Pase el fin de semana encerrada en mi cuarto, por lo general la pasaba con papá viendo alguna serie y por la noche salía con Harry, pero después de verlo con Kim sólo quise encerrarme y morirme en mi cuarto por siempre.
Yo creía ciegamente en él, pensé que lo nuestro era enserio y ahora me sentía perdida en un engaño, no sólo el amor me traicionaba, también la amistad, no sabía desde cuando sucedía esto y por qué a quienes yo creía mis mejores aliados me traicionaban.
Papá toco mi puerta un par de veces y luego entró.
—Lucyana Cox —hablo con voz autoritaria—. ¿Me vas a decir que tienes? —su tono se suavizó al verme y su rostro preocupado solo me hizo decirle la verdad.
La imagen de Kim con Harry me atormentaba y los sollozos no tardaron en aparecer, mi padre quería matar a Harry pero lo convencí de que no valía la pena armar un problema, a cambio me hizo prometer que no me echaría abajo y que debía mantenerme fuerte pues el era quien había fallado.
Harry no paraba de llamarme y yo no dejaba de ignorarlo, me hacía daño ver su nombre en la pantalla del móvil y casi tuve que encerrar mi celular bajo llave para no contestarle, en el fondo quería escuchar una explicación de su parte y así poder arreglar las cosas, quería tener esperanzas sobre nuestra relación.
El lunes llegue temprano al instituto, entre al salon y me dirigí directo al fondo donde sabía que se sentaba aquel chico, como lo esperé allí estaba encorvado, aún estaba avergonzada con el pero no me importó.
Con cuidado me senté a su lado, pensé que dormía, enseguida levantó la cabeza y me miro con el ceño fruncido, quise sonreírle pero estaba enojada con todos, quizá así me protegía, tenía todas mis defensas arriba, no me podía confiar.
De pronto sentía que todos en el instituto me engañaban o fingía ser mis amigos.
—¿Que haces sentada aquí? —señaló el lugar donde solía sentarme—. Tu lugar es allá —me pase la lengua por mi labio inferior nerviosa.
—Pues este asiento esta desocupado y me apetece sentarme aquí —quería sonar contundente—. En todo caso este asiento no te pertenece —recalque firmemente para que supiera que no tenía intenciones de ir a mi antiguo asiento.
—Bien, como quieras —respondío de manera gruñona, suspiré aliviada de que no protestara más.
Después de unos minutos el salón empezó a llenarse y como lo esperé entró Kim junto a Andrea, cuando la segunda me vio y bajo la mirada supe que ella también lo sabía, Kim me miró sería y luego me sonrió descaradamente, no sabia porque se portaba así y tampoco quería averiguarlo, por último entró Harry.
Cuando no me vió en el asiento que ocupaba junto a él paseo la vista por el salón, sus ojos se encontraron con los míos y di un respingo, fingí no verlo y anoté cualquier cosa en una libreta, estaba nerviosa y también dolida, sentía muchas ganas de llorar.
—Tu novio viene hacia acá —dijo el chico a mi lado—. Y no se ve nada contento —añadió.
Harry apoyo sus manos en la mesa y acerco tanto su rostro al mío que tuve que hecharme hacia atrás, se veía ojeroso y apestaba a alcohol.
—¿Que haces sentada aquí cariño? —pregunto intentando sonar calmado, sabía que intentaba controlar su impulso de llevarme afuera y aclarar las cosas, ya había visto anteriormente la ansiedad en su rostro.
—Harry —mi voz salió en un susurro, estaba invadiendo mi espacio personal—. Déjalo, no quiero hablar contigo —agregue con voz temblorosa, su mirada penetrante me intimidaba—. Si es posible prefiero que no te me acerques —finalice esperando que mis palabras lo convencieran.
Le dio un golpe a la mesa que me hizo dar un respingo, de reojo vi al chico a mi lado tenía los brazos cruzados y miraba seriamente a Harry, de hecho todos en la clase nos estaban mirando.
—Lucy, cariño, no podemos dejarlo —se escuchaba desesperado—. Te amo y lo sabes, y tenemos que arreglar esto, por las buenas o por las malas —quería golpearlo pero no tenía el valor para hacerlo.
Él chico a mi lado soltó un bufido y Harry dirigió su mirada hacia el.
—¿De que te ríes imbécil? —preguntó Harry en tono altanero y furioso, el chico se levantó echando la silla hacia atrás, por un momento contuve la respiración, el chico apoyó las manos en la mesa igual que Harry quedando frente a frente.
—El único imbécil aquí, eres tú —sonrío burlonamente—. Vienes aquí, borracho y amenazas a la chica —ambos se veían molestos y el ambiente cada vez estaba más tenso, si se iban a golpes estaba segura de que Harry no ganaría.— Ponte con alguien de tu tamaño— finalizó el chico intentando provocar a Harry.
Para este momento todos en la clase estaban en silencio esperando que alguien diera el primer golpe, sentía los latidos de mi corazón en los oídos; gracias al cielo mis plegarias fueron escuchadas y el maestro entró al salón.
—Bien muchachos todos a sus lugares —al parecer ignoró la tensión del lugar y se acomodó en su escritorio, solté un suspiro aliviada.
—Esto no ha terminado —exclamó Harry señalándome, después miro al chico.— Y tu Adam, no te quiero cerca de mi chica —advirtio déjandome un poco asustada.
Nota:
Esta es la primera novela que me animo a subir, espero que quien la lea la encuentre de su agrado, soy nueva en esto y posiblemente encuentren muchos errores. Disculpas de ante mano, disfrútenla tanto como yo disfruto escribirla. ¡Saludos!
Por cierto, ¿alguien más amo a Adam?
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Eres Arte, Lucy (COMPLETA)
RomansaEl destino suele tener sus momentos trágicos y accidentalmente afortunados, cuando Adam estaba a unas cuántas cuadras de la ruidosa fiesta de una chica de su instituto, un golpe fuerte en su pecho lo dejo desconcertado. Lo que el no sabía era que aq...