como lo estará Jake, mis posibilidades de escapar cuando el sol ingresa a través del espacio que de a poco se abre, son tan pequeñas como el dedo meñique de mi pie.

-Jake -digo, simulando entusiasmo, mientras él ingresa con las manos en sus bolsillos.

- ¡Jannet! Aquí estás.

Sonríe al verme y se acerca a mí, estrujándome entre sus brazos. Debería apartarme, pero me siento tan culpable que mis manos también se acomodan en su espalda y siento los latidos de su corazón golpear sobre mi pecho. Él tenía razón sobre todo, yo debí haberme entregado para salvar a Jannet, no debería ser él quien deba permanecer aquí, pero debo organizar mis prioridades.

-Jake... lo lamento...

- ¿Qué? -Pregunta, apartándose de mí para mirarme a los ojos-. ¿Estás bien?

Parpadeo para ahuyentar mis lágrimas y aparto sus manos de mi cuerpo, dando un par de pasos hacia atrás.

-Sujétenlo -ordeno.

Desde todas las posibles salidas, se dejan ver las cuatro siluetas. Unas ramas se mueven a través del piso, sujetando los tobillos de Jake. Él me mira a mí, espantado.

- ¿Jannet? ¿Qué es todo esto?

Amir avanza hasta quedar a mi lado. Su mano se acomoda en mi cintura y me presiona frente a él. El rostro de Jake se deforma, mientras las ideas empiezan a caer en su mente, empezando a descubrir mi traición. Jake intenta escapar, intenta apartar sus piernas del piso, pero es inútil, pronto dos de los prófugos, a los que reconozco como Lisandro Weber y Kailo Torres, más conocido como Nightmare y Lighten, los sostienen a través de los brazos y escapar se le torna una tarea completamente imposible. Jake me mira, negando con la cabeza, y es suficiente para hacerme sentir la peor persona del universo. ¿A quién engaño? No me siento la peor persona del universo, soy la peor persona del universo, o más bien de todo el Multiverso. Soy una traidora, soy malvada y no me importa nadie más que yo misma. Me encantaría creerlo, ser de esa forma y no sentir mi corazón romperse al observar a Jake alejarse de mí, gritando y pidiendo ayuda. Nadie aquí puede ayudarlo, solo debe esperar que mi plan funcione y él permanezca sano y salvo. Era peligroso que supiera la identidad de Amir Scott allí fuera, podría haber hecho un estrago y Amir podría haberse vengado, podría haberlo asesinado, o peor, herido a sus padres. Y ya conozco a un Jake Bladdel que no tiene madre, no quisiera que este Jake Bladdel tuviera que pasar por cualquier situación similar. Así que mantengo mi cabeza gacha mientras se lo llevan hacia el mismo espacio en el que se encuentra Jannet. Al menos de esa forma sabrá que ella está bien, antes de que yo haga lo que se supone que debo hacer, en lo que no quiero pensar, porque me produce terror y náuseas. Me aterra en lo que podría convertirme ahora que estoy en este mundo tan cruel.

Jannet GreenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora