Capítulo 4: Noruega

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Dinamarca infló sus mejillas, claramente molesto ante la falta de atención, mientras que se cruzaba de brazos, Argentina no pudo evitar compararlo con un niño a punto de hacer una rabieta.

—Vamos, debemos ir a la reunión ¿O es qué acaso te da miedo ONU?— preguntó irónicamente con una sonrisa, pero no burlándose de él, simplemente era parte de su humor, un humor que algunos países no comprendían y lo tomaban mal, pero el Argentino sonrió con gracia.

—Me parece Noruega que ya es hora de la siesta— le comento divertido Argentina, viendo como el rostro de Dinamarca se volvía rojo, mostrando la rabia ante sus palabras.

¿Cómo le había dicho? ¿Noruega? ¿Es qué acaso lo había confundido con su hermano? Eso le molestaba y enfurecía, además de la forma tan despreocupada que lo decía, con tal ligereza, como si se burlase en su cara a pesar de que él quería ser amable.

—Mi nombre es Dinamarca— corrigió el pequeño país con molestia, inflando sus mejillas levemente.

Argentina le resto importancia con un movimiento de cabeza despectivo mientras que volvía a lo suyo.

—Escúchame, Noruega.

—Dinamarca.

—Posta posta, no tengo la más mínima intensión de ir a una reunión de mierda— dijo ignorando deliberadamente al pobre—, vos anda tranquilo con la ONU, lo agarras y con la cara de tremendo ángel que tenes le decís que no me encontraste, vos tranquilo Suecia, que te va a creer de una.

—Me llamo Dinamarca— insistió el país, sintiendo como su paciencia se agotaba y empezaba a enojarse.

—O sea, mírate nomás, posta y te lo digo sin mala honda parece que no garchaste en tu vida Finlandia— siguió molestándolo haciendo que el país hirviera en cólera.

—¡Dinamarca! D-I-N-A-M-A-R-C-A— le deletreo su nombre con rapidez mientras que elevaba aún más el tono de su voz, ante la condescendencia argentina.

—Pero en serio Noruega ¿Vos garchaste o seguís virgen?— siguió molestándolo al pequeño país, haciendo caso omiso a las protestas del mismo.

Cuando Dinamarca estaba a punto de replicar, la misma joven que los había ayudado a encontrar al argentino, se acercó al país saludándolo con un beso en la mejilla, exaltando al pequeño país mientras que se sonrojaban ante la vergüenza de esa muestra de afecto.

—¿Qué honda? ¿Todo viento?— pregunto la joven, risueña y simpática.

Dinamarca no pasó desapercibido como Argentina cambiaba su expresión tan seria y burlistas a una mucho más amable y tranquila, hasta sonreía sin soberbia o burla.

—Todo piola ¿Cómo te fue en el circuito?

—Como el orto, se me cortó la cadena a la mitad de un ascenso y casi me parti una gamba— dijo la chica con tranquilidad mientras reía de forma suave, haciendo que el argentino también ría ante la ocurrencia— ¿Y los países que te vinieron a buscar? Si no me falla tu sistema educativo choto, eran Suecia, Finlandia y Noruega, y el otro te la debo porque ni me acuerdo cómo era.

Argentina rió de forma sonora mientras que Dinamarca sentía de nuevo sus mejillas enrojecer, dando gracias que era rojo, ya que así era menos visible.

—Eu para un poco loca, estaré como el orto pero está bien el sistema educativo— trato de defenderse, pero de una forma vaga y sin ganas, como si en realidad no le interesarán para nada las palabras de la joven y se lo tomara con humor, el danés se preguntó si él fuese la persona que hiciera un comentario de ese tipo el argentino reaccionaría de forma tan indulgente como ahora— y era para llevarme a una reunión de la ONU.

—¿Y por qué no vas? Anda, vago de mierda, que tenés que sacar el país adelante— bromeó la chica mientras que codeaba al argentino de manera juguetona.

Dinamarca sentía que si estuviera pintado en la pared recibiría más o igual atención que en estos momentos.

—Voy pero con una condición— propuso el argento sonriendo con picardía— voy pero si venís a mi casa a comer hoy a la noche.

Dinamarca casi cae de espaldas ante aquello ¿Es qué acaso el argentino pensaba...con ella? ¿Le estaba coqueteando justo en frente de sus narices? No es como si le molestara, pero le era incomodo y bastante grosero.
La chica rió, de forma divertida y relajada.

—Bueno de una, voy pero vos cocinas, ahora anda a laburar que no se come del aire— la chica procedió a despedirse de su país con un beso en la mejilla.

Argentina se puso de pie y la retuvo del brazo antes de que pudiera marcharse, para luego volver a besar la mejilla de la joven, con dulzura, sin prisa y tomando su tiempo.

—Te espero— agregó el argentino separándose de ella, sonriendole encantadoramente.

La chica se retiró sin más, reparando en su salida a Dinamarca, a quien sólo le dedicó un asentimiento de cabeza como saludo para después desaparecer a la distancia.

—Que buen culo— soltó Argentina con una sonrisa pícara, haciendo que Dinamarca segura escandalizado por tal comentario.

—¡Eres un sucio!— lo acusó molesto, no sólo por haberlo ignorado, sino por soltar comentarios con tal ligereza respecto al cuerpo de una mujer, aunque dudaba que aquella chica sea mayor de edad.

—Noruega, bancame 5 que me cambio y vamos a la reunión.

Argentina se paró y camino a una mesa, tomando su mochila dirigiéndose al fondo de aquella carpa, donde pudo divisar una puerta echa de material, la cual abrió y procedió a entrar.

—¡Qué me llamo Dinamarca!— le gritó el país completamente molesto ante la falta de atención y consideración del más grande.

"¡Es insoportable!".
























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Hola gente, espero que estén disfrutando de este libro, sólo paso para decirles cuando se actualiza (algo que siempre me olvido de poner jsjsjs).

ESTA HISTORIA SE ACTUALIZARÁ TODOS LOS DÍAS (MUCHAS VECES CON ACTUALIZACIÓN DOBLE).

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