Capítulo 14

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Aquel día la clase de Pociones fue rara.

Como siempre, fui de los últimos en llegar. Nada más entrar eché un vistazo rápido al aula, descubriendo a Draco solo, ya con su túnica, en una de las mesas del fondo, que no me dedicó ni una sola mirada como era habitual. Aunque llevábamos más de dos meses con nuestros extraños encuentros, en público siempre nos ignorábamos y yo me preguntaba si teníamos algo que ocultar.

Enseguida localicé a Ron, que también se hallaba en una de las mesas del fondo y, sorprendido, comprobé que no le acompañaba Hermione. Cuando me acerqué a él vi que su expresión gritaba "la he cagado".

-¿Dónde está Hermione? -pregunté tras saludarle con un gesto.

-Hoy tiene un permiso especial para no venir. Algo de que está haciendo una investigación para un trabajo -me explicó él con voz temblorosa.

-Ah... -murmuré. -¿Y qué te ha pasado?

Él hizo una pausa en la que acentuó su expresión y entonces apareció el profesor Slughorn. Nos saludó a todos y se dispuso a explicar qué íbamos a hacer aquel día y, como siempre, Ron y yo lo ignoramos.

-Soy idiota, Harry -me confesó Ron. No lo negué. -Le he preguntado a Hermione que con quién iba a ir al baile.

Contuve las ganas de reír ante la pequeña tragedia de mi amigo. Al parecer, todos habíamos asumido que iban a ir juntos excepto él.

-¿Y por qué le has preguntado eso?

-No sé, no estaba seguro de si querría ir conmigo o había pensado en otra persona... -explicó, con la voz rota.

-¿No le has dicho que tú quieres ir con ella?

-No me ha dado tiempo... -se lamentó. -Se ha marchado enseguida diciendo que no quería volver a ser mi última opción...

Aunque Hermione, por lo que parecía, había sacado conclusiones precipitadamente, no podía culparla dada nuestra ineptitud habitual. Lo que no entendía es que no se hubiera cansado antes de nosotros.

-No te preocupes, Ron -dije en voz baja, intentando no llamar la atención del profesor. -Sólo es un malentendido. Tienes que explicárselo y ya está.

Una alumna de Slytherin que estaba en una de las mesas del principio nos chistó para que nos calláramos, lo que hicimos durante, aproximadamente, tres minutos.

-¿Y tú vas a ir con...? -dijo Ron inclinándose hacia mí y levantando una ceja pícaramente, suponía que tratando de olvidar sus propios problemas.

Supe a quién se refería enseguida y bajé la mirada hacia mi caldero, sintiendo el calor que me indicaba que me estaba ruborizando.

-No -respondí. -No creo ni que quiera ir.

-¿Por qué? -preguntó él.

-...Todo el mundo en Hogwarts lo odia -respondí secamente. Vi que Ron intentaba ocultar que él compartía aquella opinión y, por ello, dije rápidamente: -Pero porque lo están juzgando sin saber.

Clavé la mirada en el profesor Slughorn sin querer afrontar el hecho de que Ron era como ellos, y entonces vi que hacía un gesto y atendí:

-¡Y ahora toca la práctica, chicos! -sonreía con entusiasmo. -Si habéis atendido no os será difícil preparar la poción. ¡Adelante!

Así que de eso servía atender en la teoría... Por más que cometía todos los días el mismo error, nunca aprendía.

-Mira, Harry -me susurró Ron, pareciendo igual de afectado que yo por el aprieto en que nos encontrábamos, es decir, no demasiado. -Que yo sea un idiota en el amor no significa que tú también tengas que serlo. ¡Eh, Malfoy! -exclamó intentando susurrar, y yo me pregunté horrorizado qué tenía en mente mi amigo. -¡Ven un momento!

So close (Drarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora