El pequeño país se encontraba aun desorientado por el repentino encuentro con el argentino, pero aún así, trato de restarle importancia y seguir divirtiéndose con sus amigos, notando que algunos humanos habían llegado a la fiesta que pasó de ser pequeña a una bastante ruidosa y grande.
—Algo que admito es que las argentinas tienen con qué ser presumidas— rescató su hermano viendo a algunas chicas pasearse sin pudor alguno con sus trajes de baños. Argentina había llamado a algunos de sus amigos humanos que ahora paseaban de manera tranquila y socializaban con los demás países de la manera más tranquila posible.
Dinamarca asintió de acuerdo, sin prestarle demasiado atención mientras que veía cómo la chica que habían conocido la primera vez que fueron a buscar a Argentina se acercaba al mismo y se sentaba en su regazo, hablando animadamente con el mismo, y de nuevo vio como la molestia o cualquier rastro de hostilidad desaparecía de su rostro.
En un momento quedo sólo, ya que su hermano dijo que iba al baño.—Oh mi good— dijo una argentina acercándose al país, posicionándose delante de él con una sonrisa— vos sos Dinamarca— el país se sorprendió pero terminó por asentir en dirección a la chica.
—Sí, soy yo ¿Y tú eres...?— trato de saber el nombre de la chica mientras que sonreía, era linda.
—Me llamo Abigail— se presenta todavía sonriendo— perdón pero tengo que decirlo, el príncipe de tu país está buenardo— Dinamarca se vio confundido ante sus palabras hasta que comprendió lo que quiso decir y sólo sonrió.
—No te ilusiones, no todos son tan lindos— aseguró mientras que sonreía.
—Igual, está re bueno, como el país— soltó la chica mientras que se sentaba al lado de Dinamarca, claramente coqueteando con él.
—Oh— Dinamarca rió de forma nerviosa al detectar aquello— gracias, tú también eres muy bella— no mentía, la chica tenía una piel trigueña, un cabello negro y ojos celestes preciosos, era esbelta y bien proporcionada, le llamaba poderosamente la atención.
—Gracias— se limitó a decir la chica mientras que daba un trago largo a su vaso— y decime ¿Por qué están acá? Digo el viejo argento nos dijo algo de que algunos países iban a venir, pero acá hay un montón y sabemos que no se lleva bien con todos.
Dinamarca mantuvo una conversación agradable con la chica, ambos reían y disfrutaban del humor del otro, a Dinamarca le parecía fantástico que sus comentarios sacasticos o su confianza no sean tomados por la chica como arrogancia, hasta que sus ojos divagaron de nuevo hacia Argentina, notando que seguía con aquello chica sentada en su regazo pero que ahora hablaba amenamente con un grupo que lo rodeaba, tanto de países como de humanos. La chica que lo acompañaba hacía donde desviaba la mirada y sonrió con una leve alegría.
—¿Te gusta alguien de ahí?— pregunto con picardía codeándo al chico, haciendo que este voltee a vela con un sonrojo en sus mejillas, había sido descubierto.
—N-no, ¿Acaso ya estás imaginando cosas? Debes estar ebria ya— soltó con sarcasmo y nerviosismo.
—Nananana, a mi no me vengas a ver la cara de boluda, dale ¿Quién es? ¿Es Juli? ¿Es Bolivia? ¿Es Argentina?— pregunto nombrando a algunos los que estaban en aquel círculo, y pareció dar en el blanco cuando vio como el chico se sonrojaban de una forma más furiosa ante la mención del más alto— ¡Es el!— chilló de felicidad la chica mientras que agarra a Dinamarca del brazo y lo movía levemente.
—Shhhh— chisto Dinamarca tratando de hacer que la argentina baje el tono de voz— ¿Yo? ¿Gustarme Argentina?— pregunto con sarcasmo, luego de soltar una risa falsa— jamás, es...es grosero, maleducado, descortés, se levanta de la mesa antes de que todos terminen y se la pasa diciendo groserías— número cómo si tratase de hacerle ver a la chica lo ridículo que sonaba eso, pero en realidad trataba de convencerse de lo ridículo que era que le gustará un país así de grosero.
—Ah no a vos no te gusta— aseguró la chica, haciendo que el país se relajará— ¡Te encanta!— afirmo con una absurda felicidad que alteraba al danés por lo feliz que sonaba por aquello, sobre todo lo ponía nervioso ante la idea de que alguien estuviera escuchando su conversación.
—¡Claro que no!— negó de forma efusiva— lo que pasa es que...es que m-me intimida— trato de justificarse el país con un mote de nerviosismo.
—Aja, y yo tengo tres tetas— afirmó la chica con burla y sarcasmo, haciendo que Dinamarca bufara.
—Pués eso sería muy interesante— afirmó con una sonrisa— no me alcanzarían manos para agarrar— dijo de forma pícara haciendo a la chica reír.
—Che, yo sé que Argentina puede ser un toque intimidante, pero cuando lo conoces te la pasas re piola con él, es muy divertido y extrovertido.
—Si pués a mi me trata como a basura— se jacto Dinamarca de manera amarga.
—Entonces también le gustas— afirmó la chica haciendo que Dinamarca voltee a verla.
—Sí, tanto que me amenazó en lo que vamos conociendonos más que en toda mi vida— soltó con sarcasmo una vez más.
—Se está haciendo el malo, bueno si es un poco malo, pero es inofensivo— trato de explicar la chica de forma torpe— pero posta, si no le gustaras entonces te trataría mejor, yo digo que le gustas y por eso se hace de más el malo, digamos que le gusta jugar con los estereotipos que todos le dan.
Eso sin duda interesó a Dinamarca, lo que hizo girar su rostro de inmediato a la chica, en busca de más información.
—¿Qué significa eso?
—Significa que cuando Argentina sabe que lo catalogan de alguna manera explota esa parte de su personalidad, sólo para hacer que las personas no se interesen en él, por ejemplo, una vez me contó que Venezuela pensaba que era muy arrogante, y se portó tan agrandado y forro con ella sólo para que lo siga creyendo.
—Entonces...— Dinamarca empezó a unir los puntos en base a lo que la chica decía.
—Que si te debe parecer intimidante debe ser porque él cree que vos pensás eso de él, no te dejes llenar la cabeza por otros países, si querés saber algo de él, anda y pregúntaselo, te lo va a decir sin importarle nada, a menos que sea algo personal y no tengan la suficiente confianza. Háblale, sin miedo, sin prejuicio, sólo vos y él, ya vas a ver.
Esta información valida millones.
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IMPACIENCIA
FanfictionNo sabía lo que exactamente le atraía de aquel ente tan grosero, maleducado y...hermoso, fuerte, considerado, caliente....¡No! Quiso decir valiente, sí, valiente, bueno, también era caliente. El punto es que Dinamarca no entendía cómo podía sentir...