11 - TATUAJES

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La pequeña novia está ocupada en otra parte -Guido ladeó la cabeza, dándole a Pablo una mirada fresca- ¿Por qué diablos te importa?

No empieces conmigo. ¿Dónde mierda está?

En silencio, Guido cerró la puerta, enfrentando a su amigo; dudé aguardandome atrás y quedándome de cierta forma oculta tras una pared. Muy bien, así que me escondía de manera cobarde, como sea.

Guido se cruzó de brazos.

La dejaste enfrentarse a Josue y tres abogados más, completamente sola -recriminó luciendo realmente molesto y ofendido- Tú, mi amigo, eres el pedazo de mierda en este particular esenario.

No sabía que Josue haría todo eso -se justificó-

No querías saberlo -contradijo- Miéntele a todos los demás por ahí, Pablo, no a mí. Y, seguro como el infierno, no a ti.

Quítate de mi camino.

Necesitas algún consejo serio de la vida, amigo.

¿Quién eres? ¿Oprah?

Tosiendo una carcajada, Guido se recostó contra la pared.

Diablos, sí. Pronto estaré regalando autos, así que quédate por ahí.

¿Qué te dijo? -preguntó-

¿Quién? ¿Oprah?

Pablo sólo frunció el ceño. Ni siquiera se dio cuenta de mi espionaje. Es triste decirlo, pero incluso un Pablo con el ceño fruncido era una rara belleza. Me hacía sentir cosas; cosas complicadas. Mi corazón saltaba en mi pecho al mirarlo.

La ira y la emoción en su voz no podían ser porque yo le afectara. Eso no tenía sentido, no después de ayer en la noche, y no después de esta mañana. Tenía que estar malinterpretando las cosas y yo apestaba, porque incluso quería que le importara. Mi cabeza no tenía sentido.

Alejarse de este tipo era la opción más segura en todos los sentidos.

Pablo, estaba tan enojado que intentó golpearme.

Pura mierda. -negó Pablo-

No bromeo. Estaba a punto de llorar cuando la encontré.

Me di un golpe en la frente, en silenciosa agonía contra la pared. ¿Por qué demonios Guido tenía que decirle eso?

Mi esposo bajó la cabeza.

No quise que eso pasara.

Parece que no querías que una mierda sucediera -Guido sacudió la cabeza y chasqueó la lengua- ¿En serio querías casarte con ella, amigo? ¿En serio?

No lo sé, ¿de acuerdo? Maldita sea. Fui a Las Vegas porque estaba harto de toda esta mierda y la conocí. Era diferente. Parecía diferente esa noche. Yo sólo... quería algo fuera de toda esta jodida insensatez por una vez.

¿QUÉ PASÓ AYER? - PABLIZZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora