Llevar dos semanas siendo novio de Agoney se sentía como flotar en el aire. Así es como Raoul definiría las sensaciones que tenía en su cuerpo desde aquella noche. Todo era una fantasía día tras día al lado de su chico. Porque sí, desde aquel día a duras penas habían pasado dos días separados, el resto se veían sí o sí, en el piso de uno u otro, un rato en el parque. Como fuera, pero no podían pasar más de 48 horas sin verse. Estaban hasta las trancas, lo sabían y no les importaba admitírselo.
También había noches en las que Agoney se quedaba a dormir. Esperaban a que los niños se durmieran, fingiendo que se quedaban charlando en el salón, en cuanto lo hacían, eran ellos los que iban a acostarse al cuarto del rubio para darse algunos mimos antes de pasar la noche abrazados. Por la mañana, el canario se iba pronto, antes de que alguno de los pequeños despertara y lo descubriera, y regresaba unas horas después a buscar a Dani como si nada hubiese pasado. No les gustaba tener que hacer eso para esconderse, pero no podían decirles a los niños aún, sobre todo Luna tenía mucho que procesar antes con la separación de sus padres como para soltarle la bomba ahora, y no dormir juntos, aunque fuera de vez en cuando tampoco era una opción. No querían privarse de eso cuando tanto tiempo lo habían deseado. Así que esa era la forma que habían encontrado, aunque no fuera la mejor pues no les gustaba ocultarse, era la que había.
Lo bueno era que aquello les servía para tantear el terreno. Luna y Dani parecían estar felices de pasar mucho más tiempo juntos de lo que solían hacer, y ambos adoraban al padre del otro. De a poco se iban asegurando de que no les fuera a parecer tan mal la idea de que fueran pareja por el cariño que les habían tomado a ambos, y al tiempo compartido entre los cuatro. Lo disfrutaban todo mucho, tanto chicos como grandes.
Ese lunes Raoul iba de camino a buscar a Luna después de pasar el fin de semana solo, el cual sin dudarlo aprovechó para pasarlo con Agoney de la manera que no podían cuando estaban con los niños, aprovechando que Miriam se hubiera hecho cargo de Dani. Eso de estar solos haciendo vida de novios también lo disfrutaban mucho, porque si bien amaban a sus hijos, desde que se acostaron por primera vez les costaba más que antes aún quitarse las manos de encima, contrario a lo que creían que sucedería.
Habiendo pasado un fin de semana increíble y todo, estaba feliz de por fin volver a ver a su hija. La verdad era que los días que no pasaba en casa con él la echaba mucho de menos, no era fácil acostumbrarse a no vivir 24/7 con su pequeña. No pensó que se encontraría con tanto lio al ir a por ella.
Desde que se habían divorciado, la realidad era que Rodrigo parecía, al menos hasta entonces, haberse calmado bastante. Aunque las miradas que le lanzaba a veces a Agoney cuando iba por la niña y estaban los cuatro juntos no eran las mejores. Siempre seguían teniendo la excusa de que se veían simplemente por los niños, pero se veía que ya no se la creía tanto como al principio. No le debía explicaciones de nada ya, de todos modos.
— ¿Estas saliendo con Agoney? — no había dudado en cuestionarle de frente, sin rodeos, en cuanto Luna había desaparecido por las escaleras en busca de sus cosas y se habían quedado solos.
— ¿Qué dices? — preguntó el rubio a la defensiva, molesto y nervioso a partes iguales.
— Eso. Si estás saliendo con él — no parecía ser tanto una pregunta ya.
— No sé qué pelis te montas, pero no, ya te lo he dicho mil veces. Deja el tema — estaba bastante harto desde los planteos que le había hecho al terminar la relación, los entendió entonces pero no los aguantaría ya.
— Me ha dicho Luna que pasa en tu piso prácticamente todos los días, vive allí — dijo en tono de reproche.
— No sé por qué ha dicho eso, no es así. Pasamos mucho tiempo juntos, sí, pero como antes — se estaba poniendo cada vez más nervioso. No era que tenía que explicarle nada, pero la idea de que fuera a pensar cosas que no eran como que lo había engañado con él no le apetecía en lo más mínimo. Además de que aún no quería para nada que Luna se enterase — O tal vez más, yo que sé. No tengo que darte explicaciones de nada igualmente — agregó, tampoco le gustaba que tuviera la idea de que seguía influyendo en algo en su vida.
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Petricor | Ragoney
FanfictionPetricor: distintivo aroma que acompaña a la primera lluvia tras un largo período de sequía.