Kkami ･:*:･✿ Aɳxιҽƚყ [ChangJin]

2: ʅα ɾαȥóɳ ԃҽ ɱι ҽxιʂƚҽɳƈια

HyunJin estaba mirándose al espejo. No quería llorar. No quería que nadie más lo viera así: destruido.

ChangBin lo había acompañado a casa y estaba en su salón, bebiendo un vaso de agua fría que el mismo HyunJin le sirvió antes de correr a encerrarse en el baño. No sabía porqué había aceptado que lo acompañara. Se arrepentía demasiado de ello.

Por suerte, ni su madre ni su padre estaban en casa; de haber estado seguramente no habría tanto silencio.

Era así: cada día, cada maldita noche, gritos y peleas y si acaso salían de sus usuales temas de reclamos le gritaban a él lo inútil que era. Lo poco que servía en casa cuando HyunJin se encargaba prácticamente de todo.

Pero él entendía. Tenía qué porque ellos estaban estresados del trabajo, la ciudad, la mudanza, de tenerlo a él como hijo. HyunJin solo debía entender y ser un poco más paciente.

- HyunJin - escuchó detrás de la puerta después de la misma ser golpeada tres veces. No lo admitiría, pero su nombre le gustaba un poco más desde que ChangBin había comenzado a llamarlo.

- Ya casi salgo - alertó.

Se enjuagó el rostro, mojando sus mejillas húmedas y mojando sus lágrimas. Le dolía todo un poco. Pensó que quizá sería porque llevaba un par de días sin salir a correr y su cuerpo se lo pedía, pero no podía hacerlo. Últimamente era lo que menos le apetecía.

Salió tan pronto su rostro estaba seco por completo y se dirigió de vuelta a la Sala de su casa. Casi le parecía irreconocible, con tanto olor a cigarros que sus padres habían de por sí impregnado en aquél precioso lugar. Al menos precioso antes de haberse mudado unas semanas antes al perder los ingresos que hacían falta para mantener su antigua casa, donde al menos HyunJin consideraba que todo era mejor.

ChangBin no lo notó llegar y recargarse contra la pared del pasillo que daba las vistas justas y hermosas hacia el sillón donde el mayor repasaba el borde del vaso de cristal con el pulgar derecho, aparentemente bastante concentrado. Eran vistas bonitas, así que HyunJin se permitió seguir mirando un rato más, consiente de que probablemente vistas así nunca se repetirían en su casa por lo menos.

Pasaron varios minutos y entonces recordó que en menos de lo que seguramente calculaba, sus padres regresarían, así que con calma y en silencio se acercó a ChangBin hasta estar delante.
Nervioso acarició su propio brazo, dándose fuerzas suficientes para iniciar un conversación que aseguraba no estar dispuesto a tener.

- ChangBin...

- HyunJin, ¿qué ocurre? - pregunta el mayor al notar nervioso e indispuesto al de cabellos más largos.

- No quiero estar aquí, ¿puedes acompañarme a un lugar?

Así que ChangBin lo siguió. Y HyunJin no sabía si era por pena o cortesía que pensaba que habría preferido regresar a su casa, pero el mayor no se estaba yendo y eso era preocupante.