Lucy.
Estoy tan emocionada de estar al lado de Adam y de poder sentirme segura al expresar mis emociones por él que casi no puedo probar bocado, mi estómago está hecho un nudo pero es por la felicidad que siento.
No paro de verlo de reojo y cada tanto sonríe, sus ojos lucen tan brillantes que puedo quedarme viéndolos por siempre, todo marcha bien excepto por el pequeño detalle de él estando en la cama de Kim, aunque sé que nada paso siento la necesidad de mencionarlo.
—Anoche te vi en casa de Kim —su rostro cambia por completo, no es mi intención estropearlo, solo quiero que todo marche bien.
—Te juro que no paso nada —posa su mano sobre la mía y mantiene la mirada—. Bebí mucho, no es excusa... Nunca te haría algo así... —lo interrumpo poniendo mi dedo en sus labios.
—Esta bien, te creo —digo para tranquilizarlo, aunque no voy a mentir la confesión de Andrea también me ayudó mucho para no caer en el juego de Kim.
Adam luce sorprendido y nervioso, bebe un poco de su juego y vuelve a hablar.
—Lamento haber sido un idiota —suspira y desvía su mirada—. Quiero que todo marche bien, pero esto es nuevo para mí —sonrio por sus palabras, es muy díficil sentirse enamorado, más para él que parecía ser una persona dura aunque en el fondo su corazón late muy fuerte.
—Todo está bien, esto es un nuevo comienzo —seguimos disfrutando de la velada, ahora puedo comer con más tranquilidad y me siento feliz de saber que todo va a estar bien.
Cuando salimos del restaurante ya es de noche, las estrellas brillan demasiado y la luz de la luna ilumina la playa, es relajante estar aquí junto a él. Ahora Adam toma mi mano y me siento en un sueño del que no quiero despertar.
—Deberíamos volver ¿No crees? —pregunta un poco dudoso, puedo ver su rostro por la luz de la luna y se ve un poco preocupado.
—¿Estas bien? —me pongo un poco nerviosa.
—Si, estoy bien —sonrie amablemente, su mano se posa en mi cuello de manera suave.
Puedo sentir su respiración cada vez más cerca de mi rostro—. Es mi madre, debo ir a verla —el recuerdo de la conversación con Dany y Paulo viene a mi mente, su madre no está bien, también recuerdo que fue muy grosera conmigo.
—¿Ella está bien? —pregunto intentando saber algo, Adam asiente—. Fui a tu casa —necesita saber que ya conocí a su madre, frunció el ceño y se alejó solo unos centímetros—. Tu madre me recibió —Adam entrecerró los ojos, no quería contarle pero era necesario—. Pero no estabas, así que me marche —desvíe mi mirada esperando terminar allí la conversación.
—Dilo Lucy —entorne los ojos y quise pasar por desentendida en cambio el me miraba serio—. Sé que ella puede ser muy mala, así que dilo —suspire, bien al menos él sabía que su madre tenía mal carácter.
—No fue nada, solo que es bastante descortés —sonreí torpemente para no sonar grosera, fue el turno de Adam de suspirar.
—Lo siento por eso, eres muy amable en definirla como descortes y no como una maldita bruja —tape mi boca para evitar reír pero luego de ver a Adam sonreír no me contuve.
Sentía su pecho vibrar cada vez que reía, era extraño que me sintiera enamorada, nunca creí que amaría a otra persona que no fuera Harry, ahora sentía que podía amar a Adam y estaba segura de él también me amaría. Sus ojos viajaron hasta mis labios y rogue internamente porque me besara, sentí la suave caricia de sus labios sobre los míos y escuché el sonido del mar haciendo de ese momento algo inolvidable.
Me levanté temprano con la sensación de que todo iba a mejorar ahora, si bien era cierto que Adam y yo habíamos arreglado nuestra situación, tambien era cierto que no éramos nada oficial, no queríamos ir muy rápido y antes debíamos conocernos mejor aunque ya llevábamos tiempo haciéndolo.
Papá llegaría hoy de su viaje y para evitar malos entendidos le había avisado por llamada que teníamos que hablar cuando llegara.
Pasé la noche soñando con Adam, era genial despertar feliz después de tanto tiempo, él tiempo se me pasó volando y cuando tocaron la puerta aún estaba desayunando, sentí ese cosquilleo en el estómago. Adam se había ofrecido a llevarme al instituto y no pude negarme.
Abrí y su hermoso rostro me hizo sonreir achicando mis ojos, debía controlarme un poco pero era muy díficil verlo y no sonreír.
—Hola —saludo dándome un corto beso en los labios, luego me miro esperando mi reacción.
—Buenos días a ti también —respondí sonrojada.
Tome mis cosas y cerré la puerta de casa, caminamos hasta su auto y abrió la puerta para mi, ver a Adam en plan romántico y caballeroso me causaba gracia.
Charlamos de camino al instituto, aunque pude notarlo un poco distraído decidí no preguntar, no quería presionarlo con el tema respecto a su madre, poco a poco el iría contándome.
Bajamos del auto y como era normal no había muchos estudiantes en el instituto, decidimos esperar en el patio, a medida que pasaba el tiempo llegaban más estudiantes y algunas miradas caían sobre nosotros, no era extraño que nos vieran juntos, lo extraño debía ser las manos de Adam sobre mi cintura de manera tan íntima, a mí no me molestaba pero pude notar que para Adam era incómodo, sobe su espalda intentando transmitirle confianza, no me importaba en absoluto que me vieran con él.
—Podemos entrar al salón y esperar allá —sugerí en vista de que solo se ponía más incómodo, acepto en silencio.
Caminábamos al salón y algunos aún seguían mirando, la verdad era un poco abrumador saber que estaban murmurando cosas de ti.
—¿Sabes que? al demonio —Adam me tomo entre sus brazos y me plantó un beso nada tranquilo, se abrió paso con su lengua y la sensación fue tan agradable que olvide que estábamos en el instituto.
Sus labios dejaron los míos solo para decir—. Si, así es, ella y yo estamos juntos, ahora vayan y cuentenselo al resto del mundo —su voz era eufórica, estaba un poco confundida por su reacción, no me molestaba pero se suponía que lo llevaríamos con calma. Sonreí abiertamente a los estudiantes que miraban a Adam con algo de temor.
Nuevoooo capítulo. Saludos!
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Eres Arte, Lucy (COMPLETA)
RomanceEl destino suele tener sus momentos trágicos y accidentalmente afortunados, cuando Adam estaba a unas cuántas cuadras de la ruidosa fiesta de una chica de su instituto, un golpe fuerte en su pecho lo dejo desconcertado. Lo que el no sabía era que aq...