Capítulo 3

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Justo antes de salir de clases Adam me tomo del brazo y me detuvo, esperó que no quedara nadie, trague el nudo que se había formado en mi garganta. El podía intimidar a cualquiera, era alto y un poco delgado pero apostaba lo que fuera a que le dedicaba tiempo al gimnasio, tenía los brazos bien definidos. Todo eso, junto a la mirada de color esmeralda que tenía me causaba temor.

—No te me acerques —dijo mientras observaba como el último estudiante salía del salón—. Evitame problemas, no los necesito —su mirada penetró la mía mientras decía cada palabra, él esperaba una respuesta, y yo no podía decir nada.

Mi lengua se había enrollado y escondido en algún lugar que no lograba encontrar.

—Dime si lo entendiste —añadió al ver que yo no decía nada, asentí varias veces, me soltó y se fue, cuando lo perdí de vista solté el aire que estaba reteniendo y sentí unas inmensas ganas de llorar, quería correr al único lugar seguro que tenía, mi hogar. Pase el resto del día escondiendome de Harry.

Cuando salía del instituto vi a Kim echada a un lado de mi auto y a su lado estaba Andrea. Camine decidida, tal vez ella se sentía muy bien por acostarse con Harry pero no iba darle la satisfacción de verme mal por ello.

—Vaya, hasta que por fin te encuentro —su tono descarado me hacian pensar en muchas maneras de arrancar su cabello—. ¿Donde estuviste, Lucy? —su sonrisa cínica me daba asco.

—¿Que quieres? —pregunte sin rodeos, levantó una ceja y me observó de pies a cabeza, no era la Kim que yo conocía, no había rastro de la chica que alguna vez fue mi amiga.

—Quiero como buena amiga que soy —sonrío falsamente—. Contarte que Harry y yo estamos juntos desde hace tiempo —se me revolvió el estómago y sentí mi corazón quebrarse aún más, quise echarme a llorar.

—No lo hacíamos público porque el pobre no hallaba como decirte —pase mi vista de ella hacía Andrea intentando saber si ella de verdad había apoyado eso, pero Andrea ni siquiera podía mirarme a la cara.

Las palabras de Kim destrozaban mi corazón, quería saber porque ella hacía aquello, pero no tenía valor ni fuerzas para preguntar.

—Aléjate de Harry, o te vas a arrepentir Lucy —solté una risilla nerviosa, no se cómo lo hice, quizá fue la sensación de dolor que sentía en aquel momento, pero me arme de valor.

—Por si no te diste cuenta, él es quien sigue buscándome —supe que mis palabras le habían dolido pues su rostro la dejo al descubierto, Kim quería a Harry y yo apenas me daba cuenta.

—Estas advertida —dijo señalándome, por último mire a Andrea una vez más, ella también era mi amiga y para mí su traición fue peor que la de Kim. No dijo nada simplemente apartó la mirada y se marcharon.

Era increíble como las cosas cambiaban de un día a otro, la semana pasada estaban en mi casa aplicándose mascarillas mientras hablábamos de chismes y ahora se encontraban amenazándome por un chico, al parecer hoy era el día de amenazar a Lucy.

Llegué a casa, por suerte papá no estaba, no me estorbaba, amaba a mi padre, pero necesitaba tiempo a solas. Reflexione sobre mi vida, me había quedado sin amigos, porque mi círculo social se basaba en los amigos de Harry, tenía a mi padre y valoraba eso pero me sentía bastante sola.

Me di cuenta de lo cerrada que estaba, conocía a muchas personas en el instituto pero nunca les hablaba porque sólo me limitaba a mi círculo social, que resultó ser una mierda.

Al día siguiente me senté una vez más al lado de Adam, casi me elimina con la mirada pero era la única opción que tenía para evitar que Harry se sentara a mi lado. Obtuve un buen resultado ya que a Harry no le quedo más opción que sentarse en nuestro antiguo asiento, mientras que de vez en cuando me miraba con semblante triste.

Las horas pasaban y era aburrido estar al lado de alguien sin siquiera hablar, a veces miraba a Adam de reojo y lo pillaba muy concentrado en las clases, o tal vez se esforzaba bastante en ignorarme.

La voz del maestro me saco de mis pensamientos.

—Bien chicos, ahora el proyecto del semestre lo harán con su pareja de al lado —anunció, oí a Adam maldecir por lo bajo, bueno yo tampoco estaba nada contenta.

—No, no se quejen y no haré cambios —seguía hablando mientras regañaba a algunos estudiantes—. Es la nota más importante así que necesitarán cooperar mutuamente —podía ver el entusiasmo del maestro en su rostro—. Presentarán un proyecto de arte, lo podrán expresar como ustedes prefieran —y se ponía peor, yo era mala para artística y suponía que Adam no era mucho mejor—. El ganador podrá exponer su proyecto en el museo de arte de la ciudad, además de la nota claro esta —el maestro junto sus manos para luego sonreír, la felicidad de algunos era la desdicha de otros.

La clase terminó y dispuse a irme pero Adam me detuvo una vez más, creí que iba a amenazarme nuevamente.

—Necesito la nota de este proyecto —dijo en un tono nada amigable, cada vez que Adam me hablaba lo hacía como si yo fuera tonta—. Pasaré hoy por tu casa para discutirlo ¿Lo entendiste? —preguntó, y como siempre solo asenti, se marchó dejandome pasmada.

Almorcé con papá y charlamos un rato, luego subí me cambie de ropa y hice algunos deberes, papá toco la puerta y luego entró.

—Cielo tengo un asunto en la oficina, volveré pronto —beso mi mejilla y se marchó, a veces sentía que competía contra su trabajo y era realmente patético pensarlo.

Baje a la cocina y me serví un poco de agua, Adam dijo que vendría pero ni siquiera sabía mi dirección, tambien dijo que necesitaba la nota del proyecto pero hasta donde yo sabía el era pésimo en las clases.

Subí nuevamente a mi habitación busque en internet varios bocetos y dibujos que pudieran servirme, si Adam no llegaba yo podía ir trabajando sola.

Cuando tocaron la puerta sentí un poco de nervios, tal vez debí decirle a papá que alguien vendría. Abrí y sin duda era Adam, llevaba un suéter blanco ajustado y pantalones holgados, junto con unos lentes de sol negros que le daban un toque sexy.

Pasaron unos segundos donde solo me quedé viéndolo, sacudí mis pensamientos sobre su atractivo físico y entró sin pedir permiso, se sacó las gafas y se volteó para verme.

—¿Donde lo haremos? —preguntó, desprendía un aroma varonil que llenó el lugar, su asombrosa llegada y su majestuoso outfit me seguía llevando a pensamientos innecesarios.

—¡Que! ¿Que has dicho? —pregunte atontada, mi cara de estúpida debió notarse.

Gracias por leer, aquí hay un capitulo más con mucho amor. Saludos 💕

Eres Arte, Lucy (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora