El perfil de Instagram de Jake Bladdel es normal. No tiene absolutamente nada fuera de lo común. Fotografías de él con amigos, él jugando, fotos de la cancha de Rugby, él en alguna fiesta, y montones de fotografías sin sentido. Hace tres meses que subió la más reciente y es una fotografía de él solo, cruzado de brazos sobre su pecho, y una mirada seductora en su rostro. Nada que sea digno de un superhéroe. Quizás lo imita muy bien, ha nacido entre los mortales, sabe comportarse como tal. Es cuestión a la llegada de un archienemigo hasta que empiece a actuar como un superhéroe. Se esconde detrás de una fachada de chico engreído que solo sabe acostarse con chicas y tratarlas igual que porquerías. Hay más detrás de todo eso. No muchos saben, como yo, que es uno de los chicos más inteligentes del colegio, pero es algo deducible, después de todo, su puesto en el campo de Rugby se lo ha ganado por sus buenas estrategias que muchas veces llevaron a su equipo a ser el vencedor, aún cuando parecía evidente que sería el vencido.
A veces me salto materias. Intento hacerlo de una forma disimulada, mis padres enloquecerían si se los dijera. No sé por qué lo hago, supongo que es el querer romper las reglas, el ser auténtica, alguien más allá de quien mis padres quieren que sea. No es sencillo escabullirme. Hablo con el director y le digo que ayudaré con los preparativos para el baile, que es a fin de semestre. Y allí nadie toma lista. Lo descubrí el primer día. Entonces me escapo de ese lugar y me escondo detrás de las gradas del gimnasio. Es el horario en el que Jake Bladdel entrena. Me gusta mirarlo y destacar en él aquello que me parece sobrenatural. Siempre encuentro algo. Una mirada, una mueca, un salto o incluso un golpe. Cada vez que golpea su cuerpo entero contra el piso entrecierro los ojos y sufro en silencio. No sé mucho sobre Rugby, pero aún así puedo ver cuándo está perdiendo y cuando está ganando, por la forma en la que su rostro se frunce de puro enojo, tanto que parece que va a explotar, o cuando gana, que salta en el lugar y golpea sus palmas con sus amigos. En este momento está ganando. Corre en dirección a la derecha. Está jugando sumergido en sus asuntos, cuando, de pronto, se frena de golpe. Lo miro, a través de los espacios entre los asientos de las gradas, al igual que el resto de sus compañeros. "Amigo, ¿estás bien?", le preguntan, aunque parece que él ha visto un fantasma. Es exactamente a lo que me refería cuando explicaba de lo anormal en Jake Bladdel. No es la primera vez que sucede este tipo de cosas, sin embargo, no es recurrente. Por lo general se va corriendo, aunque esta vez pareciera que alguien lo ha puesto en pausa y le impide moverse y regresar a la realidad.
— ¿Qué sucede, Jake?
Él no responde. Todos a su alrededor comienzan a mostrarse extrañados y yo me siento de la misma forma. Me acerco al espacio para ver aún más de cerca, pero me golpeo el pie contra un caño. ¡Mierda!
Muchos de los rostros enfocados en Jake Bladdel se giran en mi dirección. ¿¡Lo he gritado en voz alta?! ¡No puede ser!
— ¿Quién anda ahí? —gritan.
Por mi parte, me volteo y empiezo a correr, regresando al colegio. Corro en dirección a los baños de mujeres, que es el único lugar donde una banda de muchachos no puede ingresar y no freno hasta llegar allí.
¿Y si el entrenador me vio? ¿Y si llaman a mis padres? ¿Qué es lo que le sucedió a Jake Bladdel, de todas formas?
Hasta que no me tranquilizo, no salgo del baño. Y, cuando salgo, me dirijo en dirección al salón en el cual se encuentra reunido el comité de preparación del baile. Allí todos me miran extrañados, pero nadie comenta nada, no soy muy persona muy sociable y todos los miembros de la habitación lo saben, por lo que continúan con sus asuntos, dándome un par de tareas para ayudar, pero nada más que eso, sin involucrar muchas palabras en el medio. En fin, el timbre para el receso suena y yo me salgo del aula solo para encontrarme con mis amigas en la cafetería. Nos sentamos en una mesa alejadas de las personas más influyentes del colegio. Somos nosotras tres, siempre lo hemos sido y nunca les había escondido nada hasta que conocí a Amir. Desde entonces, solo digo una mentira detrás de otra. Supongo que no es mi culpa. Son las circunstancias las que me llevan a ocultar la verdad. Que no puedo salir porque tengo tarea, que mis padres me tienen encerrada. No es del todo una mentira, después de todo, realmente tengo imposibilitado moverme por mi cuenta, diferente es que yo rompa un poco las reglas.
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Jannet Green
FantasiJannet Green cree que su vida siempre ha sido controlada. Con padres sobreprotectores y una rutina monótona y aburrida, ella cree que es un ser desdichado. Lo único que sus padres no han podido controlar es su obsesión con los superhéroes y con Jak...