Kkami ･:*:･✿ Aɳxιҽƚყ [ChangJin]

43: sangre y fuego

- Nos volvemos a encontrar, par de exhibicionistas.

Y entonces HyunJin no entiende una mierda.

HyunJin llegó a la comisaría hace más de 20 minutos, siendo llevado a la Sala de interrogatorios donde se encontraba de por sí ChangBin, también esperando. Y es confuso.

ChangBin y HyunJin se giran en sus asientos extrañados. YunHo está ahí, manteniendo la postura relajada e incluso burlona de siempre, pero esta vez viste ropa más formal y un gafete con la palabra "detective" en él, o al menos eso logra leer el menor.

- ¿Qué haces aquí? - le pregunta ChangBin.

- Bueno, me disculpo, primero que nada. No he hecho más que mentirles desde que nos conocemos, pero sepan que fue completamente necesario. Sí, me llamo Jeong YunHo y soy hijo del dueño de aquella cadena, pero soy detective. Especializado en secuestros y redes de tráfico de blancas, para ser específicos.

- ChangBin, creo que...

- No hace falta que lo digas, yo también me enamoré.

- Tranquilos, no mentí en lo de mi novio. Están aquí para hablar de Han JiSung.

- ¿Dónde está él?

- Está testificando, por lo tanto debo contarles lo que ha hecho durante las últimas semanas. Van a sorprenderse, solo necesito que - el castaño hace una pausa y revisa su portapapeles - Lee MinHo llegue.

- Ya estoy aquí - murmura el tembloroso chico que acaba de cruzar la puerta.

- Tome asiento - ofrece YunHo y MinHo obedece en silencio - vaya, es una larga historia...

Y MinHo teme porque esa frase últimamente no trae tan buenas noticias. Teme porque las cosas están cambiando en los últimos días.

Teme, porque por fin sabrá la verdad.

- Kim HyunJoong, ¿lo conocen? - los tres menores niegan, aunque ChangBin presiente que tal vez alguna vez escuchó el nombre antes - el hombre que violó, golpeó y amenazó a Han JiSung. Bueno, el chico tiene 22 años. Muy pocos para ser el autor de tantas atrocidades. Ocurre que aquella noche en la que cumplió su mayoría de edad se dieron los hechos con el mencionado Han JiSung en una de las habitaciones de su propia casa, pero lo que JiSung no sabía era que había sido grabado. Tal vez por pura diversión o lucrativamente, pero Kim HyunJoong publicó la grabación con un título bastante... Llamativo, lo cual condujo a cierto grupo organizado hacia él. Ellos poco a poco lo reclutaron. Lo... ¿Cómo decirlo? Lo metieron en el negocio de la trata de personas y la pornografía infantil, siendo que JiSung sigue considerándose menor. Lo mandaron a hacerlo otra vez para lucrarse sin dejar pistas. Y JiSung accedió porque HyunJoong lo amenazó con hacerte lo mismo a ti - señaló a HyunJin - o matarlos a ustedes. A un tal JeongIn. Entiendo que es tu hijo - MinHo asiente.

- ¿Y cómo...?

- ¿Cómo llegó a mí? Se van a reír - bromea. Realmente no parece el más profesional de los detectives - HyunJoong lo obligó a retirar la denuncia. Cuando vino a hacerlo yo casualmente estaba aquí resolviendo asuntos de un par de secuestros de unos niños y blah blah blah; el caso es que lo escuché y me sorprendió. Cuando se fue pedí su información y lo visité en el hospital psiquiátrico en el que vive. Le dije que lo ayudaría y nadie saldría herido y aceptó. Me pidió que por favor te protegiera, HyunJin, por eso nos conocimos. Aunque yo pensé que...

- Que yo era HyunJin - murmura ChangBin.

- Sí, y que HyunJin era HyunJoong. No me culpen, parecía una escena comprometedora. Luego nos encontramos en el restaurante también, y tengo que decirles que efectivamente HyunJoong estaba ahí ese día, por eso no podía dejarlos solos: era mi deber entregar mi vida antes que la suya. Pero no pudimos capturarlo. Y si seguimos hablando de JiSung, él siguió viéndose con Kim y su banda. Se metió lo suficiente en sus asuntos como para poder venir y decirme cuántos eran y lo que cada uno hacía. No le importó sacrificarse a sí mismo si se trataba de protegerlos a ustedes y desmantelar la red. De verdad fue muy valiente y se tragó su ansiedad. HyunJoong lo perseguía, le hacía llamadas contínuas, tal vez cada hora, y lo vigilaba, incluso algunas veces en el hospital. Tenía que hacerlo creer que hacía lo que le pedía, aunque muchas veces era eso: una coartada. Y hoy todo se fue a la mierda.