24: con una taza de azúcar

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Los malos días eran realmente malos. Malos y extremos para HyunJin.

Ese era un martes, uno frío pero con mañana cálida. Recordaba haber despertado en los brazos de su novio, pero sentía que ya no era suficiente. Y no era culpa de ChangBin, sino suya.

HyunJin estaba intentando ser parte de algo que no era suyo. Un lugar al que no pertenecía, por mucho que fingiera estar completamente cómodo.

Nunca antes lo había hecho. Solía jurar que era inconsciente. Que cada vez que se hacía daño era sin notarlo, pero esta vez no se sentía igual. No sentía que fueran reales sus excusas, aunque siempre fue conocedor de que eran solo inventos patéticos para sentirse un poco menos culpable.

Eran solo sus sentimientos acumulados esa tarde, sentirse vacío, solo, insuficiente, asqueroso. Tantas cosas le cortaron la respiración una vez más. Tantas cosas lo atacaron tan directamente que ahora, siendo consiente pero sin motivos para detenerse ahí presentes, apuñalaba su propio antebrazo con la filosa punta de un bolígrafo rojo.

Y entre tinta fresca y lágrimas sinceras, el color de su sangre se perdía sin remedio ni manera de pararla.

ChangBin despertó tan pronto como pudo de su trance y sin pensarlo más corrió hasta su novio, incluso dejando caer la caja que segundo antes sujetaba con cuidado.

HyunJin no se sorprendió cuando las manos de ChangBin tomaron sus muñecas. Era como si ni siquiera estuviera ahí. Como si no pudiera sentirlo en absoluto y tampoco verlo. HyunJin no podía sentirse. Era algo así como estar drogado en anestesia y sencillamente no existir más.

ChangBin le arrebató el bolígrafo y una vez más examinó sus brazos. Algunas heridas se veían realmente profundas y ChangBin estaba seguro de que se infectarían, así que hizo de apoyo para el menor e intentó levantarlo, pero HyunJin no ponía de su parte.

- Vamos, bebé, vamos a lavarte - intentaba, en serio que sí, no sonar asustado. No quería alterar aún más a su novio, pero necesitaba hacer algo.

- Vas a ensuciarte - contestó el menor automáticamente, con la mirada perdida por completo.

Pero, claramente, a ChangBin le importaba una mierda llenarse de sangre. Terminó por levantarlo y lo llevó tan rápido como pudo al baño de la habitación. Sostuvo su cuerpo mientras abría el grifo y sujetaba el brazo lastimado bajo el chorro de agua.

HyunJin no se quejó, sin embargo ChangBin sentía con sus manos las intranquilas pulsaciones que su corazón bombeaba. Estaba en problemas.

- ¿Por qué, HyunJin...? - le preguntó secándolo con una toalla que encontró en el mismo baño.

El menor no contestó, solo se dejó llevar hasta la cama y durmió.

ChangBin observó el lugar, desde el piso lleno de sangre húmeda hasta los papeles esparcidos cerca del escritorio. Algo tenía muy mal a HyunJin y él debía descubrir qué.

Se acercó a las notas, reconociendo su letra, pero no sólo su letra sino también la de alguien más. Y entonces notó que no se trataban de notas, sino de conversaciones. Conversaciones transcurridas en hojas de papel.

Guardó un par sin terminar de leerlas y corrió a la cocina, donde JiSung levantaba del piso los pedazos de cerámica de una taza rota.

- ¿Estás bien? - le preguntó al castaño.

- Sí, no sé lo que pasó, solo estalló en mis manos.

- Déjame ver.

ChangBin tomó sin respuesta las manos del menor y las miró. Una dolorosa herida se extendía desde el inicio de su pulgar derecho hasta la muñeca, así que en respuesta contrajo sus dedos.

Kkami ・:*:・✿ Aɳxιҽƚყ [ChangJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora