Elección acertada - ZeeSaint (Libro 2)

Capítulo 4

ZEE

Después de una noche algo movidita Saint y yo estamos en la playa tomando el sol. Esto es perfecto, el mar está en calma y los rayos de sol de la mañana nos acarician la piel suavemente.

Anoche Saint sacó todo el miedo y la ansiedad que ha sentido desde ese fatídico día. Creo que juntos lo lograremos, él olvidará a ese bastardo y podrá ser feliz. Pero sigo sospechando que hay algo de su vida que no me ha contado, espero que algún día pueda decírmelo también. Seré paciente con eso, Saint lo merece.

De momento pienso disfrutar cada segundo de la semana que estaremos aquí, más tarde Saint quiere ir a bucear, y yo por supuesto voy a complacer a mi ángel.

Después de un rico almuerzo nos montamos en un barco que he alquilado para que nos lleve cerca de las islas más pequeñas, a la zona de buceo.

Este sitio es precioso y quiero que mi ángel disfrute al máximo, el mar aquí es transparente y podemos ver todo tipo de peces y especies marinas impresionantes. Saint está muy ilusionado y feliz y yo no deseo nada más que ver esa sonrisa todo el tiempo.

Llegamos a nuestro dormitorio después de la sesión de buceo un poco cansados pero muy felices. Saint no ha parado de darme las gracias por el maravilloso día, pero soy yo quien tiene que estar agradecido porque él esté en mi vida.

En cuanto cierro la puerta Saint me empotra contra la pared y me besa con fuerza y necesidad. He estado todo el día pensando en esto, necesito a Saint desnudo y debajo de mí ya. Pero parece que él hoy tiene otros planes. Me desnuda rápidamente y se quita su ropa a la misma velocidad. Tiene sus manos sujetando las mías por encima de mi cabeza y me besa tortuosamente lento, su lengua recorre mi mandíbula y después baja por mi cuello, me está saboreando. Después baja por mi pecho y le oigo gemir, definitivamente mi pecho es su punto débil, se mete mi pezón en la boca y es mi turno de gemir de placer.

No suelta mis manos y yo me siento a su merced, me encanta cuando se pone en plan dominante, dejo que hoy él marque el ritmo.

En un momento dado se arrodilla delante de mí y pone sus manos en mis caderas. Mi polla a la altura de su boca está más dura que una roca y él se la come entera sin respirar. Casi me da algo cuando empieza a chupar sin parar arriba y abajo sin control.

-Joder Saint como sigas así esto va a durar muy poco- consigo decirle con un gruñido.

-Sólo disfruta de esto, hoy serás mío, tenemos toda la noche para tenernos el uno al otro- me susurra.

Cuando le oigo decir esto no me aguanto y en segundos me estoy corriendo en su boca, ¡Dios es maravilloso!

Saint me da la vuelta, me agarra el culo y me susurra al oído- necesito estar dentro de ti, ¿serás bueno para mí?

Yo asiento con la cabeza, hoy seré bueno para él.

Me lleva a la cama, saca el lubricante y lo pone en sus dedos, me tumba y se sitúa encima de mí. Me prepara para lo que quiere hacerme, yo me abro para él disfrutando de sus dedos que entran profundamente hasta que toca ese punto que me hace saltar.

-Dios Saint, justo ahí, ahora no se te ocurra parar- le gruño al oído.

-No es mi intención parar, al contrario voy a darte más, mucho más- me promete con esa voz suya que me dice que está muy excitado.

-Ponte de pie- me ordena. Y yo lo hago sin rechistar.

Me pone de espaldas a él y apoyo mis manos en el borde de la cama. Agarra mis caderas y poco a poco va entrando en mí.

-¡Joder!, cuánto lo echaba de menos, te quiero Zee- me dice apoyando su pecho en mi espalda.

Hace que levante el torso y me sujeta el pecho con una mano, mientras la otra me masturba con lentitud.