Petricor | Ragoney

Nunca nada nos va a separar

Había llegado el momento.

Agoney intentó retrasarlo lo más posible, pero los mensajes de Jonay no paraban de llegar.

Le había contestado el primero días después de haberlo recibido. Aceptando su propuesta de juntarse a hablar pero sin acordar ni el día, ni la hora, ni el lugar. Le dijo que le avisaría pero el miedo invadía al moreno por lo que habían pasado casi dos semanas y aún no había vuelto a hablarle. Ahí fue cuando los mensajes de Jonay empezaron a llegar, insistentes, para que por fin quedaran.

Llegado un momento ya no le quedaba otra opción que responder. Así que allí estaba, preparándose para juntarse en un bar del centro a hablar con su ex que tanto daño le había hecho, no sólo a él si no también a Dani aunque no lo recordara.

Cruzó la puerta del lugar más puntual que nunca, ya había retrasado todo demasiado, y sin embargo Jonay ya estaba allí, esperándolo sentado en una mesa del fondo.

- Hola - saludó el menor.

- Hola - le respondió Jonay levantándose para saludarlo con dos besos - Que guapo. ¿Tu marido no se pone celoso de que quedes así con tu ex? - le preguntó mientras ambos se sentaban enfrentados.

Por un momento Agoney frunció el ceño ¿de qué cojones hablaba?

Ah, la mentira de Raoul, por supuesto. Cómo pudo olvidarlo.

- Todavía no es mi marido Jonay - rodó los ojos - Y no tiene por qué ponerse celoso, no es un posesivo de mierda como tú.

Ya habían empezado mal, pero es que ese tema sacaba de sus casillas al moreno.

- Vale perdona. Tampoco es para que me hables así, era solo una broma - se defendió.

- Una broma de mierda.

- Dejémoslo ahí, no quiero mal rollo. Ya te pedí disculpas por lo que hice.

- Ya, pero a veces las disculpas no alcanzan - dijo cortante Agoney.

- Sé que te hice mucho daño, y me arrepiento muchísimo. De verdad.

El menor bajó la mirada hacia sus manos que jugaban entre ellas apoyadas sobre la mesa. Sus palabras parecían sinceras, pero aún dolía.

- Mira Jonay no me interesa ya hablar de nosotros. ¿Para esto querías que nos juntáramos? ¿Era esto de lo que querías hablar? - dijo decidido - Porque si es así yo me voy.

- No, no. Espera - se apresuró a decir cuando vio que realmente tenía intención de irse - Tiene un poco que ver con eso pero no es sobre nosotros.

Esta vez el ceño fruncido de Agoney se mantuvo mientras volvía hablar, sin esperarse con qué podría salir el mayor.

- Dime.

- Estuve pensando mucho durante todo este tiempo - empezó su discurso - Sé que lo que hice estuvo fatal, reconozco mi error y por eso quiero remendarlo. Quiero hacer las cosas mejor a partir de ahora.

- No te entiendo - esperaba no estar haciéndolo, porque si la cosa iba por donde él pensaba, no le gustaba nada.

- Quiero ver a Dani - soltó la bomba.

Agoney sentía que todo a su alrededor se había detenido. Dejó de escuchar los sonidos de conversaciones y tazas chocando con los platos al ser apoyadas que los rodeaban. Se sentía como adormecido.

- ¿Qué?

- Quiero conocerlo, pasar tiempo con él. Quiero que compartamos la custodia, que viva un par de días a la semana con cada uno.