41: un último disparo

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El nuevo trabajo de HyunJin no es algo a lo que esté acostumbrado.

A HyunJin le gustan los trabajos de Oficina, donde no dependes de nadie y nadie depende de ti en general, pero el día de hoy... El día de hoy trabaja bajo presión. No es una Oficina ni nada parecido. Parecido quizá al pequeño pedazo de arcoíris que los duendes usan para colgar su ropa, porque efectivamente: es una tienda de ropa.

Ropa, pero no cualquiera: ropa alternativa versión grunch y por otro lado vestimentas para los que allá por el 2000 se hacían llamar "pokemones", es decir: ropa extremadamente colorida y llamativa.

Un buen contraste. Demasiado saturado, pero bueno. Vivible, al menos.

HyunJin prefiere los trabajos de Oficina, donde no tienes que correr de aquí para allá atendiendo clientes que varían entre insatisfechos, groseros, impacientes y quizá uno o dos amables. HyunJin prefiere no atender a las personas porque odia a las personas. HyunJin odia que lo hagan sentir mal. Que lo denigren por servirles o tiren de su cabello cuando está distraído.

Su cabello ha crecido y no lo notó. Ahora lo nota, ahora que es impertinente. No es molesto, de hecho es agradable.

Quien es más agradable es su compañero de trabajo, JiMin, quien siempre porta esa amable sonrisa que a cualquiera recibe de buen humor. Él le ha enseñado bastante en las últimas horas, no sólo porque el gerente se lo haya encargado, sino porque JiMin es amable.

Un chico rubio platinado que quizá cada 10 o 15 minutos se pasa la mano por el cabello seductoramente, viéndose elegante como el bailarín que efectivamente es en sus ratos libres; el chico lleva trabajando en aquella tienda quizá más de 4 años.

- Descansas a las 3, ¿cierto, Hyunie?

- Sí.

- ¿Me acompañas a comer? - pide tierno el mayor.

- No lo sé, Jimin hyung, debería quedarme... Ya sabes, es mi primer día y...

- Te preocupa fallar tan pronto, sí. Está bien, te traeré algo rico, lo prometo.

- Gracias.

HyunJin termina de acomodar la repisa en la que estaba y se dirije a vestidores. Es su principal labor, según le dijeron, revisar cada cierto (y poco) tiempo si es que algún cliente dejó ropa tirada o perchas. No es del todo laborioso, pero cansa dar tantas vueltas. Imagina que se acostumbrará dentro de poco.

Usualmente no es de ser rápido para absolutamente nada, sin embargo ahora se esfuerza y lo hace de verdad. Quiere que los cambios sean menos trascendentales, que pasen desapercibidos y pueda enfocarse en algo más.

Los probadores están vacíos, solo se encuentra sentada ahí, en su puesto, la encargada de revisar el número de prendas que entran y sale: YeWon.

Lleva su uniforme y una coleta y, aunque casi no hayan hablado o más bien nunca lo hayan hecho, le sonríe.

- Hey, Hwang, ¿no sales a comer? - pregunta la castaña aburrida.

- No, en realidad. Puedo cuidar tu puesto si quieres ir a tomar algo.

- ¿Lo dices en serio? - tal vez sea un error, pero la joven luce emocionada.

- Claro, no le diré al gerente.

- ¡Muchas gracias, HyunJinna! Juro que no me tardo ni 10 minutos.

YeWon se va apresurada y eufórica, entonces HyunJin toma su puesto detrás del pequeño escritorio que separa la tienda de los cuartos individuales donde la gente se mide las prendas. En realidad la chica hace un gran trabajo.

Kkami ・:*:・✿ Aɳxιҽƚყ [ChangJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora