-Harry, ¿quieres ir al baile conmigo? -me preguntó entre risas tímidas una alumna de Hufflepuff que parecía de segundo año, rodeada de un grupito de chicas de diferentes casas. Tragué saliva ante la incómoda situación.
-Eh... -comencé, sintiendo una sensación fría en las manos. La chica parecía realmente ilusionada. En ese momento sentí que alguien me agarraba del brazo y tiraba de mí.
-¡Hola, Harry, te estaba buscando! -era Luna, que con su sonrisa lúcida me guiaba por el Gran Comedor, alejándome del grupo de chicas y de la incomodidad.
-Hola, Luna. Gracias -respondí. Ella sacudió la cabeza, aún agarrada de mi brazo.
-No hay de qué. ¿Quieres comer hoy conmigo?
Desde que había empezado el nuevo año, en Hogwarts se permitía mucho más la mezcla de alumnos de distintas casas y, aunque el sistema de puntos seguía, había perdido mucha fuerza. A la hora de comer, por ejemplo, los alumnos podían sentarse donde les apeteciera. Hermione había llegado a la conclusión de que había sido para debilitar la enemistad entre casas, cosa que nos había jugado malas pasadas durante la guerra, y yo consideraba que el simple hecho de separar a los alumnos en cuatro grupos se sumaba a la lista de cosas absurdas, aunque me sintiera orgulloso de pertenecer a Gryffindor.
Aun así, los alumnos de Slytherin en general parecían reacios a mezclarse, y aunque había algunos que sí lo hacían, la mesa de Slytherin seguía ocupada por gente con corbatas verdes y símbolos plateados. Ante el pensamiento, no pude evitar mirar hacia allí, mientras que respondía casi de forma automática:
-Sí, claro.
-Hoy tampoco ha venido -dijo Luna, y supe que sabía en quién estaba pensando. -Tú también te has dado cuenta, ¿verdad? -se sentó de forma resuelta frente a una de las mesas, y yo la imité.
Guardé silencio un momento mientras Luna me miraba de aquella forma entre totalmente ida y absolutamente sabia.
-Espero que no me juzgues por mostrar interés en él. Sé que siempre os ha tratado mal a todos.
Ella negó con la cabeza con una sonrisa mientras se servía unas tostadas en su plato.
-Yo creo que las personas no pueden convertirse en algo mejor si no se les da la oportunidad. Draco Malfoy es alguien brillante, ha conseguido muchas cosas, y ha visto cosas horribles también -asentí, reflexionando por primera vez de forma consciente en todo lo que implicaba aquello. -Yo creo que todo el mundo merece un poco de comprensión.
No sabía si estaba del todo de acuerdo con la última frase de Luna, pero lo que sí sabía era que sentía que Malfoy sí la merecía. Lo llevaba pensando desde aquel suceso en el baño hacía unos tres años, y por fin me lo estaba reconociendo a mí mismo.
Asentí de nuevo mirando a Luna, que me sirvió una tostada.
-Tienes que comer un poco si no quieres que los snorkacks te roan los oídos.
Sonreí y acepté la tostada.
-¿Vas a ir al baile, Luna? -dije cambiando de tema.
-Neville me ha ofrecido ir, aunque no tengo muchas ganas de celebrar nada -respondió encogiéndose de hombros. -Me alegra que los demás lo hagan si les apetece pero yo no quiero.
-¿Y Neville qué hará? -pregunté, simplemente por cotillear.
-Creo que le parece más divertido quedarse investigando conmigo las criaturas extrañas de Herbología que ir al baile -puso una sonrisa orgullosa que intentó ocultar y que me pareció muy tierna, por lo que yo sí que sonreí. -¿Y tú irás con Ginny?
Ginny había salido de nuevo en la conversación. Bajé la mirada, un poco incómodo.
-...Quiero hablar con ella. Voy a hacerlo pronto.
-Lo siento, Harry -me interrumpió Luna enseguida. -Todo a su tiempo, ¿verdad? Ya llegará su momento.
Asentí en silencio de nuevo. El resto del desayuno fue muy agradable.

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So close (Drarry)
RomantizmHa acabado la guerra. Harry Potter siente que todo en su vida es muy poco importante después de lo que ha pasado, y por eso empieza a sentir curiosidad y simpatía por la situación en la que se encuentra Draco Malfoy. Todo el mundo parece creerse con...