Capítulo Ocho

694 90 13
                                    

Cerré cuidadosamente la puerta del departamento, eran ya las 01:00am y no quería despertar a Minnie, quien debía estar completamente dormida. Giré sobre mis talones, todas las luces estaban apagadas y el silencio dominaba en el ambiente.

—¡Al fin! —Miré en dirección a donde provenía su voz, ella estaba sentada en el sofá.

—Nicha, ¿qué haces despierta aún? —Me quité los zapatos para estar más cómoda y me acerqué a ella.

—Bueno... Estaba viendo playlists recomendadas con tu notebook y de repente saltó una de las canciones de Seo Soojin.

—¿Y...? —Me senté a su lado.

—¡Es guapísima! —Gritó, tirándose encima de mí —Si llegas a salir con ella, quiero conocerla.

—No creo que eso pase, no puedo. —Se apartó, colocándose nuevamente a mi lado.

—¿Ha pasado algo?

—Es una buena persona, no quiero herirla.

—Seguro que al final lo entenderá, sabrá que tenías que hacerlo para obtener el trabajo de tus sueños.

—¿De verdad lo crees? —Pregunté.

—No lo sé, pero arriésgate y deja de preocuparte por ella porque al fin y al cabo no perderá nada. Seguirá siendo famosa, cantará, ganará mucho dinero, su mundo no cambiará, se hablará de ello unos días y al final te perdonará o te olvidará.

—Tienes razón, necesito esto... —Suspiré pesadamente.

—Exacto. —Se recostó en mi hombro —En un par de días tendré una nueva entrevista y, si consigo el trabajo, ambas tendremos un montón de dinero del que disfrutar.

Minnie tenía razón, si hacía esto no era solo para ser parte de Oh Boy!, sino también para mejorar mi situación económica y poder permitirme algún que otro capricho, quizás un departamento nuevo, más grande...

—Tengo algo que enseñarte. —Se separó de mí, parecía ansiosa.

Saqué la tarjeta de crédito que me había dado Miyeon y el móvil de Seo.

—¿Y esto? —Me quitó el móvil de la mano —Esto no es tuyo. —Estaba confundida, se lo arrebaté para cogerlo nuevamente.

—Es de Soojin. —Abrió sus ojos, completamente sorprendida —Solo seguí tu consejo, esto es lo más preciado para ella.

—Dios, te va a matar. Yo en su lugar lo haría... —Pasó una mano por su rostro —Yo me refería a un collar o una pulsera, no a su medio para conectarse al mundo.

—Vale, ¡lo siento! —Dejé el móvil en la mesita de noche que había a un lado del sofá —De todos modos eso no es todo lo que quiero enseñarte. —Alcé la tarjeta frente a ella.

—¿Y esto? —La cogió y empezó a observarla de cerca.

—A partir de ahora soy la sobrina de la gran Anna Wintour, y con esta tarjeta podré comprar lo que quiera, sin límites.

—¡Nos vamos de compras! —Minnie se puso en pie, emocionada.

—Minnie... Siéntate y cálmate. —Hizo caso a mi orden —Si no escribo el artículo, debemos pagar todo lo comprado con esa tarjeta.

—Pero lo lograrás. —Sonaba más que convencida.

—Puede que sí, o puede que no. No quiero arriesgarme, la usaremos cuando sea necesario. —Le advertí, ya que conocía la mirada que me estaba dando.

—Está bien... —Respondió, haciendo un puchero.

De repente el móvil comenzó a sonar, ambas dimos un leve salto por la sorpresa y miramos la pantalla.

"Llamada entrante de Soyeon 💜"

—¿Qué hago? —Pregunté asustada.

—¿Cómo que qué haces? ¡Contesta!

—¡No sé qué decirle!

—Solo cuéntale que encontraste su móvil.

El teléfono dejó de sonar y suspiré aliviada. —Digamos que en lugar de encontrarlo, alguien lo tomó de su cuarto. —Estaba por darme un pequeño golpe —No fui yo. —Me excusé rápido.

—Bueno, tú hazle creer que lo encontraste en alguna mesa o tirado en el suelo. —Sonó nuevamente —Adelante.

—Vamos a ello... —Deslicé el dedo sobre la pantalla, aceptando la llamada y acercándolo a mi oído.

—¡Oye, cómo se te ocurre robar mi móvil, encima en mi propia casa! ¡No puedo creer que fueras uno de los invitados! Te juro que como averigüe quién eres... —Soojin solo gritaba, haciendo que bajara el móvil.

Cuando la línea quedó en silencio, respiré hondo. Era hora de hablar. —No sé si devolverte el móvil después de esto, igual me matas en el intento. —Traté de sonar divertida.

—Esto no es gracioso, ¿por qué me lo quitaste? —Dijo en un tono molesto.

—No te lo quité, mi asistente lo encontró tirado en el suelo. Me lo quedé yo para así esperar una llamada y poder devolvértelo. —Reí un poco —Aunque no esperaba escuchar gritos de primeras.

—¿Eres la sobrina de Wintour? ¿Shuhua?

—Sí, y tú eres Soojin, ¿verdad? ¿Cómo sabes quién soy?

—Has mencionado un asistente... Las únicas que vinieron con asistentes fuisteis tú y tu tía. Tu voz suena mucho más joven, así que...

—Ya veo. —Respondí secamente, no sabía que más decir.

—Perdón por gritarte, pensé que me habían robado el móvil. ¿Dónde lo encontró tu asistente?

—En el pasillo del primer piso, estaba buscando el baño. —Afirmé.

—Eso es raro... —Se escuchaban voces de fondo —En cualquier caso, me alegra que lo tengas tú. Eso significa que puedo recuperarlo, ¿verdad?

—Con una condición. —Minnie asintió con alegría, haciéndome señas que no entendía.

—¿Cuál? —Preguntó dudosa.

—Dile que salga contigo a cenar. —Me susurró Minnie.

—Que salgas conmigo a cenar.

—Bien, no veo el problema. ¿Sigues en Los Ángeles?

—Estoy en Nueva York.

—¿Tan pronto...? Hace apenas unas horas seguías en la fiesta.

—Fuimos y nos largamos en el jet de mi tía.

Ella rió. —Típico de Wintour. En dos días estaré ahí, de seguro sabes el motivo.

—Ni idea, ¿por qué en dos días?

—Tu tía me pidió que fuera para una sesión de fotos. ¿Es normal que no te lo haya dicho?

—No solemos hablar de trabajo a menos que estemos dentro de la empresa.

—Oh... Bueno, debo ir a dormir. Gracias por lo del móvil, no sé qué habría pasado si no lo hubierais encontrado vosotras.

—No te preocupes por eso, no es nada. Dulces sueños.

—Buenas noches.

Finalizó la llamada, puse de nuevo el móvil en la mesita y miré a mi amiga.

—No sirves para seducir. —Rió —Te ayudaré a practicar, pero ya mañana. Nosotras también tenemos que descansar.

30 Días Para Enamorarla [SooShu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora