Golpeo la puerta de la casa de Jake Bladdel. Como acostumbra esta calle, está completamente desolada, pues ni siquiera se asoma un murmuro por las ventanas, podría decirse que incluso los pájaros en los árboles saben que se supone que deben guardar silencio en este momento, porque ni siquiera un aleteo casual se oye. La casa de Jake tiene dos pisos y sigue los parámetros del resto de casas en la calle. No tiene nada de anormal, además del completo silencio. Su techo de chapa, su color manteca y nada que llame la atención. Siempre quise tener una casa con dos pisos, sin embargo, soy consciente de que mi única alternativa de escapar hoy fue tener mi habitación en una planta baja. Mis intentos de escapar de casa y no volver a ver a mis padres se han frustrado completamente. No tengo dónde ir, así que al final del día de seguro regresaré y aunque el castigo será peor de lo que esperaba, tendré tiempo para recuperarme después de que Amir me haya dejado tan abruptamente. Las lágrimas siguen cayendo por mis mejillas cuando golpeo la puerta de madera en casa de Jake y doy un par de pasos hacia atrás mientras que espero a que me atienda. Podría no estar aquí. Podría seguir en el colegio, pues, aunque mis padres querían obligarme a ir, no hubo forma de que destrabara la puerta para que entraran por mí, entonces, después de un par de amenazas acerca de tirar la puerta abajo y arrastrarme de los pelos hasta el colegio, no hubo gran acción de su parte. En mi defensa, ellos no se comportaron bien conmigo, es por eso que no quería verlos, mucho menos ir al colegio para que Lisa y Sof me inundaran a preguntas. Mejor no. Tenía que pensar un plan para escapar, pero no fue un buen plan, porque si lo hubiera sido, si hubiese resultado, me encontraría besándome con Amir Scott en su cuarto de mantenimiento, antes de sentir que han roto mi corazón en miles de pedacitos uno más chico que el otro. Pero, aunque sería una alternativa viable el correr a mi casa y hacer como que nunca salí, quiero dejar clara mi lucha, mi revolución, que no cesaré hasta que me dejen vivir sin sus constantes e inútiles protecciones sin sentido.
La puerta se abre, y un hombre enorme me mira con una ceja alzada, tanto que me obliga a apartar mi mirada. Tiene un cuerpo grande y debe llevarme al menos veinte centímetros, está calvo, salvo por los costados de su cabeza, donde el cabello sobra y tiene una camiseta blanca ajustada, por donde los vellos de su panza se escapan. Y huele mal. Me contengo de hacer una mueca de asco mientras respiro hondo para no sentir su aroma.
- ¿Una amiga de Jackson? -pregunta. Sus dientes son amarillos.
¿Jackson? ¿Jake es solo una abreviación?
No hay forma de que el Jake Bladdel que ni siquiera se esfuerza por ser increíblemente guapo sea pariente de este hombre.
-Así es.
-Nunca vienen amigas de Jackson -dice, respirando hondo, como si quisiera sentir mi aroma corporal.
Doy un paso hacia atrás, con mi corazón golpeando con fuerza sobre mi pecho.
- ¿Sí? Bueno, si no está podría irme...
-Oh, sí está. ¡Jackson! ¡Tienes visitas! -Grita hacia dentro de la casa, irritando todo el silencio en la cuadra-. No olvides la chaqueta, hace frío.
Hay algo de viento, pero en absoluto está fresco. Mientras que espero a que Jake Bladdel salga de su casa, camino para alejarme de este hombre repulsivo, hasta la vereda.
Jake no viene hasta un par de minutos después. Su padre golpea su hombro en modo de saludo y, a juzgar por el rostro de Jake, no le convence el gesto de su padre, o quizás fue un error el venir, quizás esa mirada molesta se debe a mí. ¿No lo había dicho su padre? ¿"Nunca vienen amigas de Jackson"?
-La próxima vez envía un mensaje antes de venir -me explica, con las manos dentro de su chaqueta de cuero. Es la segunda vez en el día que me dicen algo por el estilo.
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Jannet Green
FantasiaJannet Green cree que su vida siempre ha sido controlada. Con padres sobreprotectores y una rutina monótona y aburrida, ella cree que es un ser desdichado. Lo único que sus padres no han podido controlar es su obsesión con los superhéroes y con Jak...