9. La "Descarrilada" Escapada

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No puedo seguir encerrada. Desde ayer que no como. No voy a decir que mis padres son lo suficientemente tiranos como para no alimentarme, pero yo estoy haciendo una protesta de hambre silenciosa en respuesta a su castigo. No pueden quitarme el celular y encerrarme en casa todo el día. Su actitud es completamente baja. Mis diecisiete acaban de llegar y quiero ya que acaben, o regresar a mis dieciséis. No me arrepiento de mis actitudes o de mis mentiras, en absoluto. Ellos querían esto, sucedería tarde o temprano. Eso no hizo que dejara de llorar. Yo no lloro mucho, pero esta vez tuve la real necesidad de hacerlo, así que me dejé llevar por lo que sentía y lo hice hasta cansarme, pero ya he parado hace un par de horas y lo que esperaba que fuera un pedido de piedad a mis padres (mis ojos rojizos), se ha ido hace tiempo ya, así que supongo que no me sentí lo suficientemente miserable.

¿Cómo hacen las chicas que lloran tanto?

Así que después de llorar, pasé a la siguiente etapa: pensar un plan. Debo escapar de casa, no puedo permanecer aquí. Mis padres no me aceptan como soy y eso hace que yo deba irme. Soy una buena hija. Durante años he intentado conseguir alcanzar sus enormes expectativas en mí, pero siempre he fallado. Tengo defectos, no puedo ser perfecta y tuvieron el infortunio de tener una hija a la que les gusta romper las reglas. Lo lamento, no puedo cumplir al pie de la letra su modo de vida burocrático. Por eso, debo huir. Es un hecho.

Lo siguiente es: ¿Dónde podría ir? Y entonces aparece en mi cabeza, el único nombre y el más hermoso de todos, aquel con el que me dirigiré primero, para arreglar nuestros asuntos. Nuestro malentendido. Espero que Amir quiera escuchar lo que tengo para decirle, pero creo yo que lo hará. Después podría pedirle ir a su casa, al menos por unos días. Estoy segura de que él estaría tan encantado como yo por eso. Podríamos despertar cada mañana en su cama matrimonial y besarnos cuantas veces queramos, viviendo juntos, lo que sería ideal. Tenerlo cerca sería ideal. Otra vez ya está resuelto.

Y la tercera cuestión... ¿cuál es? Necesito dinero. No puedo ir a vivir dependiendo de Amir. Lo amo, pero quiero mi propio dinero y eso significa que... ¿podré robarles a mis padres? Yo nunca he robado dinero, pero tampoco es que posea algún ahorro. Nunca lo necesité, no tanto como esta vez. Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas. ¿Era así el dicho? Eso creo. Así que salgo de mi habitación, por primera vez desde hace horas, y me paso por el refrigerador para alimentarme con algo. No quisiera admitirlo, pero me siento decaída y estoy mareada. En el refrigerador, encuentro toda la comida que rechacé desde que estoy en casa, supongo que mis padres se preocuparon ante el hecho de que decidiera permanecer con hambre. Así que gasto casi dos horas entre que caliento y meriendo (sí, meriendo en la tarde), con platos de fideos, carne, y puré. Definitivamente es la última vez en la que decido no comer por voluntad propia. Saber que mis padres me han dejado comida por si la necesitaba me hace dudar. ¿De verdad es una buena idea escapar? ¿Qué haré si Amir Scott no acepta mis disculpas? ¿Donde iré? Aún no lo sé, pero esa es la clase de pensamientos que tengo que evitar, porque no es conveniente hacerlo, después de todo, lo mejor es actuar. Amir Scott lo dijo. Tengo que salvarme por mi cuenta, no esperar a un superhéroe milagroso que me salve, sobre todo ahora que sé que probablemente no existan. No hay un Flash que fuera a salvarme de una bala, tampoco un Supermán que resista las balas por mí, o un Spiderman que fuera a esquivarlas con sus telas de araña. No. Soy solo yo, una humana, que puede escoger entre permanecer encerrada o escapar. Y ahora quiero irme, porque necesito hablar con Amir, necesito explicarle, no puedo perderlo.

Al terminar de comer, dejo los platos sucios en la vajilla, y empiezo a buscar. Tengo una mínima idea de dónde mis padres podrían guardar dinero, en los cajones del armario de la vajilla, en el famoso "armario de las armas", pero no tengo las llaves del mismo, y ¿dónde más?

En el armario de la vajilla, tan solo hay un puñado de dinero, lo suficiente como para vivir por casi una semana. No creo que mis padres resistan tanto tiempo antes de pedirme disculpas y regresar a la normalidad. ¿O será que si hago esto no habrá normalidad otra vez entre nosotros? Guardo el dinero en el bolsillo de mi mochila. Quiero andar con viaje liviano, sobretodo porque no sé qué será de mí en un par de días, pero hay una ligera posibilidad de que regrese a sus brazos y no tenga otra alternativa más que ceder ante sus castigos y esperar que se apiaden de mí. Tomo la mochila desde la base y la acomodo boca abajo, dejando caer todas las pertenecías que llevé a casa de Amir. Mi ropa de repuesto, ropa para lavar y la camiseta que pensé en llevarme para tener un recuerdo de esa noche que culminó en una catástrofe. Debería devolvérsela. Regreso la camiseta gris de Amir a la mochila y también introduzco otras pertenencias que serán importantes. Camisetas, pantalones, mis pastillas anticonceptivas, diferentes pares de ropa interior, productos de higiene. Es interesante, porque no me decido por llevar ninguna del montón de faldas que suelo usar. Supongo que no es mi preferencia, después de todo. Solo me llevo el par de zapatillas que tengo puesto, y decido que es suficiente. Miro por última vez mi habitación, la cual he dejado hecho un enorme desastre que no me intereso en acomodar y suspiro pesadamente. Ya es hora, pues en diez minutos será el horario de descanso de Amir y necesito ese tiempo para hablar con él. Necesito cada segundo para explicarle todo.

Jannet GreenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora