Capítulo XVIII

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¿Preciosa? —preguntó Brad mientras conducía.

Dime —contesté volteando a verlo.

¿Te quedarás definitivamente? —preguntó.

Me quedaré por un par de días, luego me iré, no quiero incomodarlos —respondí.

No, no te puedes ir. No incómodas a nadie —respondió sujetando mi mano izquierda.

Esa casa es de ustedes, no es mía —contesté.

Esa casa es de todos, quédate por favor —dijo en el instante que aparcó el  auto a un lado de la autopista.

Se detuvo a verme, entre nosotros había medio centímetro de distancia, podía verme en el reflejo de sus ojos.

¿Qué dices, preciosa? —preguntó sin dejarme de mirar.

Sentí mariposas revoloteando por mi estómago, era inexplicable la sensación de que tenía, nunca había sentido esto por otra persona, ni siquiera por George.

Esta bien, me quedaré con ustedes —contesté con una sonrisita.

Me haz convertido en la persona más feliz del mundo —dijo con una característica sonrisa.

No exageres, Brad —me reí echándome hacia atrás recostándome en la puerta del auto.

No estoy exagerando —contestó aún con la sonrisa.

Me tapé el rostro con una mano mientras seguía riendo. Cuando saqué mi mano lo volví a encontrar en frente mío, con sus ojos puestos sobre los míos y su cuerpo encima del mío. Yo solo quedé perpleja viéndolo.

Arabela, me tienes loco, desde el día en que te conocí no dejo de pensar en ti —dijo sin quitarme los ojos de encima.

Brad... —alcancé a decir, pasmada por su confesión.

Dime, preciosa —dijo al ver que me quedé en blanco.

Yo... No se que decir, créeme que cada vez que estoy cerca de ti siento que vuelo y llego a tocar el cielo —contesté.

Toquemos el cielo juntos —respondió.

Cuando menos me lo imaginaba Brad se inclinó hacía mi, por instinto coloqué mis manos en su nuca tocando sus hermosos rulos, él puso sus manos alrededor de mi cintura.
Brad se acercó más haciendo que nuestros labios se juntarán, nos dimos el beso más largo y más intenso. La mezcla de emociones que sentí en ese instante me hizo recordar a la primera vez que nos besamos.

Nos detuvimos agitados y por la falta de aire, nos vimos con cierta ternura y nos reímos para luego abrazarnos.

Definitivamente con este beso me hiciste volar —dije algo alucinada.

Bradley rió.

¿De qué te ríes? —volteé a verlo frunciendo el ceño.

No me mires así, preciosa —dijo.

Entonces, ¿de qué te ríes? —volví a preguntar.

Me reí porque tú también me hiciste volar, es difícil de creer, es simplemente increíble que esto esté pasando —hablaba mientras su mirada se perdía en la nada.

Créeme que estamos iguales... Brad... —respondí.

Antes de que pudiera terminar de hablar me dió un tierno y corto beso.

Sé lo que sientes, porque yo también lo estoy sintiendo —contestó después de darme el beso colocándome su dedo índice sobre los labios.

Caer o Volar || Bradley Simpson //En Proceso//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora