Me sentía agotada, el fin de semana no descanse pensando en Adam, y este día había sido muy duro, sobre todo sin su compañía la ausencia de Adam y me estaba doliendo. Me sentaba sola y comía sola, en la cafetería crucé un par de veces con Dany y Paulo pero ninguno me dio razón de él.
Al fin las clases habían terminado y ya podía volver a casa. Estaba por subir a mi auto cuando Harry me interceptó en el estacionamiento.
—Hola Lucy —su tono fue suave y amable, sentí nerviosismo pero no eran nervios de enamorada, fue una sensación diferente, fue como encontrarte con tu ex después de un tiempo, era incómodo.
—Hola —dije a secas, a sí, sin más, y no porque estuviera enojada o dolida, no, si no porque no tenía nada más que decir.
—¿Como has estado? —suspire, bueno esto era lo que estaba esperando y tenía la oportunidad de aclarar si sentía algo aún por él.
—Bien, ¿Y tu? —sonrió y en realidad se veía muy bien cuando lo hacía, Harry no era mala persona sólo era inmaduro y tomaba malas decisiones, no quise quedarme con una mala imagen de él después de todo lo que vivimos juntos.
—Estoy bien —dijo aun sonriendo—. Me alegro que tu estés bien —rasco su cabeza, estaba nervioso—. Sabes yo sólo quería tener una conversación ya sabes.... por lo que tuvimos, creí que ya era tiempo... tiempo para cerrar etapas —sentí alivio y también agradecimiento, que el hiciera esto, después de todo lo que había hecho me hacía sentir aliviada.
Desde que lo descubrí con Kim tenía sentimientos encontrados con respecto a ellos, sentía odiarlos y sentía que jamás los perdonaría, pero ahora me daba cuenta que no sentía nada de eso, en realidad estaba enojada, y era normal. Descubrí que aún me parecía lindo, pero sólo eso, ya no sentía esa locura por Harry, quizá nunca la tuve, y aunque me ponía nostálgica por que lo nuestro terminó muy mal también sentí alegría porque ambos lo aceptamos, terminó y era lo mejor para los dos.
—También te extrañó a veces Lucy —sentí un pequeño pinchazo en mi corazón, porque yo conocía esa sensación, yo también lo extrañé muchas veces, Harry también fue mi amigo—. Pero también sé que no debo seguir lástimandote, espero que algún día podamos charlar más... como amigos —se acercó y me abrazó, en vez de tensarme me alivie y le devolví el abrazo, sonreí por que estaba cerrando esta etapa de mi vida—. Adiós Lucy —susurro y se marcho.
Cuando llegué a la casa, marque a papá para saludarlo, seguía sin saber de Adam y la preocupación y el dolor me carcomían, leí y escuché música toda la tarde y cuando ya casi oscurecía prepare la cena, comí y me fui a dormir pensando en que mañana iría a verlo y en todas la cosas que le diría.
Estaba teniendo un agradable sueño, cuando unos ruidos extraños me despertaron, yo no era muy miedosa pero era inevitable pensar en que tal vez se estaban metiendo a la casa o lo que para mi resultaba peor que hubieran fantasmas o algo parecido. Empecé a rezar a todos los dioses habidos y por haber y salí de la habitación con una sombrilla en la mano, era realmente patético pero era mejor una sombrilla a no tener nada.
Cuando llegue al pie de las escaleras vi un cuerpo subiendo de manera sigilosa y el grito que pegue fue estruendoso, mis piernas se sentía pesadas y por inercia lo que hice fue encender las luces de la casa, cuando vi a Adam pegue otro grito de asombro, él gritó también, intenté controlar mis nervios y puse una mano en mi pecho.
—¡Que demonios!... Adam tu.. y casi... muero.. Diosito gracias.... ¡Que susto! — balbuceaba incoherencias y la verdad era lo único que podía decir mientras lograba calmar mis nervios. Adam suspiro y también se llevó una mano al pecho.
—¡Lucy! que susto me diste —lo mire indignada, es enserio, chico me has dado el susto de mi vida, yo debería estar enojada.
Tomé una bocanada de aire—. Pues perdón señor —nótese el sarcasmo—. Pero si no hubieses entrado de esa manera a mi casa, esto no hubiese pasado —nos señale a ambos con mi mano y le di una mala mirada.
Recordé lo preocupada que estuve por él y también la forma en que me había hablado. —¿Que haces aquí!? —pregunté con desdén.
—¡Vine a verte! —exclamo, su actitud me confundía, primero dijo que lo dejará en paz y ahora venia a verme.
—¿A esta hora? Creí que querías que te dejará en paz —intentaba controlar mis ganas de darle dos bofetadas—. ¡No puedes desaparecer por días y venir aquí a estas horas! —estaba muy molesta y sabía que yo no tenía derecho a reclamarle nada, pero me valía un pepino quería explicaciones.
—Lucy, perdoname, fui un imbécil —suspiro hundiendo sus hombros—. Me sentía muy mal porque... Y luego tu actuaste extraño —enarque una ceja—. Tu no tenías la culpa de nada perdón —intente comprender su comportamiento, en realidad yo había actuado extraña con él, era razonable que se enojara.
—¿Me contarás que paso? —carraspeo y se rasco la nuca, me miro de pies a cabeza y lo vi sonrojarse.
—Primero deberías cambiarte —lo observé confundida, su mirada volvió a recorrer mi cuerpo—. No puedo concentrarme con eso que traes puesto —mire lo que vestía y sentí mis mejillas calentarse, corrí a mi habitación tome una playera larga que cubriera mi blusita traslucida y el short que usaba para dormir. Adam toco la puerta.
—¿Ya puedo entrar? —preguntó del otro lado, abrí la puerta y entró, me senté en la cama y luego el hizo lo mismo. Noté que no era muy buena la idea estar ambos en la misma cama, cuando estaba con Adam mis hormonas me traicionaban.
—Ahora si, cuéntame —dije tratando de cambiar mis pensamientos.
—Tuve problemas en casa, eso fue todo — suspiro frustrado y me miro suplicante, él no quería hablar de eso y yo lo comprendia.
—Bien, aún sigo un poco enojada pero acepto tus disculpas —sonrió agradecido y acarició mi mejilla, no podía explicar las sensaciones que su tacto provocaba en mi.
—¿Como has estado? —preguntó de manera tierna, recordé la charla con Harry y luego pensé en lo mal que la pase extrañando a Adam.
—Te extrañe —dije con un poco de vergüenza, mis mejillas se calentaron y se formó un nudo en mi estómago.
—Yo igual, por eso tenía que verte —me llenaba de ilusión escuchar aquellas palabras y un revoloteo agradable se apoderó de mí estómago.
—También me habló Harry —agregué, su ceño se hundió y me miro atento—. Quería saludarme —Adam soltó un bufido y se separó un poco de mi.
—Pues cuando tenía que saludarte no lo hizo —acepto que sus palabras dolieron un poco, pude detectar una pizca de celos pero aleje esos pensamientos.
—Ya arreglamos todo —Adam entorno los ojos y su mandíbula se tensó.
—¿¡Que!? Lo perdonaste —su voz fue fuerte, se levantó y camino por la habitación.
—No, claro que no, Adam escucha —me puse de pie—. Arreglamos todo con respecto a lo nuestro, pasamos página cerramos los nuestro, Harry esta fuera de mi vida —se volteó y vi sus ojos iluminarse.
Camino rápidamente hacia mi, tomó mis mejillas entre sus manos y me plantó un beso, al principio plano, yo estaba pasmada luego el se abrió paso y yo le correspondí. Sus labios eran suaves y sentía como succionaba los mios con delicadeza; sin dejar de ser lento pero tampoco siendo muy pegajoso. Era un beso delicioso.
Holaaaa!!
Acá otro Capítulo, disculpen la demora pero he tenido algunos inconvenientes de salud.
Espero que les guste la historia, ya tenemos 100 leídos y me causa mucha felicidad, disfrútenla!
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Eres Arte, Lucy (COMPLETA)
RomanceEl destino suele tener sus momentos trágicos y accidentalmente afortunados, cuando Adam estaba a unas cuántas cuadras de la ruidosa fiesta de una chica de su instituto, un golpe fuerte en su pecho lo dejo desconcertado. Lo que el no sabía era que aq...