ZEE
Llego a casa del trabajo abro la puerta y los zapatos de Saint en medio del pasillo me recuerdan que esta ya no es sólo mi casa, mi ángel ha llegado a volver de cabeza mi existencia.
Recojo los zapatos y me acerco a la cocina a regañar a mi desordenado novio, pero la imagen que me espera me deja sin palabras.
La mesa de la cocina está preciosa, totalmente puesta como para una cena elegante, velas adornan el espacio y hacen que el ambiente sea totalmente irreal.
Saint ha cocinado algo rico, puedo olerlo y está esperándome de pie junto a la mesa. Lleva un pantalón negro que se ciñe hermosamente a sus piernas y una camisa blanca con detalles grises que nunca le había visto, es simplemente perfecto.
-Ve a ducharte caballero, en la cama tienes la ropa que he elegido para ti, hazme el gusto y no me rechistes- me dice con esa sonrisa que me derrite y me impide negarle absolutamente nada.
Le devuelvo la sonrisa y hago lo que me pide. En el dormitorio me encuentro un traje gris oscuro y una camisa blanca entallada que le encanta a Saint. Este hombre mío tiene una fijación con mi pecho y mis brazos.
Me ducho rápidamente y me pongo la ropa que ha escogido mi ángel.
Cuando regreso al comedor Saint ya tiene la cena en la mesa y me espera pacientemente con una copa de vino blanco.
-Por favor acompáñame a la mesa –me pide muy formal.
-¿Celebramos algo?- le pregunto, quizá he olvidado alguna fecha importante y esta noche duermo en el sofá.
-Sí, celebramos que te amo con locura y que a partir de hoy tengo dos semanas libres hasta que empiece mi periodo de prácticas.
-¿Entonces se acabaron los exámenes?, ¿no más estrés, no más mal humor y no más de mirarme como si quisieras asesinarme por hacer el más mínimo ruido? – le pregunto con sorna
-Así es- me dice- ¿tan malo he sido?- me mira con su carita de "yo no fui".
-Tan malo que hay que celebrarlo por todo lo alto- le digo sin parar de reírme.
-Bueno , entonces este regalo que tengo puede servir como mis más sinceras disculpas y como agradecimiento por estar ahí para mí- me dice tendiéndome un sobre.
-Odio los sobres Saint, ¿qué es?- le digo intrigado.
Abro el sobre blanco y me encuentro dos billetes de avión y una estancia en un resort de lujo en la playa para una semana entera.
-Pero el avión sale mañana Saint, no he tenido tiempo de hablar con Kao sobre mi trabajo, no sé si podré..- no termino la frase- déjame adivinar, ya has hablado con él ¿verdad?
-Eres muy intuitivo Zee Pruk- me dice mientras me guiña un ojo.
-Por eso estaban tan raros hoy en la oficina y mi agenda estaba inusualmente vacía. Me he creído que se le había borrado sin querer a Mary. A esa mujer no se le ha borrado nada en toda su vida. Soy un incrédulo- le digo con cara de circunstancias.
-Lo eres mi amor, pero yo te quiero tal y como eres- me dice mientras rodea la mesa y se sienta en mi regazo.
-Una semana sólo para mí, sin estrés, sin familia ni amigos entrometidos, suena realmente genial, muchas gracias mi ángel- le digo besando su mejilla.
Hace mucho tiempo que no estamos a solas y con tiempo para dedicarnos el uno al otro y yo lo echo de menos enormemente.
Cenamos mientras Saint me cuenta sobre la empresa donde va a realizar sus prácticas y en la que espera que le ofrezcan un puesto. Sé que lo hará genial, es muy inteligente y sus notas son las mejores de la promoción. Además tiene una pasión por lo que hace extraordinaria, así que mi hombre perfecto llegará muy lejos.
Le ayudo a recoger la mesa y lavar los platos, mientras no me quita ojo de encima, se humedece los labios de vez en cuando porque sabe que eso me vuelve loco. Me está provocando, pero todavía no sabe cuánto.
Dejo el trapo sobre la encimera y lo abrazo por la espalda, beso su cuello y aspiro su aroma, lo he echado muchísimo de menos.
Me quito la chaqueta del traje y dejo que se dé la vuelta y me eche un vistazo. Sé que le encanta esta camisa y como se pega a mis brazos. Veo el deseo en sus ojos, voy a pagarle con la misma moneda, ya me tiene a mil con sus jueguecitos, es justo que yo haga lo mismo.
Se muerde el labio inferior mientras se acerca a mí y posa una de sus manos en mi pecho, al mismo tiempo recorre mi muslo con sus dedos hasta llegar a mi dura erección. Con su mano subiendo y bajando por encima del pantalón me susurra al oído lo mucho que le excita esta camisa.
-Saint- le logro decir- estás entrando en terreno peligroso.
-Joder Zee eso es lo que quiero, ¿no te has dado cuenta lo mucho que deseo que me folles sin parar?- gime todas esas palabras mientras me besa.
He perdido la poca cordura que me quedaba, le arranco esa camisa sin pensármelo dos veces, los botones saltan por todos lados. Le quito los pantalones y me deshago de su ropa interior. Mi ángel es tan jodidamente hermoso que no puedo respirar, me entretengo un momento admirando su precioso cuerpo y su piel de porcelana. Saint me sigue provocando con su mirada, no sabe lo que hace, hoy quiero oírlo gemir mi nombre toda la noche.
Se acerca a mí despacio, me desabotona la camisa y la desliza por mis hombros. Sus ojos brillan con un deseo arrollador. Después se deshace de mis pantalones y mi ropa interior. Me acaricia los brazos y su mano aterriza en mi entrepierna suavemente, me está matando. Nos besamos salvajemente y yo no puedo aguantar más.
Agarro las caderas de Saint y lo subo a la encimera de la cocina, me agacho y me meto su bonita polla en la boca, subo y bajo por ella hasta que lo oigo gemir con la cabeza hacia atrás.
Meto mi mano debajo de su hermoso trasero y me sorprendo al encontrar humedad en el centro. Lo miro perplejo y él me sonríe pícaramente.
-Te dije que estábamos de celebración, esto es parte de mi regalo, me he preparado para ti, por favor fóllame ya, no me tortures más- me susurra al oído.
¡Dios!, este hombre es tan perfecto que no me resisto más lo bajo de la encimera y le doy la vuelta. Su pecho sobre el frío mármol y ese delicioso y jugoso culito levantado para mí. Tengo que agarrarme la base de la polla para no correrme ahora mismo. No quiero defraudar a mi ángel así que de una estocada estoy dentro hasta las pelotas.
El grito de satisfacción de Saint es música para mis oídos. Lo estampo sobre la encimera y él tiene que agarrarse al borde para no caer. Entramos en un bucle sin fin , me encanta esto y jamás será suficiente siempre querré más.
-Mi ángel eres perfecto, no aguanto más, córrete para mí- le digo con un gruñido bajo.
-Tu voz me pone al límite, joder sí, me corro- grita mientras su semen mancha el suelo de la cocina.
Su orgasmo me lleva hasta el éxtasis y me derramo en su interior, no me había dado cuenta cuanto echaba de menos estar dentro de él, es tan adictivo como una droga.
Nos quedamos un momento en esta posición hasta que recupero el aliento, le doy un beso en la nuca y lo cargo hasta el baño. Nos meto a los dos en la ducha y abro el agua caliente.
-UMMM, te he echado mucho de menos- me dice con voz soñolienta.
-Y yo a ti cariño- le respondo.
Nos lavo a los dos con cuidado, después enrollo a Saint en una toalla y lo llevo a la cama, inmediatamente se acurruca sobre mi pecho y se queda dormido.
No deseo estar en ningún otro lugar, mi hogar y mi corazón está donde esté mi ángel.
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Elección acertada - ZeeSaint (Libro 2)
Hayran KurguSaint y Zee empiezan su relación en medio del juicio del secuestro de Saint. ¿Saldrá todo a la luz? ¿Cómo les afectará que el mundo sepa el trabajo que hizo Saint durante 5 años? ¿Podrá con todo el amor que sienten el uno por el otro o el mundo no l...