5. El Apuesto Superhéroe

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Lleva siendo un día solitario el de hoy. La lluvia de ayer no ha cesado en absoluto y las gotas golpean sobre la ventana del salón, tan solo para deprimir mi estado de ánimo un poco más. El primer receso ya ha concluido y me lo he pasado hablando con Amir, porque no me atreví a caminar a la cafetería y enfrentarme a los rostros de Lisa y de Sof juzgándome desde sus asientos. No gracias. Preferí permanecer en los pasillos casi vacíos. Mi mayor distracción en todo el día fue ver a Jake Bladdel, quien había regresado al colegio después de una dramática ausencia. Al verlo, el grito afónico regresó a mi mente y eso fue suficiente para incentivarme a casi levantarme y hablarle. Pero no lo hice, porque sería raro y no le había hablado en todos estos años, esperar un poco más no me haría daño. Además, estaba ensimismada en un debate acerca de Harry Potter con Amir. Las películas de ese estilo jamás me han gustado, pues las siento irreales e incluso insulsas, sin nada en absoluto que aportar a mi día. Según él, ese pensamiento podía referirse también a los montones de películas sobre superhéroes que yo veo, pero, antes de que me moleste por su comentario y lo desconozca totalmente, se apresuró a agregar que, de todas formas disfrutaba, aunque no tanto como yo, ese tipo de películas. Así que procedimos a otra charla en la cual relataba cómo me habían tratado Lisa y Sof hoy. Yo no me había acercado a hablarles, porque vamos, soy yo la que debe estar molesta, ellas fueron las que juzgaron mi relación. Además, ni siquiera me miraron. Era como si fuéramos desconocidas y no hay nada peor que tus mejores amigas desconociéndote. No lo entiendo... nuestra discusión había sido una tontería y, sin embargo, no habían intentado solucionarlo.

Así me mantengo por un tiempo y mi plan es repetirlo en el segundo receso, después de que el timbre suena y me preparo para salir de clase. Sin embargo, las figuras de mis amigas se me detienen en mi camino y ellas me miran. Sof frunce el ceño, mientras Lisa se mantiene con una mueca triste. Bueno, parece que después de todo sí les importo. Es un alivio.

-Lo... -empiezo a decir.

-No, nosotras lo sentimos -se me adelanta Lisa, suspirando pesadamente-. Eres nuestra mejor amiga y debemos apoyarte. Queremos lo mejor para ti y nuestro lado protector salió a la luz. Lo sentimos.

Miro a Sof, quien se limita a asentir.

-Sí, lo que ella dijo. -Lisa golpea sutilmente sus costillas y Sof hace una mueca, para luego poner los ojos en blanco-. Y lamento haber dicho que estabas descarrilada. Quiero decir, estás un poco loca, pero te queremos de esa forma.

A pesar de la monotonía de su voz y que se esfuerza porque la misma se note forzada, yo sé que habla con honestidad. Las dos lo hacen. Daría lo que fuera por mantener mi enojo durante un par de horas más, quizás hasta mañana, pero me es imposible, siendo que se acerca mi cumpleaños y quiero estar bien con ellas para ese día, no quisiera pasarlo sola. Además, son mis mejores amigas y también las únicas. Por eso, cuando Lisa abre sus brazos para pedirme un abrazo, yo no lo pienso ni siquiera dos veces. Me acerco a ella y la abrazo con fuerza. Lisa mantiene su abrazo, y luego siento los brazos de Sof uniéndose a nosotras. Ella es muy fría, también dura y directa, no tiene escrúpulos para decir lo que siente. Le cuestan las demostraciones de amor, por eso es tan importante el esfuerzo que hace para quedarse con nosotras. Lisa es todo lo contrario. Es amorosa y le importa el efecto de sus palabras en los demás. Ambas son como el blanco y el negro, y yo soy el intermedio, el gris entre ellas. A pesar de eso, sus caracteres rara vez se enfrentan entre sí, pues Sof confía en los consejos de Lisa y Lisa es feliz dando órdenes y tratando que todas las personas se sientan bien. Yo salto con mayor frecuencia y odio que me digan qué hacer, es por eso que soy, por lo general, la que se enoja con mayor rapidez. Sin embargo, adoro a este par de chicas, porque son mis hermanas, son mi compañía y vamos, ¡les importo! Tanto como ellas me importan a mí.

Jannet GreenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora